Aterrizando en la mala suerte

234 18 0
                                    

Capítulo 21: "Aterrizando en la mala suerte"

Lunes. Sí, el tiempo había pasado corriendo este fin de semana y por más que quería detener el tiempo este se escapaba como arena entre mis dedos. Y es que era algo que no podía controlar y me sentía tan mal, veía el Instituto a sólo unos pasos y me empezaba a doler la cabeza al instante. No quería que estas vacaciones acabaran nunca.

El domingo fue un día agitado pero no tanto como otros, Matt se había lesionado el tobillo y por tozudo no lo pudimos llevar al hospital pero era entretenido ver como sufría en silencio. Sarah y Teo habían conseguido, al fin, tener su "noche romántica", pero lo que no esperábamos es que se pusieran a gritar su amor a los cuatro vientos y hacer gemidos muy notorios para la mitad del Campamento, todos supieron que aquella carpa morada había tenido acción la noche anterior... Y Brian, bueno, no sé por qué me viene a la mente él si sólo hablamos una vez y después de aquel bochorno no lo volví a ver, es como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Sospechaba que Matt y su tobillo roto tenían algo que ver con esto.

Ahora había amanecido con algunos estragos del alcohol tomado la noche anterior y con una enredadera en mi pelo. Esto de los campamentos nunca había sido lo mío, sobre todo porque no existían duchas, sólo era un lago que tampoco estaba al cien por ciento limpio y ahora mi cabello sufría las consecuencias.

Estiré cada músculo adolorido por dormir en el suelo y miré hacia mi lado derecho. Matt dormía plácidamente con su boca entreabierta, no entendía como podía seguir viéndose guapo aun cuando dormía. Tal vez era un poco por el hecho de que se encontraba sin polera pero aún así podía jurar que lo contratarían para una sesión de fotos teniendo este aspecto.

Un murmullo molesto interrumpió mi observación al chico que quiero. Busqué por todos lados de dónde provenía el zumbido hasta que vi que venía desde mi propio celular.

—¿Aló? —susurré.

¡Al fin contestas cielo! —tuve que despegar el oído del celular por ese grito—. Te hemos extrañado mucho aquí en casa, no sabes cuánta falta nos haces...

—Anda mamá, sólo fueron tres días y hoy ya llego—interrumpí.

Lo sé cielo, pero bueno, somos tus padres. Por cierto, ¡tenemos muchas noticias que contarte! Botas te ha extrañado mucho por acá, está como deprimido, de hace dos días que no come nada, será mejor que no lleguen tarde y lo veas...

¡Oh no! Me había olvidado completamente de Botas. A pesar de ser un regalo del chico que más odio en esta Tierra, ese pequeño gato se había ganado un pedazo de mi corazón y no podía echarlo a la calle así como así. ¡Pero había olvidado de él en el viaje!

—¡Mamá! —grité afligida y saliendo de la carpa puesto que Matt se quejó— ¿De qué comida le estás dando?

La de gatos que estaba aquí... —respondió con un tono obvio.

—¡Ay! —dije golpeando mi frente con la palma de mi mano—. Él no la come si no le pones un poco de atún en ella. Olvide decírtelo.

Que irresponsable, el pobre gatito se estaba muriendo...

Lo sé, lo sé, soy la peor madre gatuna del mundo.

—¿Cuál eran la otras noticias? —pregunté cambiando de tema antes las exageraciones de mi madre.

—¡Ah, sí! Bueno, ya sabes que Josh trabajaba en tu escuela y que a sus veinte años debería tener una profesión... Al fin se decidió e irá a la Universidad. Estamos muy emocionados y al parecer el también.

Siempre entre DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora