Siempre entre Dos

Otro lado de la historia

Capítulo 6: "Otro lado de la historia"

Jimmy POV (Punto de vista)
(Tres días atrás)

》Jimmy en multimedia.

Mi alarma sonó y desperté asustado. Había tenido una pesadilla horrible de estar encerrado en una caja de cristal donde el agua ascendía rápidamente. No había escapatoria pero si había alguien afuera, una mujer que me miraba.

Una semana atrás todo esto de las pesadillas comenzó. Me sequé el sudor de la frente, miré por la ventana y decidí si quedarme echado fingiendo estar enfermo o ir al Instituto.

No me apetecía ir, pero algo me insistía en que lo hiciera. Inhalé una vez más y fui al cuarto de baño. Gracias a Dios que no estaba ocupado, no quería encontrarme con nadie en este momento. Me duché y me puse lo primero que encontré. No era de esos chicos que les importaba su apariencia ni nada, antes sí, pero ahora pensaba que era una semejante estupidez. Había cambiado mucho y mi madre lo notó, por eso cuando estaba tomando desayuno ella habló.

—¿Estás bien? —Preguntó ella con miedo en su mirada.

Mi madre era una mujer muy bonita, de pelo castaño claro y ojos grises. No se parecía en nada a mi, ella era organizada y responsable, además de sacarse el cuero trabajando para mantenernos a los tres. Por otro lado yo era holgazán, enojón y molesto. Bueno así era, ahora soy reservado, sólo eso.

—Sí. —dije concentrado en mi cereal.

—No te creo—fruncí el ceño. Ella dejó lo que estaba haciendo de lado para ahora darme toda la atención—, antes llegabas y me contabas todo lo que te había pasado con Teo y las chicas. Todas las fiestas que tenías y que eras muy popular. Ahora casi ni me hablas y no haz salido de la casa nada más que para ir al colegio. ¿Es por una chica, cierto?

Fruncí más el ceño, si seguía así me saldrían arrugas pronto.

En realidad yo no sabía que contestar, ¿había cambiado? Sí, mucho y en un solo mes. ¿Era por una chica? No, claro que no.

Mi madre asintió. —Lo sabía.

—No he dicho nada. —había desatado la tercera guerra mundial en mi cabeza y aún así quería seguir hablando, no estoy de ánimos. ¿Por qué diablos no lo entiende?

—Es por la chica que trajo ayer West.—entrecerré los ojos. ¿Cómo sabía mi madre que West había traído a alguien? —Como no los veo mucho por mis turnos de trabajo instalé cámaras para que no hagan locuras.

—¿Qué? ¿Nos espías?—pregunté muy exaltado.

Mi madre rió. —No es gran cosa, ni siquiera tienen audio y hay solo dos, una en la entrada y otra en la sala de estar. Pero no me cambies el tema—me señaló con un dedo—.Es por esa chica.

—Que no mamá. No sabes de que hablas. No me pasa nada. ¿Entendido? —dejé mi cereal a medio comer y me marché al colegio.

Me importaba un comino si mi madre se enojaba. Y claro que lo haría sobre todo porque tenía que llevar a mi hermano pequeño al colegio. Miré la hora: 9:00 en punto.

Las clases habían comenzado hace una hora y por eso West no estaba, ya se había ido, semejante patán, ha metido a esa chica en mi vida en el momento más inoportuno.

Mientras caminaba y pensaba vino a mí la respuesta que no quería oir. Era esa chica, Talía, la razón de mis cambios. Todo porque me decidí no molestarla más, lo hacía por encajar y me desquité con ella. Hace un mes decidí no hacerlo más, ya era el líder de mi grupo y de nada me servía burlarme de esa muchacha. Grave error. Me di cuenta de que ella era absolutamente misteriosa, podía destruir a todo el mundo con esos ojos cafés y sabía que no se sentía bien pero fingía. Fingía con una facilidad increíble y supe que lo hacía todos los días, sobre todo cuando yo la molestaba.