Modo amiga salvadora

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Capítulo 23: "Modo amiga salvadora"

¿Talía?

—¿Sí? —susurro.

Miro el reloj de mi velador y este me indica las siete de la mañana.

¿Cómo va la cosa por ahí? —pregunta Matt.

—Uff... pésimo. De verdad mi habitación está plagada de pañuelos por todos lados y no he pegado el ojo en casi toda la noche.

Al notar que no soy muy buena bajando la voz salgo de mi habitación y dejo a Sarah durmiendo en mi cama.

¿No irás al Instituto hoy?

—Creo que no. Le diré a mi madre que Sarah está teniendo problemas en su casa o algo así. Me dejará quedarme con ella—murmuro.

Bueno, intentaré pasarme por tu casa en la tarde...

—No creo que sea una buena idea pero está bien —comento— ¿Has sabido algo de Teo?

El suspira y escucho como respira. Debe estar levantándose.

Nop. Su móvil está apagado y cuando he ido a su casa su madre me ha dicho que no quería ver a nadie —responde algo frustrado—. No sé qué le pasa, no es como si yo tuviera algo que ver en todo lo que le está pasando para no querer hablarme. Debería confiar en mi alguna vez en su vida y dejar de ser un maldito egocéntrico.

—Entiendo que estés enojado Matt, pero vamos, ponte en sus pantalones. Apuesto que tú harías lo mismo si a ti te pasara—digo.

Intento comprender la situación de un punto externo ya que Sarah y Teo son mis amigos, pero al parecer Matt no entiende que su amigo está pasando por una devastación interior tremenda.

Cierro mis ojos y siento como el sueño me consume, con el teléfono en la oreja voy a la cocina a prepararme un café.

Créeme que a mí no me pasaría eso —refuta.

—Nunca digas eso, ahora ve a prepararte y maneja hasta la casa de tu amigo como tantas veces lo has hecho. Entra por la puta puerta y apóyalo. Eso es todo lo que necesita.

¡Vaya! Alguien anda muy directa hoy —dice con una risita.

—Sí, lo sé. Estoy cansada de que las personas no quieran enfrentar sus problemas cuando ya los tienen. No hay que ser cobardes.

Preciosa, no te enfades, eso sólo causará daño en ti. Descansa este día y no te estreses tanto con Sarah, vean una película o algo. Me pasaré por ahí y podré ayudarte, aunque no lo creas, sé mucho de estas cosas de embarazo y rupturas. Pero no quiero que te pongas mal con esto ¿vale? —dice con tono tierno.

Suspiro y agradezco interiormente que Matt me conozca tanto y sepa lo que estoy sintiendo. Necesitaba escucharlo.

—Vale, voy a dormir. Ten un buen día en el Instituto —digo.

Te quiero, preciosa —me dice él.

Sonrío y mi corazón comienza a latir con fuerza.

—Yo también te quiero Matt, adiós —me despido y cuelgo.

Termino mi café lentamente y éste me da un efecto contrario al que suponía, me estremezco y un bostezo sale de mi garganta. Me acomodo en el sofá y caigo en un sueño profundo apenas cierro mis ojos.

***

—¿Segura que estás mejor? —le pregunto a Sarah mientras la observo detenidamente.

—Ya te he dicho unas doce veces que sí —refunfuña ella.

Siempre entre DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora