Intento de cena familiar

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Capítulo 18: "Intento de cena familiar"

Resulta que mi primo, Ryan, sólo quería molestar a Matt y no tenía ninguna intención oculta conmigo. A fin de cuentas el también sabía que yo era su prima y que por el momento no estaba disponible.

Las semanas corrían rápido y febrero se acercó trayendo consigo ese solcito templado que rejuvenecía la piel y hacia olvidar esos meses de frío y nieve.

Matt estaba algo estresado con todas las noticias que había recibido pero conmigo seguía siendo él. En mi familia ya habían bajado los ánimos y podía disfrutar tranquilamente de mis vacaciones o lo que quedaba de ellas. Por lo que con Sarah habíamos decidido pasar una tarde juntas.

Se encontraba engullendo prácticamente la mitad de mi cocina. Estaba muy ansiosa y sabía perfectamente sus razones.

—Anda, deja de comer un rato y dime—empecé.

Ella me miró con ojos de gato con botas y habló mostrando toda la comida que tenía en la boca.

—¡Lo descubrí! —gritó con sus ojos empañados—ese infeliz tiene contraseña en su celular.

No fui capaz de contener la carcajada. —No me digas que por eso estás enojada con el—dije entre risas.

—¡Sí! —gruñó ella—¿qué novio fiel tiene contraseña en su celular?

La mire a sus ojos castaños y sonreí tendiéndole un pañuelo.

—No seas así, sabes que lo tienes enamorado de ti y comiendo de la palma de tu mano. ¿Escuchaste las razones que te dio el al menos?

—Claro que no—gruñó ella.

Siguió comiéndose mi helado de chocolate mientras yo reía y revisaba su teléfono. El pobre de Teo la había mensajeado y llamado unas mil veces explicando una y otra vez que la contraseña había sido para que su hermanita no se metiera en su teléfono. Era razonable la verdad, los hermanos son muy intrusos. Más mi amiga no quería creerle y estaba aún en su estado de negación.

—Estás chiflada—le dije.

—¿Lo dices en serio? A lo mejor Teo ya no me quiere—sus ojos comenzaron a lloriquear nuevamente.

—No seas tonta—sonreí—a ti lo que te falta es un pilar importantísimo en las relaciones: Confianza.

—Si confío en el—la miré a los ojos y ella bufó dándome la razón.
Me miró dejando la comida de lado y noté miedo en sus ojos. Me estaba ocultando algo.

—¿Pasa algo más? —pregunté.

Ella mordió su labio que ahora había perdido color y agachó la cabeza.

—Ssi—suspiró—no quiero ser melodramática pero, no me ha bajado.

Dijo las últimas palabras tan rápido que tuve que procesarlas varias veces antes de entender.

—¿Qué? —levanté su cara y la dirigí hacia mi— ¿Estas segura? ¿No es sólo un atraso normal?

—Ese es el problema—dijo mirándose los dedos—soy muy normal con mis periodos y ahora tengo siete días de atraso... No es un número menor.

Empecé a preocuparme un montón por ella y mi uña del dedo índice me lo estaba reclamando mientras la mordía nerviosamente en mi boca.

—Me dijiste que se habían cuidado.

—Y lo hicimos—alegó rápidamente—pero Teo empezó a decir cosas, que su protección había estado mucho tiempo, que podía estar vencido. Y yo... ¡Ah!

Siempre entre DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora