Un mes con el príncipe

¿Celos?

-Señoritas ¿donde estaban?- les dijo Helena mientras las apresuraba a dirigirse al comedor -Un momento ¿por qué llevas la misma ropa de ayer?-

Meg la miró nerviosa y abrió la boca para responder antes de que su amiga saliera al rescate.

-Meg se sentía mal ayer y ni siquiera tuvo fuerzas para ponerse la pijama y hoy en la mañana despertó tan tarde que no tuvo tiempo de vestirse-

La chica levantó una ceja -¿Entonces qué esperas?, ve a cambiarte antes de que lleguen sus majestades ¡Tienes cinco minutos y contando!

Meg se dirigió corriendo a su habitación, se puso un vestido suelto y ocultó su enmarañado cabello en una sencilla trenza antes de dirirgirse al comedor a toda prisa.

-¿Se te hizo tarde?- preguntó una voz cerca de su oído haciendola pegar un salto.

La chica se giró hacia él torciendo los ojos -¿Tu qué crees Derek?- preguntó en tono cantarín, antes de dedicarle una sonrisa divertida.

-Y bien- agregó impaciente -¿Qué esperas?-

-Me da mucha pena entrar cuando ya todos están ahí dentro, no soy de las chicas que llegan tarde solamente para hacer una entrada-

Meg estaba lo suficientemente cerca de la puerta como para escuchar el otro lado pero lo suficientemente lejos para que no la escucharan a ella. -Al mal paso darle prisa ¿no?- le susurró el chico dándole el empujón que necesitaba para entrar.

-¡Siento llegar tarde!- gritó la chica al llegar a la mesa.

-Mi culpa- Meg se volteó justo a tiempo para ver como el príncipe le sonreía antes de pasarle un brazo por los hombros acercándola más hacia el.

Tres chicas sacaban fuego por los ojos, dos chicas sonreían con tristeza en el corazón y una chica se ponía colorada. Derek por otro lado, simplemente disfrutaba la función.

-El desayuno- gritaron las doncellas al entrar al comedor despertando a todos del trance en el que se encontraban.

Meg se apresuró a sentarse junto a su pelirroja amiga pero el príncipe le impidió el paso.-Aquí Potters- dijo Derek mientras le acomodaba la silla invitándola a sentarse a su lado.

La chica lo miró con desagrado y le mostró una falsa sonrisa -¿qué quieres que termine en el estofado de la cena?- susurró entre dientes.

-¿De qué hablas?- preguntó divertido.

Meg le señaló con discreción a sus compañeras de piso quienes al notar la mirada del príncipe cambiaron su cara de pocos amigos por una sonrisa perfectamente ensayada.

-Megan querida- le dijo Dianne al salir del salón terminando el desayuno -¿podemos tener una pequeña charla, en privado?

-Meg- la corrigió.

-Como digas- Dianne la miró con desprecio y se rió con crueldad en su cara -¿Para que engañarnos?- le dijo un voz melosa. -La verdad eso no me importa, no me importa tu nombre, tu ropa, tu forma de ser... bueno, simplemente no me importas tú, para nada, nadie lo hace en realidad. Aquí o ganas o pierdes y yo nunca pierdo ¿entiendes?-

-Por supuesto yo jamas me pondría a competir por un chico con alguien como tu- Dianne le sonrió con superioridad -porque yo a diferencia de ti si tengo dignidad-

-Escucha bien niñita- murmuró entre dientes aprisionándola contra la pared.

-Te creerás mucho porque el príncipe te dio un tiempo de calidad, pero fue solo eso, un momento de lástima para la pobre chica que casi queda bajo las llantas.

No eres nadie, ni siquiera eres lo suficientemente importante para llegar aquí por tus propios medios y no como un acto de caridad. Así que por qué mejor no te largas de una vez y te llevas a tu insoportable amiga, a fin de cuentas a nadie le importan-

-Te equivocas, a mi si-

Feliz lunes de capítulo nuevo, espero que les guste. Ahora momento fangirl: ¡Iiiiiiip no me puedo creer haber llegado a más de 400 estrellitas y 200 comentarios, la verdad que muchas gracias, para los recien llegados sean bienvenidos y para los que estan desde el principio muchas gracias por quedarse.

Les juro que me sacan una sonrisota con todos y cada uno de sus comentarios y estrellitas, muchisimas gracias. Los quiero, mucho love para ustedes, son los mejores❤