Hasta siempre

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-¿Cómo dices?- gritó Meg visiblemente preocupada -¿Desa... desaparecido? ¿Cómo puede ser eso posible? El nunca sale de casa.- murmuró con la voz quebrada intentando aguantar las lágrimas.

-Lo siento tanto Megs- susurró Clarissa arropándola entre sus brazos, gesto que su amiga agradeció inmensamente. -Ni siquiera sabemos bien que pasó, mis padres comenzaron a llamar al castillo preguntando por tí y al no contestarles decidieron pasarme a mí el mensaje.

Anoche todo normal, tu papá se despidió de los míos antes de irse a dormir, pero cuando lo llamaron para salir a desayunar no contestó, fue ahí cuando se dieron cuenta que algo estaba mal. Conoces a tu padre Meg, nunca se salta las comidas. 

Aún así  muchos pensaban que simplemente estaba demasiado cansado y simplemente seguía durmiendo, tristemente no fue así- dijo haciendo sollozar a su amiga. Clarissa la miró consternada sin saber bien que decir.

-Potters- susurró el príncipe, quien había decidido apartarse de las chicas, una cosa eran sus sentimientos por Meg y por si el fuera la hubiera consolado desde un inicio. Sin embargo, muy en el fondo entendía que lo que ella necesitaba era un recuerdo de su hogar, necesitaba a su mejor amiga. -Será mejor que las deje solas, ¿estarás bien?- la chica asintió lentamente y recibió un tierno beso en la mejilla antes de regresar a los brazos de su amiga.

-No te diré no llores, porque algunas veces es necesario hacerlo pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para limpiar tus lágrimas, sin importar que cierto príncipe se esfuerce en quitarme ese trabajo-

-Ay- murmuró con una risa dentro de su llanto -Eres la mejor-

-Lo se, me lo has dicho muchas veces- bromeó su amiga, con la satisfacción de haber logrado hacerla reir a pesar de la horrible situación en la que se encontraba.

Derek, por su parte, se encontraba delante de la puerta que conducía a la habitación del rey. La punta de sus pies rozaba la madera y sus dedos estaban a escasos centímetros de la manija. Tragó saliva sintiendo la resequedad de su garganta coincidir con su estado emocional.

"Quizás debería irme" pensó el chico derrotado. "Al fin y al cabo no va a tomarme en cuenta, casi puedo escucharlo decir: ¿Realmente me estas pidiendo que mande a mis tropas a buscar a un solo hombre?, ¿En serio quieres gastarlo todo en un individuo?"  y justamente al pensarlo, se decidió que iba a hacerlo. 

Porque si, quizá no era importante para su padre, pero era importante para Meg y todo lo que había hecho antes por ella se tacharía en el momento justo de acobardarse y no hacer nada para encontrar a su padre. Si bien, no era su persona favorita en el mundo, gracias a él la tenía a ella y no iba a darse por vencido sin dar batalla. -Padre, necesito pedirte un favor- dijo al abrir la puerta.

Me gustaría decir que las cosas salieron bien y que gracias a la búsqueda comandada por Derek, encontraron al padre de Meg ese mismo día. 

Sin embargo las cosas no fueron así. Derek entró con una confianza en sí mismo al cuarto de reuniones de su padre, sin embargo esta desapareció tan rápido como había hecho presencia con la respuesta recibida -Hijo, estoy muy ocupado ahora, ¿por qué no me esperas afuera?-

Y lo hizo, esperó y siguió esperando hasta que finalmente lo vio salir de la habitación. -¿Y bien?- gruñó el chico -Ahora ¿puedes escucharme?-

-Derek, ese tono. Ya se esta haciendo algo tarde, ¿qué te parece si vamos a buscar a tu madre y me lo cuentas después de la comida?-

-¡NO!, ¡No me parece, padre! Y por favor ahórrate las molestias de decirme que dejé de actuar como un niño y comience a actuar como un rey, porque eso es justamente lo que estoy haciendo.

Siempre dices, que el bienestar del pueblo es la mayor prioridad de sus gobernantes. ¡Bien, puede que sea por motivos personales pero eso es lo que estoy intentando hacer!. ¡No importa que sea solo una persona, es importante y es parte del reino! 

¡Si fuera mi madre la desaparecida todo el reino estaría en su búsqueda, pero como no se trata más que de un simple campesino a nadie le interesa!. ¡A mi si y no importa si no quieres ayudarme, puedo hacerlo solo!-

-Derek, pronto te darás cuenta que algunas personas importan más que otras-

-¿Y quién nos dio el derecho de decidir eso?-

Clarissa llevaba toda la tarde con su amiga, habían llorado y reído juntas, conversaron de historias pasadas y futuras.-Prométeme que seré la madrina de tu primogénito- el día se les pasó volando como siempre pasa cuando estas con las personas que quieres, incluso lo olvidaron, solamente por un minuto y luego regresó para atacarlas como una estocada en el pecho.

-Creo que debería irme-

-Meg, no deberías estar sola hoy. ¿No quieres venir conmigo al cuarto o podría ir al tuyo e invitamos a Emilia y si quieres también a la insufrible de Dianne, que la pobre se la pasa encerrada en su cuarto sin hablar con nadie.-

-No, tienes razón tenemos que hacer algo respecto a eso pero hoy solo quiero ir a mi habitación, llorar y pensar que esto no es más que un mal sueño y cuando despierte mi papá estará bien- sin decir más se dirigió a su cuarto y cerró los ojos hasta que se hizo de noche.

Meg se levantó de un brinco al escuchar unas piedras golpear contra su ventana, se puso sus pantuflas y caminó despacio para ver lo que estaba pasando, a lo  lejos pudo ver una bufanda verde ondeando del tronco de un árbol. -Papá- murmuró saliendo de su habitación y corriendo entre la noche hacia esa dirección.

Se detuvo al llegar al árbol, un hombre algo canoso de baja estatura se erguía nervioso del encuentro que se avecinaba.-¿Papá eres tu?- susurró con lágrimas en los ojos.

-Si, soy yo Megie, aquí estoy pequeña-dijo el hombre acercándose tímidamente a ella y recibiendo un abrazo no merecido de parte de su hija. -Meg, lo siento tanto y se que no merezco que me perdones pero quería que lo supieras- murmuró haciéndola sollozar más fuerte. 

-Papa, debes venir conmigo vas a congelarte aquí afuera-

-No he venido a quedarme Meg, me voy, no quiero tener nada que ver con este pueblo, me voy a esconder para que él no me encuentre-

-¿Te refieres a...

-Si, lo siento tanto hija. Lo arruiné todo, estaba tan asustado de perderte como a tu madre que simplemente hice lo impensable, cometí un error que no hay manera de reparar y ahora veo que tu sola has logrado encontrar lo que yo siempre he querido para ti.

Amor- murmuró entre lágrimas. -No dejes que te encuentre Meg, no sabe como eres, solamente conoce tu nombre pero esperamos piense que simplemente has escapado conmigo.
Evita que tu nombre suene al público, los únicos que sabemos estás aquí, te queremos a salvo.

Pero yo necesito quererte... desde lejos. Hasta siempre Meg- murmuró el hombre dándole un beso llenó de lágrimas. -Te quiero-

-Hasta siempre papá- murmuró para sí al encontrarse sola de nuevo. Sin saber que una sombra la observaba en la oscuridad.

Feliz Lunes a todos, espero que tengan una maravillosamente hermosa semana. Solamente quería agradecerles nuevamente porque nunca me canso de hacerlo y de decirlo, ayer 29 de mayo desperté con una grandiosa noticia: mi historia estaba en el puesto 4,¡en el 4! de novela juvenil, de verdad que no entiendo como pasó eso pero me siento tan orgullosa. Mil gracias a todos y cada uno. Love love love para el mundo.

Dedicado a las grandiosas y geniales: 

Beakchan19MariajosecararamiXiahiryDelValleAkanehhfatihdzquirozIDM2003, Mermelada478, summercaroa

Un mes con el príncipe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora