-¿Meg? ¿Meg estás bien?- susurró Emilia quien se encontraba tomada de la mano de Eric.
-Si, si. Todo perfecto-
-¿Segura?- la chica miró a su amiga por un segundo antes de abrazarla con fuerza. -Ahora si-
-¿Qué fue eso? ¿Segura que estás bien? Eric y yo estabamos cerca de aquí y escuchamos los gritos. Mejor dicho sus gritos.
No te preocupes Meg, estoy segura de que solamente buscaba hacerte sentir mal, no dejes que lo logre-
El día pasó tranquilas las chicas excepto Dianne habían decidido en pasar una mañana de películas para calmar un rato a Meg.
-¿Quiéres que veamos otra? ¡Woaaah! ¿qué fue eso?- gritó Clarissa mientras un ave entraba volando hacia ellas.
-Creo que tiene algo en su pata- señaló Emilia -y dice Potters....
Querida:
Como te dije es momento de conocer a mis padres, pero resulta que no solo ellos quieren conocerte.
Te lo explicaré todo en un segundo.
-D.-Señoritas- dijo el príncipe irrumpiendo en la habitación
-¿Pero qué? ¿Como sabías que estabamos aquí?-
-Por el ave del amor y un poquito de ayuda de Clarissa claro. ¿Podrían...
Las chicas entienderon al momento y salieron rápido del lugar, dejandolos solos.
-Potters- murmuró antes de abrazarla con ternura -te he extrañado mucho-
-Yo igual- dijo la chica algo incómoda.
-Bueno, como decía el mensaje no solamente mis padres quieren conocerte, sino toda mi famila-
-¿En serio?-
-¡Si! ¡mañana mismo nos vamos!, claro si tu quieres, porque tendremos una gran reunión familiar y no te preocupes porque Roger y Amelia estarán ahí. Y si quieres podemos llevar a las demás invitadas y le puedo pedir a Helena que vaya también, se que te agrada mucho-
-¡No! Yo... también tengo que contarte algo.-
-¡¿Qué?!- gritó el chico al enterarse de lo acontecido -¿Ella... te amenazó? No lo entiendo, todo este tiempo creí que era incapaz de hacer daño, tan correcta y servicial pero ahora...
Que bien que se fuera porque nadie escuchame bien nadie, te hará daño, no mientras yo este aquí- susurró dandole un beso en la frentre -yo voy a cuidarte siempre Potters, todo va a estar bien-
La tarde pasó y los chicos continuaron viendo películas entre abrazos y sonrisas.
-¡Oh que mal!- dijo el príncipe -No deberíamos ver este tipo de películas juntos, me hacen sentir mal por no ser tan romántico-
-Claro que lo eres- dijo Meg intendando darle un beso pero terminando en su mejilla. -¿Derek?-
El príncipe la miró con ternura y le regaló una radiante sonrisa -Claro que lo soy. Y no es por presumir pero estás a punto de tener el momento más romántico de tu vida al salir por esa puerta-
-¿Cómo?-
-Tu solo siguéme y verás- susurró tomandola de la mano y conduciendola hacia la salida.
La chica cerró los ojos por instinto y al abrirlos se encontró con su propio paraíso nocturno.
Iluminado por velas de colores pastel, un camino de pétalos de flores les marcaba el sendero a seguir, una arco de flores abría paso al destino final.
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Un mes con el príncipe
Teen FictionÉrase una vez un apuesto príncipe que vivía en un castillo y encontró el amor verdadero. Mejor no. Esta es la historia de un príncipe presumido que se cree la gran cosa como para dignarse a invitar a por lo cinco chicas a su castillo para cumplir s...