Una última vez

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-Si me escuchas Helena, solo te pido un favor, no lo dejes solo. No me importa que seas tu, pero por favor ve, toma su mano y si este es el adiós, por lo menos que no lo tenga que decir solo- dijo Meg y eso cambió todo.

Helena se encontraba totalmente quieta presenciando la tortura que le estaban dando a su querido Derek, sabía que debía hacer algo y eso fue justamente lo que hizo, en un acto de egoísmo y crueldad decidió que si no podía detener el sufrimiento entonces iba a esparcirlo.

Meg. Ella era la respuesta, lo único que podía hacer para sentirse mejor era cumplir con su propósito de hacerla sentir mal. Poco sabía que ella ya no estaba en donde la había dejado, poco sabía que ya no estaba sola sino al cuidado de sus amigos más queridos.

Poco sabía que al hacerla despertar les estaría dando lo que más necesitaban, esperanza.

Amelia lo había visto desde un inicio, Meg estaba en una condición extraña, una que no había visto más que en las personas que ya no estaban presentes. Estaba fría y algo dura, no se movía, no respiraba, no daba señales de vida, pero no quiso decir nada porque sabía que una vez lo hiciera, se volvería realidad, todo sería diferente y ya no habría vuelta atrás.

Al final tuvo que decirlo, porque a pesar de que los quebraría por completo, sobre todo a su esposo, quien se había visto a obligado a abandonar a su primo solo para salvarla, sabía que cada minuto que corriera sería un minuto más de esperanza y prefería romperlas antes de que esta continuara creciendo y explotará en frente de ellos.

-Meg ni siquiera esta respirando- dijo y Roger no pudo soportarlo más, no podía creer que esa niña que tan sinceramente había querido ayudarlo ya no estuviera más con él. Pero sobre todo le dolía el hecho de que su primo se hubiera quedado solo cuando finalmente se había arreglado todo.

Hasta que Helena decidió despertarla y sí, los hizo sufrir por la condición en la que se encontraba Derek pero por lo menos les regresó a quien creían perdida para siempre y fue ahí donde se dio cuenta que había fallado con su objetivo.

Uno puede quitar todo menos la esperanza, un pequeño brillo de luz escondido dentro de la fría oscuridad y si Meg lo había logrado contra todo pronóstico, existían posibilidades de que Derek lo lograra también, solo debían esperar a que la suerte estuviera de su parte y todo saldría bien.

Todos pensaban eso excepto Meg.

Ella sabía que el destino y la suerte no habían tenido nada que ver con su regreso, había alguien detrás de todo, que solamente estaba jugando con los hilos de sus vidas para manipularlos a su antojo y ese alguien era Helena.

A pesar de todo, seguía siendo una persona con sentimientos y corazón, uno muy lastimado y roto pero vivo a final de cuentas y si ella no podía estar con Derek, por lo menos contaba con el alivio de que alguien que lo quisiera si estuviera.

Algo tronó en Helena y en un arranque de sentimientos produjo una ola de viento que noqueó a todos los habitantes del reino, incluyendo al grupo que se encontraba escondido en una cabaña cerca del castillo.

Aprovechando la situación, la chica se hizo paso de entre todo los cuerpos tirados para llegar con el príncipe, lo desató y lo arropó en sus brazos para después desaparecer con el para llegar al interior de una habitación en una torre.

-Finalmente solos- dijo tendiéndolo en la cama -y nunca más separados- comenzó a acariciar su cabello mientras una nube de humo comenzaba a formarse frente a ella. -¿donde estás megcita?-

La visión comenzó a aclararse y con un simple movimiento Helena apareció dentro de la cabaña, la chica pudo percibir a un grupo conocido tirado en el piso, las chicas que en algún momento la hicieron sentir menos ahora estaban literalmente a sus pies. También estaban ahí no uno sino dos de sus antiguos compañeros, el pobre de Eric quien, al parecer había logrado volver con Emilia y la afortunada Amelia quien había cumplido el sueño de casarse con la realeza, quizá ellos no lo merecieran pero habían hecho su elección y eso les tocaba por elegir a esas amistades.

Un mes con el príncipe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora