El príncipe despertó con un terrible dolor de cabeza, nauseas y ardor en la espalda, se encontraba recostado boca abajo en una pequeña cama y pequeñas hojas cubrían sus recientes heridas. Sentía el dolor en todo el cuerpo, nunca antes alguien había sido físicamente violento con él y no entendía como existían personas que disfrutaran haciendo tan horrible daño.
-¿Qué pasó?- murmuró sintiendo la garganta reseca, abrió los ojos con pesar después de haberlo intentado por un rato y finalmente logró ver el mensaje que lo había estado esperando durante toda la noche, pues a pesar que el chico había despertado junto a todo el reino, la situación en la que se encontraba lo tenía muy débil y no pudo más que seguir durmiendo.
Ella te espera en la cabaña del castillo. Sean felices por mi, Helena.
"Ella te espera"
-Meg- susurró, sintiendo como si una parte de él volviera a la vida con tan solo decir su nombre -Potters, Meg- dijo saboreando cada palabra -Potters- y comenzó a correr como si su vida dependiera de eso.
Se encontraba golpeado y las heridas amenazaban con volver a abrirse en cualquier instante pero no le importó porque sabía que una vez llegado a su destino se sanaría una herida aún mas grande, la de su corazón y sin importar que pasara después, eso era lo más importante. -Potters-
Todo seguía tan firme en su mente, todo pasó por ella cuando corría a buscarla.
Ese primer día donde a pesar de casi haber muerto, ella se había mantenido firme y había tenido el coraje y la honestidad para culparlo, porque era cierto, había sido su culpa pero ese pequeño error se había convertido en el inicio de lo mejor de su vida.
Dicen que puedes saber si estas enamorado de alguien si puedes pasar toda la noche simplemente mirándolos dormir y el ya lo había hecho muchas veces, no había duda de sus sentimientos hacia ella y no se iba a rendir hasta saber si ella sentía lo mismo, para su suerte lo hacia.
A pesar de todo, peleas, celos y muchos momentos donde pensó que era momento de tirar la toalla, nunca se dio por vencido, siguió luchando hasta el momento en donde ella le dio el sí y el sabía que si lograban sobrevivir a esa locura, nunca nada los volvería a separar.
Sin darse cuenta y simplemente dejándose guiar por su corazón, ya había llegado a la cabaña. Respiró profundamente, acercándose a la puerta y comenzó a tocar, sin recibir respuesta.
-¿Qué? ¿Qué fue eso?- preguntó Emilia, quien dormía en los brazos de Eric. El grupo, al igual que el príncipe había decidido que no había nada que pudieran hacer en la fría noche más que escribir su propia sentencia arriesgándose a ser encontrados, por lo que a pesar de las fuertes súplicas de Meg, se habían quedado a dormir dentro de la cabaña, con la esperanza que las cosas mejoraran con la salida del sol.
-¿De qué hablas linda?-
-La puerta, hay alguien la puerta- susurró la chica entrando en estado de alerta. Las demás brincaron de los sitios donde dormían para colocarse lo más alejado posible de la puerta mientras Eric y Roger se colocaban delante de ellas con unos palos para protegerlas.
-¿Potters?- la llamó desde el otro lado. Meg quien, estaba siendo abrazada por sus amigas, se soltó a la fuerza con intenciones de ir a abrirle a su príncipe.
-¡No!- gritó Roger tomandola del brazo -No abras Meg, sabes tan bien como yo que el ya no esta- dijo con la voz quebrada, la chica lo miró y asintió, se había ido en el momento que llegó el temido silencio, pero entonces ¿por qué aún lo sentía cerca?.
-Potters soy créeme-
Meg quería hacerlo, quería creerle, abrir la puerta y abrazarlo para nunca más soltarlo pero su cabeza le seguía diciendo no. -No puedo hacerlo, tu ya no estas solo eres un producto de mi imaginación- pero por otro lado, si en realidad era Helena no veía la razón por la que estaría tocando si ella podía aparecer y desaparecer donde quisiera, solo hacía falta un movimiento y ella estaría ahí.
ESTÁS LEYENDO
Un mes con el príncipe
Teen FictionÉrase una vez un apuesto príncipe que vivía en un castillo y encontró el amor verdadero. Mejor no. Esta es la historia de un príncipe presumido que se cree la gran cosa como para dignarse a invitar a por lo cinco chicas a su castillo para cumplir s...