Sin miedo

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Algo dentro de ella la hizo sentir incómoda, como si existiera un sensor de peligro en su cuerpo que le estuviera gritando "corre", pero no podía ser ¿o sí? a final de cuentas se encontraba protegida por las murallas del palacio y ya era demasiado tarde como para que alguien más decidiera dar un paseo por la oscuridad.

Probablemente solamente era su imaginación jugándole una mala pasada o incluso su subconsciente que deseaba encontrar una mejor respuesta a la triste despedida de su padre, porque ¿no se suponía que los padres debían estar siempre con sus hijas?. Si importar lo ocurrido, durante todos esos años solo se tenían el uno al otro; ahora Meg tenía la suerte de contar con alguien mas, su padre, por otro lado,

él, ya no tenía a nadie.

Caminaba lentamente intentando despejar su mente hasta que escuchar claramente el crujido de unas hojas, "seguramente las pise yo" pensó inquieta y aminoró el paso, no importaba que no fuera nada ella no estaba dispuesta a arriesgarse.

Y entonces lo escuchó. El sonido de pisadas y de una respiración entrecortada que no era suya, definitivamente alguien la estaba siguiendo y no precisamente para desearle buenas noches, echó a correr con las fuerzas que no tenía y comenzó a gritar a todo pulmón para tratar de despertar a los que dormían dentro del castillo.

Cerrado, de nuevo. Solamente que esta vez no se encontraba con Derek, estaba sola y las pisadas cada vez se escuchaban más fuerte, más cerca. Ni siquiera corría, simplemente caminaba disfrutando cada paso hasta llegar con ella.

-¡Despierten! ¡Por favor, abran! ¡¿Alguien?!- gritaba Meg golpeando las puertas con sus pequeños puños perdiendo poco a poco la esperanza, hasta que esta llegó de la persona menos esperada.

-¿Qué es todo ese escándalo?- gruñó Dianne abriendo la puerta, la chica no lo dudo ni un segundo y se abalanzó hacia ella atrapándola en un abrazo y cerrando la puerta de un porrazo.

-¿Qué demonios te pasa?- gritó soltándose con brusquedad -¿Qué estabas haciendo allá afuera, acaso tenías un encuentro romántico con el príncipe y te dejo plantada? Mejor aún, ¿te quedaste dormida en el bote de nuevo? O quizás...

-¡Cállate Dianne!- explotó Meg, abrumada por todas las emociones de esa noche, dejando a la chica boquiabierta. -¿Disculpa?-

-Lo siento, yo no quería gritarte pero pasaron tantas cosas y yo realmente necesito hablar con alguien-

-Lamento informarte que no todos están dormidos queridita- susurró burlonamente -tienes mucha suerte de que fuera hora de mi mascarilla natural o hubieras pasado toda la noche muerta de frío allá afuera y no queremos eso ¿cierto?-

-Eso no importa, tu estás aquí y puedes decidir escuchar o no, pero de igual manera en algún momento te ibas a enterar y si lo único que quieres es usarlo en contra bien, pero que no se te olvide que sabremos exactamente a quien culpar-

Y fue así como Meg se lo contó todo, desde la muerte de su madre hasta lo acontecido en esa noche, se lo conto antes que sus amigas, incluso antes que a Derek, pero en algunos momentos no importa quien este escuchando sino lo que realmente se esta diciendo.

-No se que hubiera pasado si no hubieras abierto la puerta, gracias- culminó con honestidad. La chica la observó con un brillo de curiosidad en los ojos y sintió un cosquilleo en su garganta, como si esta estuviera luchando para decir lo que realmente sentía, tristemente no lo hizo.

-Si bueno, eso no significa que me agrades ahora, ni que simplemente por abrir la puerta ya vamos a ser amiguísimas para siempre. Esto no es una película infantil Meggie, la vida real no funciona así- señaló secamente. -Tu más que nadie deberías saberlo- dijo y la chica pudo ver un intento de sonrisa formándose en la comisura de su labios.

-¿Potters?- Derek se encontraba esperándola afuera de su puerta con el rostro lleno de preocupación, había decidido en ir a dejarle una pequeña sorpresa pero al llegar y ver la puerta abierta con la luz encendida no había parado de dar vueltas por todo el castillo buscándola.

Se sentía tan tonto por ni siquiera haber pensado en la posibilidad de que estuviera afuera y es que en el momento en el que la vio regresar a su habitación, sintió como el color regresaba a su rostro. Podía parecer fuerte pero constantemente sentía el temor de que en cualquier momento alguien llegaría y se la llevaría, alejándola de él, para siempre.

Por eso, una vez que descubrió que ella seguía ahí no pudo hacer más que correr a abrazarla. Gesto que la chica devolvió en el acto. -Derek- susurró dejando las lágrimas salir finalmente de sus ojos.

No la dejaría sola, nunca lo haría, pero tampoco quería incomodarla y mucho menos después de esa noche, así que decidió dormir afuera de su puerta, vigilando sus sueños y atacando sus pesadillas, Meg sabía que el estaba ahí para protegerla y no tuvo más miedo.

Dedicado a la maravillosa ItziGCaldmar.

Lo prometido es deuda y aunque es un poco tarde, aún es viernes. Lamento mucho si los hago esperar pero realmente estoy siendo atacada por proyectos que no tengo idea de donde salen, desearía ya estar de vacaciones para poderles subir capítulo tan rápido como lo merecen.

Muchísimas gracias por su apoyo, ya saben que realmente los aprecio a todos y cada uno de ustedes demasiado, Love love love.

Un mes con el príncipe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora