La persona más inteligente que he conocido es, sin lugar a dudas, quien ahora tengo en frente.
Y si otra persona me preguntara, no sabría explicar los motivos. Solo me sonrió, enlazando sus manos bajo su barbilla, y me miro fijamente a los ojos.
-¿No crees qué se ha quedado un buen día?- alzo la mirada al cielo, en donde no se podía ver ni una sola nube. Por su lado, el sol brillaba con fuerza, y los rayos que conseguían alcanzar nuestra mesa calentaban la superficie de cerámica.
-¿Por qué has pedido verme?- pregunté, sin rodeos. Su sonrisa se ensanchó, pasando de agradable, a ligeramente cruel.
-Solo quería charlar- se inclinó en la silla, tomando el vaso que había ante ella. Se había pedido un té helado, y podía ver como sus dedos se humedecían debido al rocío que se había acumulado en el vaso- ¿Hay algo de malo en eso?-
-Llevas mucho tiempo desaparecida- murmuré, dando un sorbo a mi café- ¿Volverás a engañarme? ¿A contarme más patrañas?-
-¿Yo? ¿Patrañas?-
-No te hagas la tonta, Hope- gruñi, dando un golpe a la mesa. Varios de los transeúntes y clientes se giraron a mirarnos.
-Cálmate, fiera- se echó a reír, dando un sorbo a su bebida y se relamió- No me hago la tonta, Elijah- se recostó nuevamente y cogió la carta de dulces- ¿Acaso no puedo ver un viejo amigo?-
-Desapareciste sin dejar rastro tras aquél suceso. Muchos dijeron que habías sido tú la culpable- susurré- La gente dejó de confiar, el resto no quiso tener nada que ver contigo- me pasé la mano por el pelo- Yo soy el único que estuvo atento a tus señales, y ahora...- suspiré, derrotado.
Recordaba aquella noche, como el alcohol nubló todos nuestros sentidos, y el pacto que se hizo cuando la oscuridad llegó a su fin. Miré a Hope, su melena rizada, cortado de manera estilosa, y con su precioso tono, del color de la corteza de los árboles. A pesar de su belleza, mi amiga siempre había sido cruel, venenosa con la gente, y de lengua pérfida y afilada. La única persona capaz de ver su lado bueno habia sido Virginia. Y su pérdida fue el detonante para que Hope explotara. Desapareció sin dejar rastro, todos en Wesson Valley hablaron de ella día y noche. Y ahora, años después, se había puesto en contacto conmigo. Nos habíamos encontrado un par de veces, pero nunca se dijo nada de su desaparición.
-Se lo que hicisteis- murmuró, tomándome por sorpresa.
-¿A qué te refieres?-
-¿No te habías quejado de mis patrañas? Ahora no me mientas tú- su tono me produjo escalofríos, y me quedé paralizado- Se que matasteis a Virginia. Y se muy bien como sucedió-
-Mientes...- murmuré, asustado.
-¿Miento?- rió levemente, divertida por la situación- Se que la llevasteis a la zona de obras. Era solo una fiesta ¿no? Brad no me había invitado porque todos me encontrábais insoportable. Me odiábais ¿no es asi?- dio otro sorbo a su bebida y me miró a los ojos- De algún modo, y por el alcohol, empezasteis a criticarme. Pero no simples palabras- se inclinó hacia mí- Me llamasteis puta. Víbora, zorra. Me pusisteis verde, contasteis cosas que pusieron a Virginia muy nerviosa- tomó mi mano- Tú, en especial- sonrió- Dijiste que había perdido mi dignidad al hacerle una mamada al profesor de Historia solo por aprobar. Puta, zorra y víbora- repitió- Que había vendido mi cuerpo, que era alguien arrastrado- apretó el agarre, visiblemente molesta- Criticasteis, criticasteis y seguisteis criticando- suspiró- Virginia no lo soportó. Os pidió que pararais, que dejarais de criticarme...¿pero sabes? Solo os reisteis, y os burlasteis de ella. De Virginia. De MI Virginia- su mirada se enturbio- Ella era la única persona a la que yo quería. Y vosotros la matasteis. Empezó Christie. Ella le tiró un vaso lleno de alcohol. Y os reisteis. Empezasteis a tirarle vasos. Cuando se acabaron, a alguien se le ocurrió la fantástica idea de lanzar una piedra. Y fue cuando dijo que me lo iba a contar todo, y os criticó, que tú la golpeaste. Cayó al suelo aturdida, y empezasteis a patearla. Todos la golpeasteis. Quedó inconsciente, y creísteis que la habíais matado- gruño- Y a Victor se le ocurrió la genial idea de que si no había cuerpo, no había crimen- se volvió a inclinar- Así que la cubristeis con el alcohol restante, la metisteis en un hoyo, y prendisteis fuego al cuerpo- en mi cabeza aún resonaban aquellos gritos- Matasteis a Virginia, Elijah-
-N-Nos asustamos- murmuré. Todo había ocurrido tal y como Hope estaba contando. Pero algo rondó en mi cabeza. Un miedo atenazante, como si algo viscoso trepara por mi garganta- ¿C-Como...como te enteraste?- esbozó una sonrisa despectiva.
-¿Hace cuanto que no sabes nada de Victor? ¿De Christie? ¿De Brad? ¿De todos?- dejó un billete en la mesa- Has tenido suerte, Elijah. Hoy me has pillado de buen humor- se puso unas gafas de sol y me sonrió, antes de desaparecer. Me quede paralizado en mi sitio.
Había pasado un tiempo desde la última vez que tuve contacto con ellos. Tragué saliva, recordando algo que la misma Virginia me había dicho poco antes de su muerte...
La inteligencia no se mide en relación a cuantas preguntas eres capaz de responder, sino por como las respondes. Una persona que sabe sus limitaciones, y sus puntos fuertes, que conoce la forma de usarlos, esa persona si es inteligente.
Hope siempre había sido lista. Sus notas eran buenas, y a pesar de su carácter, sabía como hablar con la gente y como conseguir las cosas. Y aquella inteligencia la había convertido en una máquina cruel y despiadada.
¿Pero qué es lo que hicimos? pensé, llevandome las manos a la cabeza...