Yo no creo en extraterrestres...
Es la frase más estúpida que he escuchado entre la gente que me rodea. Cada día oigo como critican a los que depositan su fe en esa creencia. A aquellos que miran al cielo con esperanza de encontrarse algo mas allá.
Cada noche me dejo caer desde las azoteas, buscando aquellas luces de fe que me dan la vida. Sonrio al entrever entre las ventanas signos de creencia, y procuro colarme en sus sueños, mostrando mi forma real, para darles más esperanzas y que puedan sonreír.
Al fin y al cabo, estamos entre ellos, nos movemos con su físico, con sus tradiciones. Llevamos siglos aquí, ocultos en las sombras, interactuando con los antiguos y evitando en mayor medida a las nuevas generaciones, cuyas mentes ha involucionado en lo que la aceptación de nuestra existencia se refiere.
Mi único consejo para ellos es que no ignoren nuestra presencia, y no se burlen de aquellos que aún la aceptan. Aún vivimos aquí, y muchos de nosotros procuramos ayudarlos y rescatarlos de aquellos que reinan en sus pesadillas...
Omega