Día 26 [Ryuji]

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Me llevo bien con la gente que es disciplinada. Como miembro del Shinsengumi, mi deber era proteger al Shogun y todo lo que representa. Por ello me gusta que acaten las normas, y que lleven a rajatabla los preceptos del Bushido y las reglas de la organización.

1-No se puede abandonar el sendero del samurái, lo que significa cumplir el código de Bushido
2-No se puede abandonar el Shinsengumi
3-No se puede ahorrar dinero por cuenta propia
4-No se puede inmiscuir en asuntos de terceros
5-No se puede luchar por causas personales

Pero entonces apareció ella. Sus ojos dorados eran un símbolo. Un símbolo que involucraba a toda la región, y que implicaba un cambio que destruiría todo lo conocido hasta ahora. Al principio la evité, pero por alguna razón, siempre me la encontraba, siempre en peligro, y acababa por salvarla de las piedras que le ponía el Destino en el sendero de su vida. Su nombre evocaba al mar, a la fuente de toda la vida, y poco a poco fue hundiéndome en su profundidad.

Ahora mi única misión es proteger su vida con la mía, aún cuando eso rompa todo aquello por lo que luchaba.

Irónico ¿no?

Ryuji, 26 años

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