Las cosas que me disgustan son muy puntuales. Una de esas cosas es la gente. Y otra es el ruido en exceso. Por ello vivo aquí, rodeada de lo único que nunca me abandonará.
Las plumas reinan en mi día a mía, y su trino me permite alejarme del mundanal ruido que se forma bajo mis pies. Los pájaros vuelan libres, sin ninguna jaula que les impida extender sus alas.
Me oculto entre las plantas que cada día cuido y que ocultan a mis fieles compañeros, y cuando puedo, me permito transportame a sus mentes, para poder sentir la libertad que tienen entre sus plumas.
Solo puedo confiar en él, en esa sombra que aparece cada noche, y me señala las estrellas, rodeandome para que pueda aferrarme a su calor. Y entonces mi mente vuela más allá, y me permito dormirme en sus brazos...
Noah Dodgson, 17 años, Never a Hero