El momento más embarazoso que viví fue el día que conocí a Sanja.
Tras bastantes entrenamientos, y cuando por fin conseguí adoptar más de tres formas, mi padre me vió preparado para entrar a Shibusen y servir a la causa del Señor de la Muerte, junto a un meister que desarrollara todo mi potencial. Tras la muerte de mi hermano mayor, al cual nunca llegué a conocer, mi padre quiso depositar las esperanzas de la familia Pushka en mi, algo que en cierto modo le salió rentable. Al contrario que Tsar, yo heredé la habilidad familiar de adoptar distintas formas en relación a las armas de fuego.
Me sentía orgulloso de poder representar mi apellido, y ansiaba cumplir las expectativas que mi padre tenía puestas en mi, así que entré en Shibusen. Y fue ahí donde la conocí a ella.
Sanja Mirkovic no pasaba desapercibida. Para vivir donde vivíamos, verla con prendas bastante frescas nos desconcertó a todos. Iba con la cabeza bien alta, el cabello chocolate recogido en una coleta, y en sus ojos dorados refulgía un sentimiento de orgullo que nadie más parecía tener. Me sentí pequeño a su lado, y solo quise ocultarme más en mi abrigo, para pasar desapercibido ante su imponente presencia.
Pero no pasó por alto la tarjeta que me identificaba como arma, y se acercó veloz a mí. Sin darme tiempo a reaccionar, me cogió la mano, la estrechó, y puso los brazos en jarras.
-Sanja Mirkovic, un placer- señalo su tarjeta de Meister, y luego la mía de Arma- ¿Vas a convertirte en NOT o en EAT?- sentía todas las miradas del patio sobre mí. Algunos con lástima, otros con burla, y muchos curiosos por ver que pareja se estaba formando.
-V-Voy a convertirme en EAT- afirmé- Mihail Pushka- me presenté, rascándome la nuca.
-¿Pushka? ¿Tienes algo qué ver con Tsar Pushka?- inquirió, alzando la voz. Ahora las miradas eran todas de sorpresa por culpa de sus palabras. Sentí como me ruborizaba.
-F-Fue mi hermano. No le conocí- afirmé. Pude ser testigo de como varios de los meisters me miraban con interés. Pero entonces Sanja tiró de mi brazo.
-¡Transformate! ¡Ahora!- ordenó. La miré confundido- ¡Quiero ver si tu alma sincroniza con la mía! ¡Te quiero de compañero!- quise protestar, pero con tal de que me dejara en paz, lo acepté, y tomé una de mis formas. Sanja me tomó con cuidado, y a pesar de que debía haber sido pesado para ella, supe que nuestras almas estaban destinadas- ¡Yay!- su grito de júbilo me atravesó, y esbocé una sonrisa leve. Volví a tomar mi forma humana, y los ojos brillantes de Sanja me recibieron- ¡Vamos a inscribirnos ya! ¡Tú y yo seremos compañeros!- exclamó, cogiendo mi muñeca- ¡Seremos el mejor equipo de Shibusen!- comunicó a todo el mundo, mientras corríamos a las inscripciones.
Suspiré, derrotado. No me había dado tiempo a conocer a nadie más que a ella, y sentí muchísima vergüenza al verme observado por todos los estudiantes. Pero a pesar de todo, soy feliz de haberla conocido, porque no hubiese podido encontrar mejor meister que ella.
Mihail Pushka, 17 años, Soul Eater: Madness Return