CAPÍTULO 12 ♡

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MARATÓN (2/4)

Teddy comenzó a llorar al verme golpeada, lo consolé diciéndole que todo iba a estar bien. Pero ni yo misma sabía si podríamos salir de ese lugar.

Jack me prohibió salir, así que llame a la cafetería para avisar que no iría. Pasé los días en la casa, recuperándome de mi desgracia, afortunadamente Jack casi no estaba. Los golpes que me había dado me habían dejado el ojo derecho hinchado y morado, un hematoma en la frente producto del golpe en la cabeza y el labio hinchado.

Me pasé los días pensando en Christian, ¿qué habrá pensado al ver que no llegaba a nuestro encuentro habitual? ¿Estaría enojado? ¿Preocupado? Traté de sacármelo de la cabeza pero no podía, lo extrañaba tanto.

En las noches lo único que hacía era llorar y tratar de tragarme el asco que sentía al escuchar los gemidos de Elizabeth, mi vida se había vuelto una verdadera pesadilla. Jack me avisó una noche que podía ir a trabajar en la cafetería a partir del día siguiente, así que esa mañana me levanté temprano y contemplé mi aspecto en el espejo, era un verdadero desastre. Después de cuatro días el hematoma en mi frente era sólo una macha morada, al igual que el de mi ojo. Ya no estaba hinchada y en la boca sólo tenía un pequeño corte.

Me bañé rápidamente y me puse mi uniforme, les hice el desayuno y antes de irse, Elizabeth me dijo que también trabajaría en el bar esa noche. Asentí y ella se marcho. Después de desayunar y mientras lavaba los platos, Jack se me acerco y me tomó de la cintura para susurrarme al oído.

-Ten cuidado con lo que haces hoy. Te daré otra oportunidad, no la desaproveches.

Asentí y después salí con Teddy, caminamos hasta llegar el auto lavado y después seguí mi camino a la cafetería. Mi corazón comenzó a latir rápidamente mientras me acercaba a ese lugar. Reconocí el Audi en cuanto llegué ¿Estaba ahí? No podía creerlo. ¿Cuántos días llevaba esperándome? No me acerque, decidí pasar de largo.

El corazón se me aceleró cuando escuché que la puerta del coche se abría, comencé a acelerar el paso hasta el punto de salir corriendo pero era inútil, en un momento él estaba cerca de mí, con su porte galante y masculino. Me tomó del brazo para obligarme a detener mi huída.

-Espere, ¿a dónde cree que va?

Traté de zafarme de él pero era inútil. Me sostuvo frente a él y yo agache la cabeza para evitar que me viera el rostro y también para protegerme de esos hermosos ojos, lo que hizo a continuación me dejo sin aliento. Estaba en su pecho y sus brazos alrededor de mí, aspiró el aroma de mi cabello y me apretó más fuertemente contra su cuerpo. Las ganas de llorar se apoderaron de mí, me sentí tan a gusto entre sus brazos, no quería salir de allí nunca. Pero mi realidad era otra y tenía que alejarme de él.

-¿Tiene idea de lo preocupado que estuve? -Me preguntó, sin soltarme-. Esperé su mensaje pero nunca llegó, la llamé muchas veces y nunca caía la llamada. A la mañana siguiente la esperé pero no apareció, después no fue a la cafetería y nadie allí sabía dónde vivía ni donde la podía encontrar. Pensé que le había pasado algo, es usted realmente reservada.

-Debería olvidarse de mí, Señor Grey -le dije, separándome de él y sin alzar la cara-. No se preocupe más.

-¿Por qué? ¿Hice algo que la molestó? -Inquirió, tomándome del brazo.

-No, es sólo que ya no podemos volver a vernos.

-¿De qué habla? ¿Por qué no me mira a la cara? -Alzó mi rostro y me aparto el flequillo, sus ojos grises brillaron de furia en cuanto me vio-. ¿Quién le hizo esto?

-Eso no es su problema...

-Esto es bastante grave, señorita Steele. ¿La golpean?

-¡Basta! Usted no es nadie para hacerme preguntas... no quiero ser su amiga ni nada por el estilo, sólo quiero que me deje en paz. Esta es la última vez que nos vemos, señor Grey. -Sus ojos grises me miraron confundidos, traté de mantenerle la mirada pero fracasé en el intento, suspiré-. Por favor, Señor Grey. No haga esto más difícil.

Confundido, me soltó el brazo y yo tomé cierta distancia. No quería irme, sus ojos me observaban suplicantes. No quería separarme de él y me dolía saber que él tampoco quería separarse de mí, su hermosa mirada gris me lo gritaba en silencio. No se movió y yo tampoco, por un momento que pareció eterno nos quedamos contemplándonos, pero el recuerdo de los golpes de Jack y su advertencia me devolvieron a mi realidad, una en donde no estaba Christian.

-Muy bien, será como usted quiera. Adiós, Señorita Steele.

-Adiós, Christian.

Sus ojos se ampliaron y yo me di la vuelta para salir corriendo. Todo se había acabado, ya no volvería a verlo más y me dolía el pecho, no podía creer cuanto me dolía. ¿Cómo había dejado que eso pasara? Tenía que estar consciente de mi realidad







"RENACER" by: DaniCaro10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora