CAPÍTULO 41 ♡

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MARATÓN (3/4)

Christian soltó un suspiro de frustración ante la brillante presentación de Leila, pero yo no pude apartar la mirada de la sonrisa hipócrita que esbozaba. Estaba completamente segura de que había hecho eso para molestarme a mí, y exasperar a Christian de antemano. La verdad era que yo nunca había sentido una real hostilidad hacia las personas, ni siquiera hacia Mila, pero ella era diferente. Christian carraspeó y me apretó más a él.

-Si nos disculpas, Leila... hay más personas esperando por conocer a mi esposa.

-¡Oh, sí! -exclamó ella-. Lo siento, espero que podamos vernos más a menudo. Por cierto... no me iré de aquí sin un baile, Christian.

Me tensé ante aquella idea, no quería verla en los brazos de Christian, ni siquiera cerca de él, aunque sabía que se verían de todas formas en la oficina. Respiré hondo, no podía permitir que eso me afectara; todavía había personas por conocer y no quería darle la satisfacción a Leila de saber que su presencia me había afectado.

Solo pude respirar tranquila cuando ella estuvo fuera de mi vista. No sabía por qué me sentía tan amenazada, si porque había tenido una relación con Christian o porque no era de mi agrado en lo absoluto. Intenté ignorar la extraña oleada de posesividad que me golpeó en el rostro al sostener a Christian del brazo. Quería gritarle a todas las mujeres que estaban en esa reunión que él era mío, solo mío. Respiré hondo otra vez para lograr controlar mis pensamientos, no podía echar a volar mi imaginación en ese lugar y tampoco quería decir palabras que me dejaran al descubierto.

Seguí sonriendo celestialmente a todas las personas que se acercaban a conocerme durante toda la tarde; Teddy se había cansado hacía rato de las presentaciones y había optado por ir a jugar. Lo reprendí, no quería que pensaran que era grosero, pero Christian me tranquilizó apelando a que mientras más infantil actuara, mejor.

Pronto, un hombre alto y rubio se nos acercó. Era ya mayor y llevaba del brazo a una rubia como de mi edad. La chica era hermosa, una verdadera belleza que sabía desenvolverse muy bien en ese mundo... parecía estar acostumbrada a los eventos sociales. Me tensé ante la idea de que fueran pareja, había escuchado historias de jovencitas que cazaban a hombres mayores por dinero; yo misma había lo había visto muchas veces cuando trabajaba para Elizabeth. Esbocé una sonrisa cuando llegaron hacia nosotros, para disimular.

-Señor Grey, le agradezco mucho la invitación -saludó el hombre amablemente.

-Gracias a usted por venir... -correspondió-. Anastasia, este es el Señor Alexander Kavanagh, dueño de SIP, una de las editoriales más importantes de Seattle, y su hija Katherine Kavanagh.

-Es un placer conocerla, Señora Grey -me dijo tomando mi mano para besarla.

-A mí también me alegra conocerla, puede llamarme Kate-agregó la chica con una sonrisa.

-Y tú puedes tutearme y llamarme Ana -sonreí más.

Ella rio con mi comentario y comenzamos una agradable conversación. Mientras, mi marido y su padre hablaban de la economía y esas cosas. Kate fue muy amable conmigo y no trató de indagar en mi relación con Christian en ningún momento, aunque se veía curiosa al respecto -como todos los demás. Bastó que charlara unos minutos con esa mujer para adorarla; era extraño, pero me sentía muy cómoda con ella. Era agradable reír con sus comentarios y ocurrencias.

-Sé que la conversación está animada, pero debemos movernos -irrumpió el Señor Alexander-. Estamos obstruyendo la fila, Kate.

Me sentí un poco triste, no quería que ella se fuera, me la estaba pasando muy bien con ella.

-Después que la gente termine de presentarse podemos seguir conversando-me animó Kate.

Asentí más reconfortada, luego ella tomó del brazo a su padre y se marchó a saludar a otras personas. Por mi parte, seguí conociendo gente; familiares de Christian, amigos y empleados. Estaba comenzando a adaptarme a la reunión cuando sentí a Christian tensarse nuevamente, miré frente a nosotros y descubrí a un hombre alto y apuesto acercándose a nosotros.

-Christian -lo saludó el recién llegado.

-Hola, John-respondió mi esposo fríamente-. Anastasia, este es el Doctor John Flynn -me lo presentó a regañadientes.

El Doctor Flynn me estrechó la mano seductoramente e intentó plantar un beso en ella, pero yo la retiré antes.

-Es un placer conocerte por fin, Anastasia -agregó decepcionado.

-Puede llamarme, Ana -comenté para reparar el daño-. ¿Es usted un colega de Grace?

-No, la Doctora Grey es Pediatra y yo soy Psiquiatra.

¿Psiquiatra? ¿Por qué conocería Christian a un Psiquiatra? Mi marido se removió incómodo a mi lado, obviamente queriendo detener esa conversación lo más rápido posible. Aunque el Señor Grey destilaba hostilidad por todos lados, el doctor Flynn no perdió su sonrisa en ningún momento.

-No quiero ser grosero, John, pero hay más gente esperando por Anastasia.

-Por supuesto, no quiero incomodar -sonrió arrogantemente-.Ha sido un placer conocerte, Ana... Nos veremos en Consulta Christian.

Christian apretó la mandíbula tan fuerte que temí que se fuera a partir un diente. Me preocupé, ¿por qué Christian se veía con él? ¿Qué problemas tenía para que tuviera que consultar con un psiquiatra? Tragué fuertemente ante la posibilidad de que padeciera una psicopatía; estábamos tratando de sacar un matrimonio adelante y yo no tenía idea de quién era mi esposo.

-¿Por qué tienes que verte con un Psiquiatra?-le pregunté una vez que había conocido a todos los invitados. Él se removió nervioso y trató de fingir una sonrisa.

-No es algo de lo que debas preocuparte, Ana -acarició mi mejilla-. Te prometo que todo está bien.

No quise seguir discutiendo porque sabía que llamaríamos la atención, ya tenía suficiente con toda la parafernalia que todos habían hecho en mi honor ese día, así que traté de disfrutar la fiesta. Gracias a las atenciones de Christian, fue muy fácil enfocarme en parecer una esposa digna del gran Christian Grey.

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"RENACER" by: DaniCaro10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora