CAPÍTULO 83♡

4.3K 335 18
                                    

Los gruñidos y las maldiciones de Jack se escucharon en todo el lugar mientras se aferraba el brazo herido. Me alejé rápidamente de su lado al sentirme libre de su agarre, tropezando un par de veces. Christian me encontró en el camino encerrándome entre sus brazos. Solo pude aferrarme a él mientras era vagamente consiente de los hombres moviéndose.

Enterré mi rostro en el pecho de mi marido asiéndome como si de ello dependiera mi vida, y en ese momento así lo sentía. Escuchaba a Jack soltar una maldición tras otra, me estremecí al escucharlo gruñir mi nombre. Christian me aferró con más fuerza en respuesta.

—¡Anastasia! ¡Anastasia!... Salí una vez... te juro que volveré a Salir y te llevaré conmigo... Vas a ser mía, eso júralo.

Sentí a Christian tensarse pero no tuve el valor de voltearme hasta que dejé de escuchar a Jack gritar. Christian me separó poco a poco de él para poder ver mi rostro. Cuando mis ojos conectaron con los suyos me sentí completamente a salvo.

Ahuecó mi rostro entre sus manos, atrayendo mis labios a los suyos en un beso desesperado. Los sentimientos que trasmitía eran los mismos que los míos, alivio, angustia y todo el amor que sentíamos el uno por el otro.

—Señor Grey... —Christian se separó de mí al escuchar al hombre que lo llamaba. No me moví de mi lugar, sentía que pesaba una tonelada — Ya es hora de irnos.

—Por supuesto — Respondió mi marido, levantándome en brazos, me aferré a su cuello llenándome de su aroma.

—Señora Grey, me alegro que esté bien —Me volteé para mirarlo y darle lo que esperaba que fuera una sonrisa.

—Gracias... realmente lo aprecio.

Christian caminó conmigo en sus brazos hasta dejarme en el asiento del copiloto. Iría a casa por fin. El detective insistía en que tenía que ir a hacer la declaración y pasar por el hospital, pero mi marido pudo convencerlo de dejarlo para el día siguiente y que el médico de confianza me revisaría en la escala.

El trayecto a casa fue largo y en silencio. Nuestras manos estuvieron juntas en todo momento, quizás porque ambos teníamos la sensación de que si nos soltábamos el otro iba a desaparecer. Sabía que teníamos muchas cosas para decirnos pero en ese momento el silencio era lo mejor.

Cuando Christian estaciono en el edificio del Escala mi cuerpo comenzó a temblar, las lágrimas corrieron libremente por mis mejillas y los fuertes sollozos escapaban de mi garganta sin que yo pudiera hacer nada para detenerlos. Mi cuerpo había llegado al límite y el Shock me había golpeado con fuerza al estar libre de todo lo que había vivido. En un momento estuve entre los brazos de mi marido, el cual trataba de calmarme con besos y palabras reconfortantes.

"Estas a salvo" "Ya pasó" "Estas en casa" palabras que salían de su boca y las repetía una y otras vez en mi cabeza. Pero el recuerdo de las manos de Jack en mi cuerpo me revolvía el estomago llenándome de asco. Tenía mucho miedo de decírselo a Christian, no quería que me rechazara o que le diera asco tocar a una mujer que había estado con otro hombre, el solo hecho de imaginarlo me destrozaba el corazón.

—Perdóname... perdóname, Christian... lo siento... lo siento tanto — Disculparme era lo único que podía hacer, los sollozos dificultaban mis palabras pero aún así no podía hacer más que repetirlas sin cesar.

—¿Perdonarte? — Su voz rayaba entre la confusión y la preocupación — Nena, no tengo nada que perdonarte.

—Yo... traté de detenerlo... te juro que traté pero... no pude, él... él... —Traté de forzarme a decirlo pero las palabras simplemente no salían, aunque tampoco hizo falta. En el momento que sentí a Christian tensarse supe que había entendido.

Se separó lentamente de mí y de inmediato sentí la pérdida. Él se acomodó en el asiento sin decir ni hacer nada. Levanté mi mirada para toparme con la suya, no me miraba a mí pero no fue menos aterrador. Su mirada solo reflejaba odio, sus manos se aferraban al volante tan fuerte que temía que lo fuera a sacar de su lugar, su mandíbula tensa por la fuerza con que la apretaba y su cuerpo daba ligeros temblores... estaba furioso, como nunca antes lo había visto.

—Maldito... —fue lo único que musito, su respiración irregular era lo único que se escuchaba, su reacción habían ahogado mis sollozos.

—Perdóname, Christian...

Sus hombros temblaron un poco antes de que se inclinara y pegara la frente con el volante. Me quedé allí paralizada esperando. Los sollozos no volvieron pero mis lágrimas no dejaban de correr mientras veía a mi marido derrumbarse en su puesto.

Sin previo aviso volvió a aferrarme en sus brazos. Su cuerpo aún temblaba, pero se fue calmando al mismo tiempo que menguaba mi llanto. Una vez más tranquilos se separó de mi para ahuecar mi rostro en sus mano, esperé ver sus ojos llenos de lastima y decepción pero no divisé ninguna de esas emociones, sus ojos solo reflejaban todo el amor que sentía por mí.

—Ana... No tengo nada que perdonarte —Besó mi frente antes de volver a enganchar su mirada en la mía — Esto no fue tu culpa en ningún aspecto. Soy yo el que debería de pedir perdón... No pude cuidarte.

Negué al escuchar sus palabras — Tampoco fue tu culpa... Ninguno podía siquiera pensar en lo que Jack estaba metido y mucho menos que estaría libre.

—Me encargaré de que no pueda dañarte, Ana... nunca más.

Su mirada decidida por un momento me causo escalofríos, pero no pude descifrar aquel extraño brillo en sus ojos porque sus labios hicieron que me olvidara de todo. La bruma de los recuerdos amenazaba con aflorar en mi mente, tensándome me obligué a recordar que estaba a salvo, que era Christian quien me tocaba y que ahora que había sobrevivido no podía dejar que lo pasado me consumiera.

Ver a mi familia fue lo más alentador del mundo. Estaban todos allí cuando entramos al departamento. Ellos y mis amigos estaban esperándome, recibiéndome con los brazos abiertos. La sensación de hogar expandiéndose por mí corazón era tan confortante que no pude evitar las lágrimas. Abracé y besé la cabeza de Teddy cuando vino corriendo a mis brazos.

Después de asegurarle a mi pequeño que estaba bien dirigí mi vista a mi hija. Phoebe estaba tan hermosa como siempre en los brazos de su abuelo. Mi corazón se desbocó al verla, me había parecido una eternidad desde la última vez que la vi. Sentía que había cambiado tanto, pero allí estaba a mi alcance, moviendo sus manitos inquieta como si sintiera las mismas ganas de alcanzarme como yo a ella.

Sin perder tiempo me encaminé a Carrick que me tendía a la niña con una sonrisa. La abracé a mi pecho cuando la tuve en mis brazos, ella permanecía con la vista fija en mí tratando de reconocerme, había pasado una semana desde la última vez que la había visto, temía que me sintiera como una extraña, que no recordara mi calor.

Sonreí de alivio y emoción cuando se acurruco a mí. Ella sabía quién era yo, sabía que era su madre. Besé su frente y me encaminé a uno de los sillones ajena a las demás personas en la sala. En ese momento solo éramos mi niña y yo, en nuestro propio mundo, sus ojos grises fijos en los míos sin dejar de sonreír.

************************************
Hermoso reencuentro.
VOY LLEGANDO DE VER 50 SOMBRAS MÁS OSCURAS, Y TODO ES FLORES Y CORAZONES.
ME ENCANTÓ.
Y POR ÉSO ESTE HERMOSO CAPÍTULO.
¿Y USTEDES YA LA VIERON?
Y una excelente noticia, si abra 50 sombras liberadas, pero en 2018.
Haci que 2018 llega ya!
Gracias.

"RENACER" by: DaniCaro10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora