CAPÍTULO 14 ♡

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MARATÓN (4/4)

Había bajado un poco de peso, aunque no se notaba mucho porque siempre había sido delgada. Trataba de concentrarme siempre en el trabajo y en los deberes de la casa. Esa mañana fui a la cafetería como siempre, tratando de reprimir mis sentimientos cada vez que pasaba por ese lugar y no veía el Audi negro. Después del trabajo, Jack me revisó como de costumbre y me dejó tranquila para hacer el almuerzo; últimamente esperaba que yo llegara para irse y no volvía hasta la tarde, así que cuando me iba tenía que dejar a Teddy solo.

Me fui con Elizabeth al bar y sólo por ese día me toco limpiar algunos cuartos, los cuartos que usaban las prostitutas. Eso era lo que más odiaba de trabajar ahí: recoger el reguero que dejaban era asqueroso, los condones usados y los vómitos de aquellos hombres que bebían hasta el cansancio.

Después de terminar de limpiar me bañé y me vestí con un corsee verde oscuro, un short negro y unos zapatos de tacón. Me arreglé el cabello y como siempre, Malú me maquilló. Unos minutos después comenzó a llegar la clientela.

La música retumbaba en todo el lugar, mientras los clientes seguían llegando, el bar estaba bastante lleno y, por lo visto, sería una buena noche en cuanto a las ganancias. Seguí atendiendo las mesas, hasta que sentí a alguien halarme por el brazo.

- ¿Qué? ¡Demonios, Malú! Me asustaste. ¿Qué pasa?

-Elizabeth te está llamando.

Suspiré. ¿Ahora qué querría? Me encaminé hacia la barra con una sensación extraña, sentía que alguien estaba pendiente de mí. Me giré, pero no vi a nadie, así que no preste atención y seguí caminando. Esperé que Elizabeth llenara la bandeja de una de las muchachas y luego me acerqué a ella.

-¿Qué pasa?

-Hoy será Exclusiva, Ana. -Me dijo con rencor en la voz. ¿Qué le pasaba? No me trataba exactamente bien, pero nunca me había hablado así. Un momento, ¿Exclusiva?

-¿Cómo que exclusiva?

-Así es, pagaron por ti una muy buena cantidad, Ana.

-Devuelve ese dinero Elizabeth, no estoy a la venta y lo sabes.

-Tranquila, no quiere acostarse contigo -Me dijo con una hipócrita sonrisa-. Quiere que seas su mesera particular esta noche, que te sientes con él y converses mientras toma sus tragos.

La miré con el ceño fruncido. ¿Cuánto le habrían pagado para que ella aceptara monopolizarme? Me dijo en qué mesa estaba y yo comencé a sentir un nudo en el estomago mientras me acercaba al lugar. Mi corazón comenzó a latir fuertemente, tanto que podía sentir el pálpito en mis oídos. Cuando llegué a la mesa, pude ver el porqué de mi presentimiento. Vestido con un elegante traje azul marino estaba Christian Grey sentando con la pierna cruzada y un vaso de vidrio en la mano.

-Buenas noches, Señorita Steele.

Eso no podía estar pasando, traté de pensar que era una maldita alucinación, pero él seguía sentado esperándome. Me acerque a él y tomé asiento. Me miraba paciente, como si esperara una explicación o algo así, pero yo no estaba dispuesta hablar. ¿Qué demonios hacia un hombre como él en un sitio como ese? ¿De verdad era una casualidad? Me costaba mucho pensar que frecuentara sitios así.



"RENACER" by: DaniCaro10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora