CAPÍTULO 25 ♡

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Respiré hondo tratando de procesar lo que me había dicho. No había pensado que todo aquello fuera a suceder tan pronto. Una pregunta invadió mi mente y resonó con fuerza en mi cabeza: ¿Estaba preparada para casarme? Ciertamente no, ¡sólo tenía diecinueve años! Entonces, pensé en Teddy... y la respuesta llegó automáticamente. Todo tenía que hacerse rápido para acelerar el proceso de adopción y así tenerlo conmigo lo antes posible.

Christian tomó el control remoto y encendió la pantalla plana que estaba frente a nosotros. Cambió los canales en busca de algo que ver y lo dejó en uno que hablaba de economía. Mis pensamientos volvieron a situarse en mi hermanito... ¿Cómo estaría Teddy en ese momento? ¿Se sentiría solo? Sabía que así era, sólo esperaba que supiera lidiar con eso mientras estábamos separados.

Christian tomó mi mano y me acarició los nudillos con su pulgar, tal vez había notado que estaba nerviosa y esa era su manera de consolarme, luego cambió el canal y puso una película. Se recostó en el mueble y me llevó con él. Traté de prestarle atención a la película pero era más consciente de la cercanía de Christian que de otra cosa. Podía sentir su pecho subir y bajar mientras estaba recostada sobre él, mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras los ojos comenzaban a picarme por el cúmulo de lágrimas. Nunca me había sentido tan segura como en los brazos de Christian Grey.

Sentimos aterrizar el avión y nos acomodamos en el instante en que Taylor salió de la cabina para acercarse a nosotros y decirnos que todo estaba listo para descargar. Christian asintió en respuesta y me tomó la mano para bajar del avión.

Sentí el viento acariciar mi rostro y ondear mi cabello en cuanto bajamos. En la pista de aterrizaje nos esperaba un hombre alto, de hombros anchos y cabello rubio quese acercó a nosotros en seguida. Sus ojos azules tenían un brillo juguetón, cuando llegó hasta Christian le dio un familiar apretón de manos y unas palmadas en la espalda, luego posó su mirada en mí y me dedicó una sonrisa.

- ¡Tú debes ser Anastasia! -Asentí, él se acercó a mí y me dio un fuerte abrazo, alzándome al instante.

-Anastasia, él es mi hermano Elliot... Discúlpalo, es demasiado efusivo.

-Y tú un cascarrabias sin remedio -dijo soltándome, luego me miró divertido-. Es un placer conocer a la mujer que le quitara la soltería a mi hermanito.

-Pero yo...

-Ya lo sé, pero no importa la razón... ¡Es tan loco que se vaya a casar!

Christian suspiró y tomó mi mano para separarme de Elliot, quien sonrió y nos siguió fuera de la pista. Elliot nos contaba con una brillante sonrisa que ya tenía todo listo para la boda: la capilla estaba reservada, los trajes estaban en el hotel y la estilista iría a las seis a comenzar su labor. Christian solo asentía a las explicaciones de su hermano.

Nos embarcamos en el auto y yo no podía dejar de asombrarme. No sabía qué mirar, si el hermoso paisaje de Las Vegas o a esos impresionantes hombres que estaban a mi lado. Christian me había presentado a Elliot como su hermano pero yo no podía apreciar el parecido entre ellos. Teddy y yo no nos parecíamos en todo pero si teníamos rasgos similares, por ejemplo: los mismos ojos azules y, aunque no quería pensar en él, era un rasgo que compartíamos con Jack también. Pero ellos eran tan distintos físicamente que jamás hubiera pensado que eran hermanos.

-Elliot es el único de mi familia que sabe que nos vamos a casar -me dijo Christian, sacándome de mis pensamientos.

- ¿Qué le dirás a tu familia?

-Luego veré, no te preocupes por eso ahora.

-Cuando se enteren, mamá va a pegar el grito al cielo -comentó Elliot divertido-. Papá te dará un sermón sobre la importancia de involucrar a la familia y Mía va a comenzar a llorar porque no le dijiste nada.

Christian y Elliot siguieron comentando sobre las posibles reacciones de su familia mientras yo me distraía mirando la ciudad. Era la primera vez que salía de Seattle y todo era nuevo para mí; de hecho, ni siquiera conocía Seattle por completo. Eso me hizo pensar en mi nueva vida, en lo que sería de mí de ese momento en adelante. Christian me había dicho que podía quedarme con él cuanto quisiera, pero ya estaba haciendo mucho por nosotros y eso me incomodaba.

Taylor se estacionó frente a un lujoso Hotel, en el cual nos hospedaríamos esa noche. No sabía si podría acostumbrarme a una vida llena de lujos, pero mi subconsciente me recordó que no era necesario que lo hiciera, ya que todo eso era temporal. No podía ser una carga para Christian Grey toda mi vida.

Elliot había alquilado una suite con tres habitaciones. La sala estaba amueblada con una pantalla plana y a la izquierda había una mesa con varias sillas que tenían la misma tapicería de los muebles. Christian me guió hasta mi habitación gentilmente, con una mano sobre mi espalda.

-Esta será tu habitación, Ana. Puedes descansar un poco, la estilista vendrá a las seis para arreglarte.

-Gracias. ¿Qué vas hacer tú?

-Saldré con mi hermano un momento. Taylor se quedara contigo y te llevará a la capilla, nos veremos allá.

-Pensé que nos iríamos juntos.

-Es de mala suerte que vea a la novia antes de la boda -dijo sonriendo.

-Es cierto.

Aunque no era una boda real, así que no importaba si me veía antes de casarnos. Además, no quería que se fuera; no quería sentirme sola, pero no podía decírselo. Él pareció notarlo, porque tomó mi rostro entre sus manos, plantó un beso en mi frente y salió de la habitación despidiéndose.

Respiré lo más hondo que pude y solté el aire poco a poco. Mis ojos recorrieron el lugar admirando la lujosa recamara, en una esquina había algo que parecía un pilar cubierto con una sábana blanca. Me acerqué a él y retiré la tela para encontrarme con un maniquí blanco que tenía mi vestido de Novia.

Era verdaderamente hermoso, lucía un precioso strapless con forma de corazón pegado hasta la cintura y la falda ancha. Un hermoso broche de diamante con forma de flor en el lado izquierdo, adornaba la creación y completaba lo que era el vestido más hermoso del mundo. Sólo en ese instante realmente caí en cuenta de la magnitud de lo que estaba pasando. ¡Realmente iba a casarme!

Me senté en la cama a contemplar mi vestido, las manos me temblaban y el estómago se me había revuelto; respiré varias veces para tratar de calmar los latidos de mi corazón, estaba muy nerviosa por lo que pasaría esa noche. Miles de preguntas me invadieron en ese momento, era demasiado para un boda falsa... Aunque no era falsa del todo, ya que realmente nos íbamos a casar por conveniencia y no creía permanecer con él demasiado tiempo, sólo hasta tener en claro qué iba a ser de mi vida en adelante.

Pensé en los votos matrimoniales, ¿qué podía decir? Christian era un hombre excelente y me gustaba, realmente me gustaba mucho, pero... ¿Qué podría decirle en una ceremonia en la cual se supone que consagras tu vida a alguien? Me recosté y fijé mi mirada en el techo, no quería pensar más, tenía la cabeza vuelta un lío; tal vez era mejor dormir un poco y después escribir mis votos.


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"RENACER" by: DaniCaro10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora