Nos dirigimos hacia la cocina para inseccionar lo que sucedía dentro de la misma, al abrir la puerta la escena con la que Johann y yo nos encontramos era bizarra y espeluznante.
- ¿Morgan que demonios hiciste? - pensé en alto.
- Yo sólo me defendí - se excusó con la mejilla algo rojisa.
- Diablos Florian, tenías que traer a una desquiciada a casa- Johann golpeó su frente con la Palma de su mano mientras yo veía la escena con inquietud.
- Si fueras más inteligente no me llamarías desquiciada en este preciso momento- agregó Morgan mientras apuntaba a Johann con el cuchillo ensangrentado que se hallaba entre sus manos.
- Te sugiero tengas cuidado con ese cuchillo que no tienes idea de lo que hago cuando me enojo - miré a Johann extrañado por su comportamiento, hace tres segundos la defendía de mi y ahora la amenazaba ¿Qué demonios le sucedía? Era en estos momentos en los que Johann parecía mujer en período y dudaba de su heterosexualidad.
- ¡Te sugiero que cierres la maldita boca a menos que quieras terminar como él! - apuntó el cadáver con el cuchillo en mano mientras limpiaba la sangre de su rostro.
- ¡Calmate niña a mi no me asustas! - Johann comenzaba a discutir como niño pequeño.
- ¡¡Ya me lo dirás cuando corté tu pene en rebanadas y me lo coma!! - gritó Morgan.
- ¡¡¡Ya!!! ¡Déjense de estupideces ambos! Su discusión es totalmente absurda y fuera de lugar - Ambos me miraron a la expectativa dejando su discusión en segundo término- ¡¿Me puedes explicar lo que acaba de suceder Morgan?! - Me exalté y perdí por un momento los estribos.
- Ya te dije, sólo me defendí - la bofeteé.
- Soy tu amo, háblame con el respeto que merezco y dame una buena explicación sobre... ésto- miré los intestinos del cocinero regados descuidadamente en el suelo, un bello panorama para mi, pero odiaba tener que deshacerme del cuerpo, limpiar la sangre y quitar el hedor a intestinos que emanaba del ahora difunto cocinero.
- Lo siento amo- recapacitó y le hice una seña para que continuase con aquella explicación - Estaba por prepararme un emparedado cuando el muy infeliz trató de sobrepasarse conmigo, yo no me dejé y me defendí como pude, me dió algo de batalla pero al final consiguió lo que tanto anhelaba... un final felíz, aunque me temo que el final felíz sea para mi y no para él - hizo una mueca llena de asco y dejó el cuchillo sobre la mesa de madera.
- No era para tanto- dije aminorandole importancia al tema pues que más daba, había asesinado a un gran cocinero, conseguir a otro reemplazo sería casi imposible, mis gustos eran clasificados y específicos y por lo regular nadie captaba mi atención en platillos desde el fallecimiento de Claire. - Pudiste darle lo que buscaba - bufé molesto.
- Ni de broma - arrugó su nariz y me miró directo a los ojos- Nadie está conmigo a menos que yo así lo desee.
- Sin comentarios- agregó Johann cubriendo con sus manos su rostro.
- ¡Maldición Morgan, ¿Porqué al estúpido cocinero?- Exclamé exasperado.
- No es como si hubiese elegido matarlo ¿Podrías tomarlo con más calma? - con sus manos sujetaba su cabello para después sujetarlo con una Liga.
- ¿Clama? ¡Era mi maldito cocinero! No tienes ni la mas puta idea de cuanto me costó encontrar a alguien que cocine delicioso para mi- miré los intestinos del susodicho con aberración.
- Cierto, cocinaba deliciosamente bien- Johann hizo una mueca de pena y comenzó a acariciar su estómago, eso era señal de hambre en su lenguaje corporal.
ESTÁS LEYENDO
Soy un maldito, lo sé.
VampireLa historia relatada desde el punto de vista de un vampiro sádico, uno que tortura a la gente en pleno siglo XXI... nos cuenta la perspectiva que tiene respecto a la vida y nos narra su eternidad, una historia llena de violencia y sadismo que les a...