capítulo 37

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- Es un placer conocerlo Señor Einst- dijo el vampiro con tranquilidad.

- No puedo decir lo mismo de alguien que mandó a uno de sus empleados a investigar algo sobre mi- respondí serio.

- Comprendo, mi nombre es Ahmed Zabadi- extendió su mano para intentar estrecharla con la mía, más eso nunca sucedió.

- Déjate de formalidades y dime a que has venido ¿Qué es lo que te trae por aquí? - pregunté tomando asiento dejándolo a el de pie.

- Bien, aunque para ti sean formalismos quiero presentarme, vengo desde Turquía, solo para conocerte- dijo sonriente.

- ¿Cuál es el motivo? - insistí.

- Tengo un motivo bastante importante, pero no puedo ponerte al tanto antes de charlar un poco con el primer hijo de lilith- dejé de observar la papelería que tenía en mis manos, lo miré desde mi lugar y comencé a hacer conjeturas. - ¿Nadie te lo ha dicho cierto? - aparentemente mi confusión era visible. - Lo temía- miró una botella de vino y regresó su vista hacia mi.

- ¿Tiene relevancia el hecho de ser yo el primero? - pregunté.

- No, en realidad no, pero es fascinante saber que eres el segundo vampiro que habitó el planeta - Me mantuve serio.

- Déjate de rodeos y dime que demonios quieres de mi- dije molesto.
- Por el momento nada, quizás halla algo que me interese más adelante- dijo sonriente tomando asiento, Marcus quedó de pie tras de Ahmed.

- No tengo tiempo para regalarle a un vampiro turco y su estúpido ayudante, si eres tan amable, Marcus ya conoce la salida- me puse de pie junto a Ahmed, quien ahora estaba a la defensiva.

- Bueno, Quizás en un futuro lamentes el hecho de ignorar mis propósitos- dijo tranquilo.

- Tu propósito es destruir la perra de Lilith y cada una de sus creaciones, entre ellas yo, simplemente no me interesa- salí del estudio pasando frente a ellos, ignorando por completo su presencia.

- Bueno, eso es un asunto público, mi motivo personal es muy distinto a todo lo relacionado con la creadora principal, no deberías juzgar sin saber de que se trata mi visita- dijo Ahmed mientras seguía mis pasos hasta las escaleras que fue ese el lugar en el que decidí parar en seco.

- Juzgo solamente lo que tu mano derecha ha venido a decirme- aseguré.

- Marcus ignora mi motivo principal, que es el personal- con un movimiento de cabeza acomodó sus rizos rubios.

Marcus miró a su jefe con inquietud y mucho interés.

- Al parecer alguien aquí no es de confianza y por ende ignora aquel motivo- alardeé sólo para burlarme un poco de el rostro de Marcus que era todo un dilema épico del cual, no me perdería un segundo para reír en mis adentros por la ironía de la vida.

- El que lo ignore no quiere decir que no soy de confianza- dijo Marcus defendiéndose, bueno, si es que eso era posible.

- Si tu prefieres creer esa basura te la aplaudo, aunque no te ves menos estupido- dije con sarcasmo.

- Pero... - intentó defenderse más Ahmed lo detuvo.

- Basta Marcus, no tienes que darle explicaciones a Florian, pues, no se equivoca, no fui del todo sincero y directo contigo por una sola razón, mi verdadero motivo debo aclararlo y darlo a conocer en privado con el- dijo tranquilo Ahmed mientras tomaba por los hombros a Marcus para darle algún tipo de tranquilidad con su auténtico contacto físico y su mirada penetrante directo a la retina de Marcus, aunque era bueno convenciendo a Marcus conmigo eso no serviría en absoluto.

Soy un maldito, lo sé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora