capítulo 52

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La tenía frente a mi, tenía tantas ganas de golpearla por haberse ido, sí, unas ganas incontrolables de asesinarla y no saber más de la rubia que tenía frente a mi, sin embargo no lo hice, la dejaría hablar, dejaría que dijera todo lo que tenía guardado y después la dejaría irse como la última vez, después de éste día no quería volver a verla, porque algo oprimía mi pecho al verla, algo que no entendía y simplemente no dejaría salir de mi.

- ¿Que tienes por decir?- pregunté dejando nuestros cuerpos cerca, lo suficientemente cerca para ponerla nerviosa, Morgan miró mis ojos y un brillo extraño destelló de ellos.

- Alguien me envío un mensaje para ti- dijo cautelosa alejándose de a poco.

- ¿Porqué le darían a alguien como tú un mensaje para mí ?- la cuestioné de nuevo.

- Aún no sabes lo que soy, deberías llamar a Johann creo que el mensaje le incumbe a ambos, es de vital importancia que escuchen con atención- argumentó.

- Johann está ocupado, dímelo de una buena vez para que puedas marcharte- insistí.

- Bien, al final Johann se enterará de lo que sucede- hizo una pausa, se acercó al sofá que tenía frente a mí, tomó asiento y soltó un largo suspiro, parecía cansada, estaba ojerosa y pálida, quizás estaba enfermando- Una mujer vino a buscarme, quiere que te advierta sobre algo que va a ocurrir- me miró de nuevo y no retiró su mirada de mis retinas.

- ¿Una mujer? ¿Cuál es su nombre?- pregunté.

- En realidad nunca dijo su nombre...- la interrumpí.

- Entonces no es importante, puedes irte- comencé a caminar hacia el comedor.

- No dijo su nombre, pero es una mujer de piel blanca, ojos aceitunados y cabello rubio y rizado, tenía un vestido blanco con bordados antiguos, dijo que su nombre no era importante pues tú sabrías de quien se trataba, ella era hermosa- me detuve sin voltear atrás.

- Eso no me dice nada, podría ser cualquiera- y continúe caminando.

- En el tercer libro de la estantería de tu despacho la encontrarás, ella ahí estará - Entonces una imagen se catapultó como una bola de fuego a mi memoria.

- ¡¡Johann!!- grité furioso, Johann no tardó en aparecer.

- A sus órdenes mi general- se burló como suele hacerlo siempre.

- Lleva a Morgan a su casa, encargate de que llegue con bien - Le ordené.

- Uhhh ¿Tan pronto? Yo estaba por servir la cena para los tres- dijo decepcionado.

- Ya debe irse, no tiene nada que hacer  aquí - mustié molesto.

- ¡No! - resongó Morgan. - Ella dijo que alguien te está buscando, alguien que quiere vengarse de ti- yo sólo reí con mucha fuerza.

Me acerqué a ella y la tomé por el cuello sin lastimarla demasiado.

- ¿Tienes una puta idea de cuanta gente quiere vengarse de mi?- la cuestioné, ella sólo se limitó a ver mis ojos.

- No la lastímes- dijo Johann tomando mi mano para detenerme.

- Después de que ella me dijo eso, él apareció - habló Morgan con dificultad.

- ¿De qué están hablando?- preguntó Johann curioso.

- Él tampoco mencionó su nombre, pero me hizo daño, es rubio de ojos verdes, me pidió que no te diera este mensaje- la ignoré.

- No tiene caso seguir con esta estúpida conversación, no das pistas de nada y el mensaje no es claro- la reprendí y la solté, comencé a alejarme de nuevo y fue entonces que dijo algo importante.

Soy un maldito, lo sé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora