La tenía frente a mi, tenía tantas ganas de golpearla por haberse ido, sí, unas ganas incontrolables de asesinarla y no saber más de la rubia que tenía frente a mi, sin embargo no lo hice, la dejaría hablar, dejaría que dijera todo lo que tenía guardado y después la dejaría irse como la última vez, después de éste día no quería volver a verla, porque algo oprimía mi pecho al verla, algo que no entendía y simplemente no dejaría salir de mi.
- ¿Que tienes por decir?- pregunté dejando nuestros cuerpos cerca, lo suficientemente cerca para ponerla nerviosa, Morgan miró mis ojos y un brillo extraño destelló de ellos.
- Alguien me envío un mensaje para ti- dijo cautelosa alejándose de a poco.
- ¿Porqué le darían a alguien como tú un mensaje para mí ?- la cuestioné de nuevo.
- Aún no sabes lo que soy, deberías llamar a Johann creo que el mensaje le incumbe a ambos, es de vital importancia que escuchen con atención- argumentó.
- Johann está ocupado, dímelo de una buena vez para que puedas marcharte- insistí.
- Bien, al final Johann se enterará de lo que sucede- hizo una pausa, se acercó al sofá que tenía frente a mí, tomó asiento y soltó un largo suspiro, parecía cansada, estaba ojerosa y pálida, quizás estaba enfermando- Una mujer vino a buscarme, quiere que te advierta sobre algo que va a ocurrir- me miró de nuevo y no retiró su mirada de mis retinas.
- ¿Una mujer? ¿Cuál es su nombre?- pregunté.
- En realidad nunca dijo su nombre...- la interrumpí.
- Entonces no es importante, puedes irte- comencé a caminar hacia el comedor.
- No dijo su nombre, pero es una mujer de piel blanca, ojos aceitunados y cabello rubio y rizado, tenía un vestido blanco con bordados antiguos, dijo que su nombre no era importante pues tú sabrías de quien se trataba, ella era hermosa- me detuve sin voltear atrás.
- Eso no me dice nada, podría ser cualquiera- y continúe caminando.
- En el tercer libro de la estantería de tu despacho la encontrarás, ella ahí estará - Entonces una imagen se catapultó como una bola de fuego a mi memoria.
- ¡¡Johann!!- grité furioso, Johann no tardó en aparecer.
- A sus órdenes mi general- se burló como suele hacerlo siempre.
- Lleva a Morgan a su casa, encargate de que llegue con bien - Le ordené.
- Uhhh ¿Tan pronto? Yo estaba por servir la cena para los tres- dijo decepcionado.
- Ya debe irse, no tiene nada que hacer aquí - mustié molesto.
- ¡No! - resongó Morgan. - Ella dijo que alguien te está buscando, alguien que quiere vengarse de ti- yo sólo reí con mucha fuerza.
Me acerqué a ella y la tomé por el cuello sin lastimarla demasiado.
- ¿Tienes una puta idea de cuanta gente quiere vengarse de mi?- la cuestioné, ella sólo se limitó a ver mis ojos.
- No la lastímes- dijo Johann tomando mi mano para detenerme.
- Después de que ella me dijo eso, él apareció - habló Morgan con dificultad.
- ¿De qué están hablando?- preguntó Johann curioso.
- Él tampoco mencionó su nombre, pero me hizo daño, es rubio de ojos verdes, me pidió que no te diera este mensaje- la ignoré.
- No tiene caso seguir con esta estúpida conversación, no das pistas de nada y el mensaje no es claro- la reprendí y la solté, comencé a alejarme de nuevo y fue entonces que dijo algo importante.
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Soy un maldito, lo sé.
VampireLa historia relatada desde el punto de vista de un vampiro sádico, uno que tortura a la gente en pleno siglo XXI... nos cuenta la perspectiva que tiene respecto a la vida y nos narra su eternidad, una historia llena de violencia y sadismo que les a...