Capítulo 6: "Viaje en la nada misma"

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De inmediato comenzamos a dispararles a los maniquíes, lo más seguro era que se escuchaban nuestros disparos a kilómetros de distancia.

Akihiro y yo estabamos espalda contra espalda, disparando a la mayor cantidad posible, mientras que Rumi y Yuuki atacaban en pelea cuerpo a cuerpo.

El albino claramente usaba solo lo que su rápidez de vampiro le permitía, ya que lógicamente los maniquíes no tienen sangre y no se vuelve muy agresivo al pelear si no hay presencia de tal sustancia.

¡Ta-ta-ta! Nos disparaban las maniquíes con sus armas, insitando de forma brusca que me agachara y cubriera mi cabeza, al igual que el resto.

-¿Qué hacemos? -pregunté muerta de miedo.

-Cálmate -me tranquilizó Akihiro con las manos en la cabeza- solamente dispara lo más que puedas, yo te cuidaré por la espalda.

-O-Ok -contesté levantandome lentamente y obedeciendo-.

Aún tengo la imágen en mi cabeza de los maniquíes cayendo al suelo de forma brusca, ya sea por disparos míos o de Akihiro, fuertes patadas de Yuuki o cuchillas de Rumi. Pero no era suficiente, a pesar de estar totalmente cansados y haber derrotado a muchísimos, cada vez eran más y más. Con más fuerza cada uno.

-Mis piernas no dan para mucho -me quejé, tambaleandome.

-Yo tampoco puedo permanecer de pie demasiado tiempo -agregó Rumi.

-¿Tienes auto, Kirishima? -me preguntó el peliazul.

-El de mi madre -le contesté sin dejar de disparar a todos lados- ¿P-Por?

-¿Dónde están las llaves? -me preguntó en voz alta, ya que con los disparos apenas podía oírle.

-Colgadas al costado izquierdo de la cocina -respondí.

-Volveré -contestó Akihiro alejandose entre las maniquíes.

No sé que planeaba exactamente, pero confío en que será alguna buena idea.

Mientras tanto, Yuuki, Rumi y yo seguíamos luchando por destruirlos a todos. Aún no podía razonar porque los Akbord entraron en unos maniquíes...

Cada vez que Yuuki les daba una patada, un pequeño pedazo de sus rostros se rompian. Él es realmente fuerte, aunque diga lo contrario. Al igual que Rumi y Akihiro, pero... ¿y yo? Solo soy una simple humana. No tengo mayor conocimiento de los Akbord. Ya no tengo mamá, escuela, amigas, ni nada por el estilo.

-¡Ek! ¡Cuidado atrás, Rumi! -grité, comenzando a dispararle muchísimas veces a una maniquí, dejandola en el suelo- uff...

-Ne ne~ gracias, Asu chan -me agradeció, mientras esquivaba las patadas de los Akbords.

-¿Dónde está Akihiro? -preguntó Yuuki, algo cansado.

-Etto... no lo sé, debe estar en mi casa-les conté, mientras disparaba las veces que me era posible.

¡Plaf! ¡Plaf!
En un movimiento increíblemente rápido, un Akbord agarró de la pierna a Rumi, colocandose encima de él.

Muy aterrada, le disparé a la maniquí, pero las balas no le hacían daño en absoluto. Era extraño.

-Wa wa~ -dijo Rumi, enterrandole con fuerza un cuchillo y zafándose del agarre.

-¡Cuidado! -gritó Yuuki- ¡al suelo!

Apenas gritó eso, obedecí muy confundida, notando de inmediato que un auto pasó literalmente arriba de nuestras cabezas, aplastando a su paso a millones de Akbords.

Entre dos mundos [Resubiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora