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Era Martes.

Me desperté tarde. Diablos. Me vestí lo más apurada posible y al bajar ni desayuné. No podía llegar tarde el segundo día. Y mientras caminaba hacia la escuela me preguntaba por qué Penny no me había llamado?
Miré mi celular, faltaba un minuto para que el timbre sonara.

Entonces corri.

Entré al colegio y oi el timbre sonar. Subi las escaleras a toda velocidad y caminé hacia el salón de geografía. Al abrir la puerta noté que la profesora estaba regañando a alguien. Conclusión: no estaba de humor.

- Oh bravo, otra más que no cumple con las normas del colegio. - comentó- Siéntate. - me ordenó.

No dije nada y fui a sentarme al único banco que quedaba libre. A mi lado estaban Josh y Penny. Cuando la profesora estableció su carácter y se puso a copiar en la pizarra, aproveche a hablar con mi prima.

- Por qué no me despertaste? - pregunté furiosa.

- Lo siento, no entre a tu cuarto y creí que ya te habías ido.

- Que mala prima eres. - comentó Josh cruzándose de brazos. Penny rodó los ojos.

Luego de estar sentada allí por cinco minutos me di cuenta de que adelante mío estaba Diego. Solo veía su espalda pero aún así estaba un poco nerviosa.

Y claro, al final de la clase, este aprovechó y me frenó para poder hablarme.

- Lola. - pronunció él. Levanté la vista. - Te parece bien si mañana vienes a mi casa a hacer lo de literatura?

- Uy, no se si pueda. - menti.

- Es para el jueves. - agregó sin expresión alguna.

- Bueno... Entonces quizás sí. - bufe.

Diego asintió. Ambos nos miramos y de repente, podía sentir que éramos los únicos que se encontraban en el aula.
Sacudi mi cabeza, tomé mis cosas con ambos brazos y sali del salón, dejando a Diego solo.

Había una cosa de la que estaba segura: ya no era lo mismo que antes hablar con Diego.
No eramos nada.

x x

Se hizo la hora del almuerzo. El día estaba bastante lindo así que decidimos ir al patio del colegio junto con Aaron y Penny. Nos sentamos en una de las mesas y comenzamos a comer nuestra comida, aunque en silencio.
Mientras almorzaba distinguía a Diego con sus amigos de siempre a un par de mesas de donde yo estaba. Él reía alegremente, haciendo parecer que jamás se había ido.
Sin embargo las cosas habían cambiado mucho. Diego me había hecho a un lado porque sí. Perdonarlo me parecía muy improbable, apenas podía mantener una conversación con él. Ni siquiera me gustaba mirarlo a los ojos, porque al hacerlo un recuerdo venía a mi.
Nuestro primer beso. Ambos no teníamos idea de las consecuencias que podría generar, del arrepentimiento que podríamos tener, de los sentimientos que podríamos desatar.
En mi mente aún veía como sus labios hacían contacto con los mios, como nos dejabamos llevar por el beso y como ambos, o por lo menos yo, lo disfrutaba.
La verdad era que recordaba todo con demasiada precisión. Mi problema era que no podía olvidar.

x x

Por la tarde, volvi caminando con Josh hasta mi casa. Lucia algo cansado pero como siempre, sonreía cada vez que comentaba algo.

- Estuve hablando con Diego. - agregó tratando de poder conversar sobre el tema.

- Ah. - dije no queriendo preguntar acerca de él. La palabra "Diego" venía a mi la mayoría del tiempo y en cualquier conversación. Eso me molestaba.

- Y me ha dicho que-

- Ugh. - frene en seco a la vez que lo interrumpía - Y tú quién eres? Su paloma mensajera?! Si tantas ganas tiene de hablar que venga él mismo. - conteste como si yo lo dejara acercarse a mi. De inmediato me arrepentí de haber retado a Josh de esa manera - Perdón. - dije en un suspiro mientras me acariciaba la sien - Es que... Desde que volvió Diego he estado algo nerviosa...

Mi Mejor Amigo [2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora