Mi Mejor Amigo [2] ✔

32

Josh me miró triste. Suspiré y, con la voz temblando, decidí preguntar algo que no me gustaba.

- Acaso...Aaron falleció? - lo miré expectante. 

- No- en ese instante me relajé- pero está en terapia intensiva. - dijo casi en un susurro.

- Qué? - fue todo lo que pude decir.

- Sí. Su madre se ocupó de contactarme para que lo sepa y bueno... para que todos estemos al tanto. - suspiró - Pero no he sido capaz de contarle a nadie... Excepto a tí. - al ver que no hablaba, Josh continuó haciéndolo- Lo mejor será esperar a ver que sucede. No supongamos nada que no sea cierto aún. 

En ese instante, una lágrima comenzó a caer sobre mi mejilla, luego otra, y así sucesivamente. Josh procedió a abrazarme.

Luego de un par de segundos lo miré a los ojos.

- Lola lo sabe? 

- Te dije que no le he dicho a nadie. Además... Digamos que a Lola le afectaría mucho si-

- Pues claro que sí, Josh. - lo interrumpí- Cómo ha todos. Voy a llamarla. - intenté agarrar mi teléfono pero Josh me detuvo- Josh! No seas así! Ella merece saberlo!

- Lo sé. Pero piensa que ella ahora está en otro continente. Qué lograrás con decirle que Aaron está en terapia intensiva? Ella no puede volver en estos momentos. Solo la preocuparás más de lo que ya está.

Intenté razonar las palabras que Josh decía. Al cabo de unos segundos guardé mi teléfono. Josh se relajó un poco y me miró.

- Como dije antes, no supongamos nada que aún no sea cierto.

x x x Lola x x x

Luego de desempacar todo en el cuarto de invitados que Diego y yo compartiríamos, él decidió presentarme a toda la familia que había en la casa. La verdad es que todos eran muy amables, exceptuando esa tal Lucy, quien parecía estar pasando por la etapa de rebeldía adolescente.

A eso de las cinco de la tarde, él y yo salimos a recorrer las calles de la ciudad, y para mi mala suerte, hacía exactamente el mismo frío que en Londres, por lo que Lola Smith seguía pareciendo un muñeco de nieve por todo el abrigo que llevaba puesto.

- Te gusta? - Diego habló refiriéndose al lugar.

- Es lindo, sí. - respondí. Él sonrió.

- Siento en serio por todo lo que tendrás que pasar en estas dos semanas. - dijo, de seguro por la familia.

- Hey, tu familia es genial. No te preocupes. - lo tomé de la mano. Diego entrelazó la suya con la mía.

- Oye... Hay un lugar a donde quiero ir. - miró su celular.

- Bien. - lo miré extrañada- A donde?

- Es un lugar para patinar en skate. Allí deben estar todos mis amigos. - comentó.

- Ah... Así que hiciste amigos aquí? - pregunté en tono sarcástico. Diego rodó los ojos.

- Sí. Si tu sabes que no soy antisocial como otros. - hizo énfasis en la última palabra. Fruncí el ceño.

- Perdón señor popular. - bufé- No todos somos carismáticos, altos, y lindos. - él sonrió.

- Así que me crees carismático, alto, y lindo? - me miró con una expresión divertida en su rostro.

- Bueno... Lo de alto es una obviedad ya que me sacas como dos cabezas de altura. - él rió- El resto de lo que dije es mentira. - Hurley volvió a reír.