58.

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Mire a mi prima preocupada una vez más. Realmente no entendía que me estaba tratando de decir en ese entonces.


A decir verdad, era cierto que lucia un poco mas vieja que antes, pero aun para mi me seguia pareciendo esa Penny de tan solo diecisiete años. Sin embargo ahora tenia muchos más años que esos.

En ese momento, ella se encontraba con una mirada vulnerable, observándome con atención.

- Qué sucedió? - pregunté arqueando una ceja- Por qué sigo aquí si ya casi han pasado diez años? - dije en un tono más preocupado del que creí que iba a decir.

- Es una muy larga historia pero te la contaré.

<< Luego de que te atropellaran esa noche en donde estabamos de viaje de egresados, todos corrimos al hopsital lo más rápido que pudimos, debido a que tu cabeza sangraba mucho. Al llegar nos dijeron que te operarían en emergencias y luego de unas cuantas horas, el doctor salió diciendo que todo había ido bien, sin embargo, había que esperar a que despertases.

Al principio, todo el mundo creyó que en una semana o quizás dos, tu lo harías.>>

- Pero no fue así. - comenté decepcionada. Penny asintió con la cabeza.

<< Por eso, luego de que pasasen casi cinco meses, tus padre creyó que sería mejor si te desconectaban de la maquina la cual te mantenía con vida. Sin embargo la tía dijo que ella no había perdido las esperanzas, por lo que optaron por mantenerte así un tiempo más.

Al cabo de un año y medio, la mayoría de los chicos, incluyendo yo, dejamos de visitarte, ya que nos dolía ver que no despertaras, y que estuvieses como estabas. - Penny suspiró entrecortadamente, conteniendo sus lagrimas- Pero tu familia continuó viniendo siempre. Sólo que, en un determinado momento, tu mamá comenzó a creer que realmente no ibas a despertar nunca más. Hasta que nos mostraste señales de vida. Fue para cuando ya llevabas cinco años en coma. Un día, de la nada empezaste a mover tus dedos lentamente, o incluso inclinabas levemente la cabeza hacia un costado. Por eso nuevamente tus padres volvieron a recuperar la esperanza. - Penny para este entonces ya se había largado a llorar, al igual que yo. - Y Lola, dejame decirte que hayas vuelto aquí es un milagro, y realmente estoy agradecida por ello. >>

Penny entonces comenzó a sollozar intensamente y a continuación, se abalanzó hacia mi lentamente para poder abrazarme. En ese entonces yo me encontraba igual que ella; no podía creer que me hubiese pasado todo eso, y lo peor, no podía ni creer que en ese entonces estuviera viva.

En el momento en el que estaba por comenzar a preguntarle acerca de todos, y de que había sido la vida de ellos, un doctor alto y de pelo canoso entró a mi habitación, junto con mi madre, quien al parecer ya me había visto desde afuera, pues estaba llorando intensamente.

Ese día no fue sencillo para mi. El día en que volví al mundo.

Y realmente lo que siguió no fue mucho mejor.

Durante casi una semana, estuve haciendome analisis, pruebas, examenes, y otras cosas que determinaron mi condición física.

Los médicos me explicaron que habían sido nueve años y medio desde que había estado internada en ese hospital. Por lo que me di cuenta de que desde ese entonces, seguía en Estados Unidos, y por lo que había oído de mi madre, ella y mi padre se habían mudado también para estar conmigo.

Luego comencé a calcular mi edad. Ahora tenía veintiseis años, no diecisiete.

Al darme cuenta de eso, no pude evitar volver a llorar, ya que era increíble como el tiempo había avanzado, y como yo me había perdido de una de las etapas más determinantes de mi vida.

Mi Mejor Amigo [2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora