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Se hizo domingo.

Estaba terminando de alistarme con Penny. Ella llevaba puesto un vestido de manga larga color morado mientras que yo vestía uno color azul francia y encima un sweater negro.

Dieron las 7 pm para cuando recibí una llamada de Josh, y la verdad era que no sonaba muy feliz que digamos.

- Lola

- Hola Josh, pasó algo?

- De hecho si. Es sobre la madre de Diego. - habló serio.

- Le sucedió algo malo? - pregunté alarmada.

- No, es decir, hoy le harán una cirugía bastante riesgosa. Y pues, Diego está muy preocupado. - comentó- Acabo de salir de su casa... él... él necesita a alguien en estos momentos.

- Crees que es a mi?

- Se que entre él y tu las cosas no han ido muy bien, pero creeme que es en serio cuando te digo que tu eres la única persona que lo puede tranquilizar.

- Bien. - dije en un suspiro- Ahora voy.

Colgué y lo siguiente que hice fue pedir un taxi. Antes de irme de casa le dije a Penny que en un rato volvería.
Al llegar a lo de Diego caminé hacia la puerta de entrada. El día estaba fresco y como una tonta apurada me había dejado el abrigo en casa. Toqué el timbre y espere.
Un Diego muy cansado y con la vista llorosa se presentó ante mi. Este dejó que pasara al interior de su casa y una vez dentro nos abrazamos, o mejor dicho, lo abracé.
Me daba lastima verlo así ya que nunca había estado tan triste; sus ojos estaban rojos y su nariz algo colorada.

- Tengo miedo. - lo oí decir por primera vez- Hay muchas posibilidades de que la operación no salga bien.

- Ten fe. Tu mamá estará bien. - respondí.

- Noto que ya estás lista para la fiesta. - me miró rápidamente.

- Si, pero... Iré dentro de un rato. - comenté haciendo un ademán con la mano- Hagamos algo. - traté de distraerlo.

Diego y yo fuimos al living y nos pusimos a jugar videojuegos. Me quité mi calzado y me senté cono indio en el sofá. Diego se sentó a mi lado de igual manera.

Para cuando se hicieron las nueve de la noche propuse ver una película.

- Oye Lola... Estás segura que Aaron no se molestará? - preguntó.

- No, luego le explicaré todo. Él comprenderá. - respondí.

La verdad era que no sabía como Aaron se iba a tomar todo esto, pero de una cosa estaba segura: Diego necesitaba estar con alguien en estos momentos y distraerse un poco.

Puse una película de comedia y me volví a sentar en el sillón junto a él. La vimos tranquilamente y para las once, decidimos cenar. Ordenamos comida china.

- Entonces... - reí- Mara te acompaña siempre a tu casa? - pregunté nuevamente sin poderlo creer.

- Sí. - suspiró Diego- Es muy pesada.

- Está enamorada de ti, no esperes menos. - él sonrió divertido- Era raro ya que Diego Hurley no tuviese admiradoras.

- Lo sé, verdad? - dijo con sarcasmo- Y tú cómo vas con Aaron?

- Um... - revolví mi comida con los palillos- No muy bien...

- Qué quieres decir?

- La culpa me está matando... Por lo que sucedió en la biblioteca...

- No le vas a contar? - preguntó sin cuestionarme en por qué lo había besado.

- Claro que no. - respondí firme- Me odiara para siempre.

Mi Mejor Amigo [2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora