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(Narra Diego)

- Por qué esa cara? - preguntó Chloe sentándose a mi lado. No respondí- Aún no has hablado con Lola?

- No. Y no creo que ella tenga tiempo para mi en estos momentos. - Chloe rió. La miré serio.

- Ay Diego eres un exagerado. Definitivamente eres muy celoso. - bufé.

- Tan solo dime una cosa... Hacía falta que ella se fuese en el primer avión que consiguió a Inglaterra sin siquiera pensar en lo que estaba haciendo? - pregunté molesto.

- Mmm... - miró pensativa hacia adelante- Pues yo no lo hubiese hecho. Más si todavía ese chico sigue vivo.

Respire profundo y me miré las manos.

- Si... Creo que mientras Aaron siga vivo, Lola siempre lo pondrá primero a él que a mi. - comenté decepcionado.

- Oye. - dijo ella apoyando una mano en mi hombro- Si tu mal no recuerdas, esto es tu culpa.

- Mi culpa? - pregunté confundido.

- Si. - dijo recostandose en el césped del parque en el que nos encontrábamos- Cuando tu viniste para acá hace un año, tu fuiste el que le dejaste de hablar a Lola. Y sabes que las chicas somos muy resentidas.

- Pero ella ya me ha perdonado.

- O eso es lo que te quiere hacer creer. - dijo mirándome de reojo. Luego se reincorporó y se quedó sentada- Quizás porque Aaron estuvo con ella en sus momentos más difíciles, ahora ella quiere estar con él.

Miré fijo a Chloe. Esta se encogió de hombros he hizo una mueca con su cara. Luego se recostó nuevamente poniendo su cabeza en mis piernas, mirando hacia arriba.

- Eres el chico más celoso que conozco. - dijo riéndose al ver que no decía nada.

- Cállate. - respondí con el ceño fruncido.

- Lola te gusta mucho, verdad? - preguntó sonriéndome.

- Te parece. - comenté sarcástico. Ella rió.

- No te enojes con ella. Déjala que se quede con Aaron estas dos semanas, y para cuando vuelvas a Londres has como si nada hubiese pasado.

- Tu crees?

- Hazme caso. Soy una chica. - sonrió.

x x x x
(Narra Lola)

Se hizo martes. El primero de las dos semanas que tenía.

Decidí levantarme temprano y salir a caminar. A pesar de que el día estaba nublado y no hacía mucho calor que digamos, mi mente necesitaba aire fresco.

Traté de pensar en nada más que en el ritmo de mis pies moviéndose, pero me fue imposible. Todo lo que rondaba en mi cabeza era Aaron... y Diego.

Acaso se había enojado conmigo por haberme ido? Bueno Smith, esa es una pregunta bastante obvia. Claro que estaría enojado. El tema es si me perdonaría.
Por otro lado, estaba preocupada por cuánto tiempo le quedaba a Aaron de vida. Es decir, a pesar de que hubiese ido a hablar con él y que todo pareciese normal, sabía que no era así.

A eso de las dos de la tarde almorcé. Para cuando terminé decidí cambiarme para ir a verlo.

El día se había puesto extrañamente lindo, es decir, con pocas nubes en el cielo y un sol radiante que hacía parecer más cálida la temperatura. 

Salí de mi casa y tomé un taxi hasta el hospital. Al llegar, entré al edificio y de camino al ascensor me encontré con Josh. No lucía muy bien que digamos.

- Hola Josh. - saludé.

- Hola Lola. - dijo con voz temblorosa.

- Sucede algo?

- Um, creo que deberías volver a tu casa. - dijo tomándome del brazo y empujándome hacia la salida.

- No, por qué? - dije resistiéndome.

- Lola. Aaron está mal de nuevo, si? No te conviene verlo en este momento. - dijo tironeando de mi con más brusquedad.

- Suéltame Josh! - exigí llamando la atención de aquellas personas que estaban cerca nuestro.

Josh me miró serio por unos segundos y luego respiró hondo. Finalmente retiró su mano de mi brazo y me dejó sola. Decidí, entonces, dirigirme al ascensor e ir al piso en donde estaba Aaron.

Al llegar, noté que, en la sala de espera para ir a las habitaciones, estaba Aaron en una camilla con tres médicos alrededor de él y su madre. 

Mi Mejor Amigo [2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora