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Antes de que empiecen a leer quería agradecerle a todas las que se han copado en estos días leyendo esta novela. Obvio que gracias también a las que siempre leen, votan y comentan. Feliz viernes!

Pd: Les dejé música así el capítulo tiene mas actitud ~
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Había estado decidiendo que conjunto iba a usar para mi cit- digo salida con Diego. No era que me importase demasiado como me fuera a ver pero tampoco quería ir en pijamas.
Al final opté por unos jeans azules denim junto con una remera de manga larga, encima un sweater blanco y arriba de eso un abrigo al estilo militar junto con una bufanda negra. De calzado, mis borcegos oscuros. Decidí no atar mi cabello ya que hacía bastante frío como para que sintiera viento helado en mi nuca.

A eso de las siete de la tarde, salí de casa al oír la bocina del auto de Diego sonar. Mi nariz automáticamente se puso fría y colorada mientras caminaba a el vehículo.
Abrí la puerta y me subí a este. Diego y yo nos saludamos con un beso en la mejilla.

- Más vale que compremos comida para la película. - informé abrazándome a mi misma- No merendé hoy.

- Claro. - respondió- No queremos que te des nutras. - fruncí el entrecejo y roce mi hombro con el de él, pegándole débilmente. Diego sonrió- Pensaba en ver la película y luego ir a comer.

- Suena bien. - dije honesta.

Si podría obtener comida gratis, eso haría.

Bajamos del auto una vez que llegamos al cine. Caminamos por el pavimento mientras exhalábamos con fuerza para ver nuestra respiración en el aire. Hacía mucho frío y mi nariz seguía igual de roja que antes.

Diego estaba delante mío sacando las entradas para cuando involuntariamente y sin darme cuenta, comencé a examinarlo. Es decir, a observarlo con atención y detenidamente.
Era muy alto, siempre lo había sido, aunque por otro lado, yo siempre había sido muy baja. Su cabello estaba acomodado a la perfección y se podía ver a simple vista la cajetilla de cigarrillos salir de su bolsillo trasero del pantalón. Ugh, odiaba que fumase.

En ese momento, en el cual mi vista estaba dirigida a su pantalón, Diego se dio media vuelta. Rápidamente lo miré y este sonrió. Diablos, ahora creería que me gustaba ver culos.

Pero cuando habló me di cuenta de que sonreía por otra cosa.

- Sigues colorada. - comentó tocando la punta de mi nariz con su índice. Fruncí el entrecejo.

Moví mi cabeza para deshacerme de su contacto.

- Sacaste las entradas? - Diego las alzó con su mano izquierda- Genial, vamos.

Caminamos hasta la fila de la sala y esperamos a entrar. Entre tanto Diego me contó lo feliz que estaba porque su madre se halla puesto bien. Realmente las posibilidades de que mejorara no eran muy posibles antes, pero luego de la operación todo estaba saliendo de maravilla.

Entramos a la sala y nos sentamos en el centro. Había pocas personas debido a que era día de semana y ya que era una película de terror, la mayoría eran chicos. Pude notar que algunos me habían mirado más sin embargo, ninguno había comentado nada. Quizás era porque Diego estaba sentado junto a mi. Quizás parecíamos una pareja. Pero no lo éramos, aunque si eso evitaba que los chicos me dijeran algo fuera de lugar, me agradaba estar al lado de Hurley.

- Ten. - me tendió su abrigo. Lo miré confundida- Para que te tapes los ojos por si te asustas. - dijo burlón.

- Qué? No. - se lo devolví- No tengo miedo. - comenté- Y además, si quisiera taparme los ojos lo haría con mi propio abrigo. - Diego soltó una carcajada, haciéndome recordar que su risa era contagiosa, y sonreí aunque frunciendo el ceño.

- Pero lo llevas puesto. - respondió- De todas formas, - me lo tendió en mis piernas- no tengo frío.

Bufe pero al fin y al cabo lo acepte. Siempre las salas de cine se ponían heladas a mitad de la película; me vendría bien tener abrigo extra.

El film inició. Al principio parecía la típica película de terror, pero luego de unos minutos la acción comenzó. Y claro que después de unos tantos efectos bien hechos y gritos de niñas, Lola Smith se empezó a sentir aterrada.

Para cuando la película estaba terminando, y ya no podía seguir viendo la pantalla, me tapé la cara con el abrigo de Diego. De inmediato oí una carcajada ahogada que supuse que había salido de su boca.

Terminada el film me destape el rostro y miré a mi alrededor.

- Sabia que no verías el final. - comentó levantándose de su asiento. Al ver que no me movía me tendió su mano y por alguna razón la tomé- Te dio mucho miedo? - preguntó esta vez enserio.

- No. - respondí soltando su mano una vez parada- Es que... Tenía buenos efectos, eso es todo. - Diego asintió con la cabeza mientras me miraba con falsa cara de comprensión- Vamos. - lo empujé saliendo de la sala.

Luego de ver la película decidimos, o más bien, decidí ir al McDonalds a comer. Hurley no objetó nada y condujo hasta allí. Al llegar estacionó el auto en el estacionamiento y luego bajamos de este. Caminamos hacia la entrada y abrimos la puerta; rápidamente sentí el olor a papas fritas invadir mi nariz, y sonreí como una niña de ocho años. Adoraba este lugar, o más bien, la comida de este lugar.
Hicimos la fila para ordenar. Diego pidió una Big Mac y yo un Cuarto de Libra con Queso. Para cuando tuvimos nuestras bandejas nos sentamos en una de las mesas del fondo a cenar.

Me puse a pensar... Esto era raro; es decir, no venía a comer aquí con él desde hacia mucho tiempo.

- Lola. - me llamó- Sigues asustada?

- No, por qué?

- Estabas mirando a un punto fijo y comenzabas a asustarme. - comentó. Reí- Es la verdad.

- Lo siento. - sonreí- No me di cuenta. - aunque sí sabía que había estado pensando en algo.

Comenzamos a comer. Hablamos sobre algunas que otras cosas y por alguna razón llegamos al tema de "Aaron" el cual no quería tocar.

- Fue mi culpa. - dijo Diego.

- No. - lo contradije- Yo fui la que decidió quedarse contigo en de ir con él. - introduje una papa a mi boca y la comí- Por dios, era su cumpleaños. Soy una idiota.

- Él sabe que hubo un nosotros antes? - preguntó serio.

- Sí, pero... Bueno, jamás lo había visto tan celoso.

Terminamos de comer y regresamos a su auto. El ambiente se puso incómodo entre ambos, y en eso recordé el asunto que estaba viviendo con mi mamá.

- No quiero ir a casa. - murmuré.

- Qué?

Diablos. Por un momento creí que lo había dicho solo para mi misma.

- Mi madre... No estoy pasando la mejor situación con ella. - agregué rascándome la nuca.

- Quieres contarme?

- No. - respondí rápido- Lo siento, no sé ni por qué lo comenté.

- Segura? Pareces bastante preocupada. - me miró atentamente.

- Sí. - suspiré- Además, no quiero molestarte con mis problemas.

- Si tú dices. - comentó mientras disminuía la velocidad. Miré por la ventana y vi que habíamos llegado a mi casa. - Aunque si alguna vez necesitas algo, tu sólo dime. De acuerdo?

- De acuerdo. - respondí. Diego sonrió y luego me despedí de él de la misma manera que como lo había saludado.

Bajé del auto y caminé hacia mi casa. Al entrar suspiré profundamente. Definitivamente salir con Hurley no había estado tan mal como lo había pensado.

Mi Mejor Amigo [2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora