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Miré a Max detenidamente sin decir nada. Este siguió jugando al videojuego tranquilo. Luego de tres minutos, Diego apareció con la comida en sus manos. Fruncí el ceño. Por qué diablos no me había contado nada? Es decir... Como es que su hermano sabía que Aaron tenía cancer y yo no?

- Tardaste mucho. - bufó Max levantándose y yendo a buscar su comida.

Diego comenzó a mirarme al ver que estaba callada. Y seria. O más bien, callada, seria y con cara de culo. Si, así estaba. Este se acercó a mi luego de unos segundos.

- Todo en orden? - preguntó susurrándome.

Agarre bruscamente su brazo y caminé a paso de gigante, yendo a otra habitación de la casa. Llegué al baño y cerré la puerta luego de hacerlo entrar junto a mi.

- Qué te sucede? - me preguntó un poco molesto.

- Qué me sucede a mi? Qué te pasa a ti, Diego? Desde cuando sabes que Aaron tiene cáncer?! - dije casi en un grito, frustrada.

Este reaccionó instantáneamente al ver de qué se trataba mi humor. Hurley cerró los ojos y se tomó su tiempo para hablar.

- Max te contó? - dijo en un suspiro.

- Si, pero para él no parece ser muy nueva la noticia. - respondí enojada.

- Lola, entiende... Yo-

- Desde cuándo lo sabes? - lo interrumpí.

- Desde hace una semana. - abrí la boca sorprendida.

- Y no me lo pensabas contar? - grité enfurecida sin poder controlar mi tono de voz.

- Iba a hacerlo, iba a decírtelo después de cenar, en serio, es solo que...

- Sabes lo mucho que Aaron me importa y sabías que estaba preocupada por él desde que dejó el colegio-

- Lola, te hubiera herido si te lo decía antes. - me interrumpió.

- Bueno, pues de esta manera tampoco es mucho mejor. - comenté frunciendo el ceño.

Diego no dijo nada. Tan solo me miró.

- Cómo lo sabes? - pregunté- Quién te lo dijo?

- Josh me lo dijo. Él habló con Aaron. - respondió. Negué con la cabeza.

Caminé hacia la puerta con la intención de salir del baño. Diego se interpuso en el medio pero aún así lo corri.

Fui a la cocina donde estaba Max y me despedí de él. Este no dijo nada; de seguro mis gritos se habían oído fuerte y claro.

Hurley me siguió hasta la entrada y antes de que me fuera, me detuvo.

- No hagas esto, Lola. - dijo.

- Hacer qué? Quiero volver a mi casa. Acaso no puedo?

- Deja que te lleve. - opinó.

- No, gracias. Puedo caminar. - respondí calmada.

- Pero te helaras, además está oscuro. - insistió. Bufe.

- Quizás quiero helarme, Hurley. Déjame salir y ya. - lo miré seria.

Diego suspiró y abrió la puerta de entrada. Salí de su casa y comencé a caminar. No me volteé para verlo, tan solo seguí moviéndome.

Mi Mejor Amigo [2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora