A L I C I A
-Voy a pedir algo para comer ¿Que quieres?-
Ahora que lo pensaba, estaba realmente hambrienta.
-Quiero tacos- digo vergonzosa -Y Fanta- se estaba por ir pero lo llamé - Y una pizza mediana, de postre quiero helado de crema americana y frambuesa- Alexander me miró como esperando algo más. -Eso es todo- rió
- ¿De veras te entra tanta comida?- pregunta sorprendido.
-Creo que sí- susurro avergonzada -Solo tengo hambre- me encogí de hombros.
-Solo espero que no estes embarazada porque- lo corté.
-¿O que?¿ Matarías al bebé para no compartirme? Idiota- seguido de eso Alexander me agarró del pelo y me zarandeó.
-Deja de tocarme las pelotas- yo lo miraba con coraje.
-Te odio, ¿porque no lo entendés? Me das asco con todo lo que me hiciste; me gustaria estar embarazada y decir que el papá es Theo..pero de solo pensar que sería tuyo siento asco, asco y asco pero no por el bebé más bien por el hecho de recordar que estuviste dentro de mi - y eso fue todo para terminar con su paciencia.
Me pegó cachetada tras cachetada, su mano era muy dura, nunca sacó el agarre en mi pelo, esa zona ya me dolía y picaba.
-Te podría seguir golpeando pero tengo cosas más importantes que hacer que darle lecciones a perras como vos- sin más, sale de la habitación.
Me ahogaba con mis sollozos pero trataba de que ninguna lágrima cayera. Llega un momento en donde una persona se cansa de todo, hasta de soltar lágrimas sin sentido, lágrimas que no van a arreglar nada, que son un desperdicio de tiempo.
Me levanto de la cama y voy al baño para ver que tan mal estoy. Me sorprendo, mas bien, me horrorizo al ver mi cara. La mejilla izquierda estaba morada e hinchada, había sangre seca en mi boca y en mi nariz, tenía la ceja cortada y mis ojos estaba medio hinchados y con ojeras. Ni hablar de cómo debía estar mi cuerpo, no lo quería verlo pero debía hacerlo para poder bañarme. Me saqué la "camisa", más bien era un pedazo de tela que me cubría parte del cuerpo.
Miré con rabia todo mi cuerpo, estaba todo marcado por las manos de el bruto de Alexander, mi cuello tenía chupones al igual que mis pechos, algunos estaban desapareciendo y otros eran nuevos debido a su notable color violeta; mis rodillas estaban totalmente raspadas y rojas y en mi entrepierna habia sangre seca, mi estómago estaba cubierto de moretones y mis brazos estaban raspados y violetas.
Lloraba de rabia, él no tenía derecho a demacrar mi cuerpo de tal manera.
Me metí a la ducha, y el agua caliente calmaba el dolor que sentía en mi cuerpo, provocaba ardor en algunas zonas, pero era tolerable.
Pasaba la esponja con jabón por mi cuerpo para sacar todo rastro de suciedad, coloque shampoo en mi cabello y lo masajee lentamente ya que el cuero cabelludo me ardía demasiado, me enjuagué y salí de la ducha. Me envolví con una toalla y salí del baño.
Me dirigí al armario y busqué algo. Había bastante ropa, parecía de mi talla pero era muy provocadora.
-Si me conociera, sabría que estas mierdas nunca las usaría- dije molesta.
Encontré algo similar a un pijama, una simple remera de tirantes negra, pero los únicos pantalones que habia eran de jean, y los pijamas consisten en cortos shorts, con eso no me sentiria comoda.
Busqué ropa interior, y como era de esperarse, era provocadora. Brasieres y bragas de encaje o de una tela demasiado delicada para mi gusto.
Agarré un conjunto que era negro con puntos rosas, era una tela suave, bastante linda. Al ponerme el conjunto me di cuenta que el brasier era dos tallas menos que el que yo uso, y las bragas era tipo tanga.
ESTÁS LEYENDO
Mafioso Posesivo
Teen FictionEl representaba solo una cosa: miedo. Generaba miedo a quien lo mirase y pobre del que lo hiciera. Sabia que tenia que alejarme, pero no podia. No por quererlo, él me encontraría si lo hacía. Y el castigo que me esperaba no seria muy placentero. So...