Mafioso Posesivo

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A L I C I A

Al llegar a la maldita casa, Alexandar, como es normal, me sacó del auto sin delicadeza alguna. Mia brazos ya ae habían acostumbrado a su brusco agarre al igual que mi cuero cabelludo.

-Muy bien zorrita, ahora subís y me esperas en el baño- asentí respirando de manera entrecortada- ¡No te escuche!-

-S-si- solte un sollozo.

-Por favor, deja de llorar, en el baño te voy a dar verdaderas razones para que te arrepientas de lo que me hiciste- me suelta tirandome al suelo -Parate y subí al baño de MI habitación, necesitas darte una ducha, estas asquerosa- tomé una bocanada de aire y me levante para luego subir las escaleras.

Llegué a la habitación de Alexander e ingresé al baño.

Cerciore que haya toallas para poder taparme con algo. Luego de eso, abrí el grifo y esperé a que la bañera se llene.

Me saque lo que quedaba de ropa (ya que las bragas y brasier estaban rotos) No llegué a sacar mis calcetines cuando siento un fuerte mareo y después de eso todo estaba en negro.

O M N I S I E N T E

Alexander se encontraba en su despacho tomando un poco de su fino wisky pensando en la estupidez que había cometido su amada.

Es irónico pensar que la "amada" se siente odiada.

-Ella no puede dejarme aunque lo desee, es tan idiota- dijo para si mismo riendo mientras razcaba su frente.
Dejo de reír y posó su fría mirada en su vaso.

-Este trago es por vos, bebé- dijo dando un trago en seco, dejando el pequeño vaso sin ninguna gota de wisky.

Antes de que pudiera servirse otro trago, escucho su puerta ser golpeada.

Gruñó ante ese acto, todos sabían que no debían molestarlo mientras estaba allí.

-Pase- dijo con voz ronca.

Por el ubral apareció Rosie, temblando como gelatina.

-La señorita esta desmayada en el baño- ante aquel aviso rapidamente fue en busca de Alicia.

-Llama a una ambulancia, ¡ahora!- demandó antes de subir las escaleras y llegar al baño de su habitación.

-Alicia, despierta, esto no es divertido- tenía la falsa esperanza de que esta fuera una mala broma de Alicia pero sabia que Alicia nunca hacia bromas.

Se tiró en el piso y presionó el cuerpo de su amada contra el suyo. Su mirada estaba nublada por las lágrimas pero parpadeaba para aclarar su vista.

-Amor, porfavor, desperta- dijo en un tono mas fuerte -No te vayas, no puedo estar solo en este mundo- eran inútiles sus intentos por hacerla reaccionar.

Una total pérdida de tiempo.

En su cabeza, él recriminaba a Alicia, por el hecho de que ella no aceptaba la comida que él le proporcionaba.

¿Pero que le podía recriminar, si lo unico que le daba era pan pasado y agua podrida? Eso ni un muerto de hambre lo comería.

-Es tu culpa, Alicia, pero ahora vas a estar mejor- dijo cuando escuchó las bocinas de las ambulancias llegar.

A los minutos el cuerpo de la chica se encontraba dentro de la ambulancia acompañada por Alexander.

-Ya llegaremos, amor- susurraba Alexander al cuerpo de la chica.

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