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-Doctor Anders en multimedia-

A L I C I A

Habían pasado dos días desde que me dieron la noticia de la pérdida de mi bebe. Lo estaba pasando de lo peor, es decir, ¿quien estaría feliz de perder un hijo? A pesar de que yo no sabía que estaba embarazada, siempre desee tener hijos y me devastaba saber que ese bebé nunca iba a reír, llorar, nunca iba a ver a sus padres...Sus padres. Por un momento me lo imagine a Alexander enseñándole a su hijo a jugar futbol o algo de eso pero rápidamente borré esa imagen. No me imaginaba a Alexander siendo un padre atento ni cariñoso, la única imagen que tenía de él era la de un padre violento y abusivo, el cual seguía maltratandome de todas formas posibles. 

Las lágrimas empiezan a salir solas ante el pensamiento de un niño viendo como golpean a su madre, de ese mismo niño todo golpeado, de una criatura que no entienda lo que pasa a su alrededor. Aunque nunca dejaría que nadie le ponga una mano encima a mi hijo.

Suspiro y me seco las lágrimas cuando el doctor entra y detrás de él ingresa Alexander.

-¿Cómo te encuentras hoy, Alicia?- me pregunta el doctor Anders mientras chequea la bolsa de suero y la aguja en mi brazo.

-Creo que mejor que ayer- susurro jugando con mis manos. -Debo ir al baño-

-Claro- me dice y yo me trato de sentar en la cama para luego pararme, esas acciones tan simples me cuestan demasiado debido a que tengo todo el cuerpo entumecido y dolorido.

Cuando estoy en el baño, hago mis necesidades y me mojo mi cara, la cual tiene algun que otro leve moretón y pequeñas cicatrices. Estaba hecha un desastre, pero según el doctor Anders, las heridas en mi cara no son nada comparado a las que tenía cuando ingrese al hospital hace meses. Me preguntaba qué habría dicho o hecho Alexander cuando le preguntaron que me había pasado, seguro se las había ingeniado para decir una mentira bastante creíble.

Cuando salgo del baño el doctor no estaba en la habitación, solo estaba Alexander, un escalofrío pasó por mi espalda pero no me importó.

-¿Como te encuentras con respecto a lo del...bebe?- estaba incomodo cuando me hizo la pregunta.

-¿Cómo crees que estoy?- digo totalmente seria. -No es necesario que finjas interés-

-No lo finjo, amor, sabes que me importas- me dice agarrando mi mano -En estos meses que pasaron, cambié, todos lo pueden notar, soy otro, y lo hice por nosotros, por vos, para que tengamos una mejor relación-

-Alexander, eso es poco creíble viniendo de una persona tan... repulsiva como vos- lo miraba con odio, esa era la única forma que tenía que mirarlo.

-Alicia, cállate- me dice casi en susurro.

-Como sea, eso ya lo sabes- solté su mano y me recosté en mi camilla- ¿Que les dijiste a los doctores cuando me trajiste acá? Es más que obvio que no saben qué me golpeaste hasta casi matarme- le digo con cierto toque de ironía.

-De hecho, amor, el dinero todo lo puede, solo basto con poner un par de millones para que los estúpidos directivos del hospital se callaran, aunque si hablaban, lo iban a pagar- me responde riendo, yo no le encontraba el chiste.

-Menos mal que habías cambiado-

-Y lo hice amor, hace rato cuando me dijiste repulsivo, te habría abofeteado, pero ya ves que no- dice dándome un beso en mi cachete, en ese momento entra el doctor.

Mafioso PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora