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O M N I S I E N T E .

Y asi fueron pasando los meses, demasiado lentos para Alexander.

En el cuarto mes, la única buena noticia recibida fue qué Alicia respondia ante algunos estímulos, como agarrarle la mano a Alexander mientras que él le hablaba. Thomas (el Doctor Anders) le dijo que era normal que personas en coma hagan eso, ya que son sus reflejos.

Pero como siempre, Alexander hizo oídos y mente cerrada, trató de pensar en que Alicia volvería a abrir sus lindos ojos verdes.

En estos momentos, la frase que mantenía en pie a Alexander, era: "La esperanza es lo último que se pierde" Bastante común pensar en esa frase, pero raramente, lo reconfortaba.

A L E X A N D E R.

Me encontraba ingresando al pasillo en donde estaba la habitación de Ali. En mi mano izquierda tenía un ramo de narcisos y en mi cara tenía una gran sonrisa.

A pesar de que los meses pasaban, yo no dejaba la idea de que cuando Ali despertara, seriamos una pareja, una verdadera pareja, sin peleas, gritos y/o maltratos. Con solo imaginarnos, mi estómago daba un vuelto de emoción.

Ingresé a su habitación y empece a reemplazar las antiguas flores por las nuevas, luego de eso, acomodé un poco la cama de Alicia.

Al terminar me dispuse a sentarme a su lado y a hablarle, como lo hacía todos los días.

-Ya sabes, amor, el trabajo esta difícil, y ayer casi nos enganchan en una carrera- reí cuando lo recordé -Fue chistoso y emocionante-

Miré su pálido rostro y me acerqué a darle un beso.

-No puedo esperar a que despiertes y veas al nuevo Alexander, mi mamá y hermana estan felices de este cambio, y estoy seguro que vos también- acaricié su mejilla y se me llenaron los ojos de lágrimas -Ya vas a despertarte y cuando menos te des cuenta, vas a estar conmigo, viviendo una vida tranquila-

Eso último no estaba 100% asegurado, ya que al estar metido en donde yo estoy, es difícil asegurar que no va a haber daños, pero como ya lo dije, vamos a tener una vida tranquila.

Después de media hora más hablándole, me dispuse a pararme, pero una mano me paró.

Mi mente y mi cuerpo no podían creerlo; traté nuevamente de salir de ese agarra que me estaba proporcionando la mano de Ali y nuevamente, su mano apretó la mía.

Emocionado, apreté el botón que llamaba a las enfermeras, en unos segundo ellas llegaron.

-¡Ella reaccionó!- dije feliz y con más lagrimas.

Las efermeras de turno no esperaron y fueron rápidamente a buscar al doctor.

-Lo sabía, bebé, sabía que eras fuerte- le murmuro emocionado dando un beso en su mano.

-Te amo tanto, bebe-



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Mafioso PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora