11

17.4K 750 31
                                    

Maraton 2-2

A L I C I A

-Señor, por favor...no me haga esto- el señor se baja y rodea el auto hasta llegar a mi puerta, trato de abrir la puerta contraria pero fue una pérdida de tiempo, el oficial me tenía agarrada por las piernas, maldito hijo de puta.

Logra sacarme y me obliga a caminar, traté de aferrar mis pies a la tierra pero era imposible ya que la tierra estaba mojada y resbalosa. Cuando llegamos hasta donde estaba Alexander, bajé la mirada para evitar que me fulminara con los ojos. Comencé a rezar en voz baja, ya que probablemente él me mataría.

Me agarran fuertemente del cabello y suelto un sollozo.

-No me hagas nada...perdón Alex- era inútil pedir perdón, pero no sabia que mas hacer o decir.

Voy a parecer una total ridícula pero nos e que mas hacer; sin pensarlo dos veces me tiro al piso abrazando sus piernas.

Si, doy pena y me aborrezco.

-¡No me hagas nada, por favor!- sollocé entre sus piernas.

-¡Vayanse todos!- demanda Alexander y al segundo escuche el motor de los autos irse.

-Párate, perra- me gruñe levantándome por los pelos, me estrella contra el auto haciendo que mi espalda rebote, luego me gira y apoya su bulto contra mi trasero.

-La próxima vez que quieras irte de mi lado, voy a romper tus piernas yo mismo- habla en mi oído y muerde mi lóbulo, luego de eso empieza repartir húmedos besos en mi cuello -¿Yo nunca te cogí por detrás?- toca mi trasero de una manera tan repugnante y entre en alerta, todo mi cuerpo se puso rígido.

-No, porfavor, Alexander- lo intente parar cuando trata de bajar mis jeans pero él agarra mis muñecas y las amarra con su cinturón.

-Quieta estupida, me dejaste con una erección de mil diablos y no pienso quedarme con ganas- me bajó mis bragas y entra en mi de manera brusca -Ah si bebe, estas apretada...¡AH! Que deliciosa sos, amor- decía gimiendo mientras que yo lloraba. -Ese tatuaje te queda perfecto- dice tocando mi muslo en el lugar en donde se encuentra mi piel cortada. Él apretó la zona haciendo que gritara de dolor, suelta y sigue penetrandome.

-Basta- sollozo cuando él aumenta la velocidad y me da una fuerte nalgada -¿Cuanto más queres que sufra?- sollocé.

-No quiero que sufras, amor, es para que aprendas a no dejarme- dice dando un gran gemido y corriendose dentro de mi, se queda quieto y a los minutos sale.

Puto, cínico, nunca me voy a cansar de decir que lo odio.

-Subí rápido- me demanda y asentí.

Mafioso PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora