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A L I C I A

Me sentía totalmente desorientada, habia comprendido rápidamente que me encontraba en un hospital, era obvio ya que tenia varios cables en mi brazo izquierdo, esa fue una de las primeras cosas que noté, otra de las cosas es que había una persona recostada sobre mis muslo, podía intuir que era Alexander.

Lentamente empiezo a moverme ya que no sentía mis piernas, esa acción provoca que Alexander se despierte y me mire. Al principio se lo ve confundido pero al segundo se encuentra sobre mi cuerpo abrazándolo y estrujándolo.

-Dios, mi amor, estas...estas acá, no lo puedo creer, bebé- me exclama besando mis labios infinidad de veces, cuando me suelta, aprieta un botón que *supongo* era para llamar a las enfermeras las cuales no tardan en llegar, una de ellas se queda en la habitación revisando mi suero y la otra se va a buscar al doctor.

-Mi amor, yo sabia que ibas a poder salir de esta- me dice Alexander besando mi mano.

Rápidamente llega el doctor (uno muy lindo) y comienza  a revisar mis ojos y a hacerme preguntas para cerciorarse de que no perdí la memoria.

-Bueno, Señora D'laurentis- omití ese detalle de mi apellido -Usted tiene varias lesiones que con los meses se fueron mejorando, la herida de su pierna sigue en proceso de recuperación, eso va a cicatrizar pero obviamente tendrá la marca- me dice mientras ojea una planilla. 

Levanta la mirada y la fija en mi -Muy bien señorita, ahora lo difícil- me dice rascando su nuca -Necesita estar relajada- automáticamente me puse atenta a lo que me iba a decir y lo menos que iba a hacer en ese momento, era relajarme -Usted se desmayó a causa dela poca comida y la poca nutrición generó un aborto espontaneo- 

Aborto Espontaneo.

Aborto.

Mi mente no tardé mucho en asimilar las palabras del doctor y tampoco tardé mucho en reaccionar.

-Quiero estar sola, por favor- dije sollozando.

-No te voy a dejar, amor- me dice Alexander tocando mi mano pero yo rápidamente lo evito.

-Quiero.Estar.Sola, ¿es muy difícil eso para vos?- dije enojada y él no dijo nada, solo salió .

Tenia un bebé, una criatura.

-Dios mio- dije agarrando mi cabeza y llorando; a los pocos segundos comencé a tener puntadas en mi frente por lo que me acomodé en mi cama y traté de dormir.

A L E X A N D E R

No iba a decirle nada, ni siquiera me habia molestado en la forma en la que me contestó, sabía que estaba dolida por la perdida de su bastardo, a decir verdad, siento algo de pena por ella por el hecho de que todo lo sufre ella ( si lo se, muy redundante), pero haberlo perdido no complica tanto el asunto, ya que si lo hubiera traído a este mundo - o por lo menos en la mierda que estoy metido- ese niño habría sido criado en un mundo gobernado por la matanza, el maltrato y la tortura, poblado de mafiosos, crueldad, drogas, trafico y putas. 

Y esa no es la vida que quiero para un hijo mio.

No quiero que vean lo que yo vi con la poca edad de 6 años. No me gustaría que vea como su padre maltrata a su madre, no quisiera que se involucrara con la mafia ni nada parecido y mucho menos que presencie asesinatos y demás atrocidades.

Por eso cuando asumí mi cargo juré no traer una criatura y hacerle vivir esta vida de mierda.



Mafioso PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora