Ya había pasado unas semanas desde la violación, Alexander seguía normal, solo que evitaba maltratarme de sobremanera, ahora era simplemente su mucama y puta personal, no había ningún personal en la casa, a excepción de los hombres que la custodian.
Me encontraba cocinando mientras pensaba en dónde estaba su hermana y madre, me causaba preocupación esa pobre chica, vaya uno a saber que le habría hecho (o mandado a hacer) Alexander, con lo bestia que es, me puedo imaginar lo que sea, lo creo capaz de todo.
También pensaba en Summer, ¿cómo se encontrará ella?¿Qué le habrá hecho la bestia de West? Ella no merecía nada de toda esta situación, simplemente fue la persona equivocada en el peor de los escenarios.
Odio a Alexander, lo repudio de una manera sinigual, quisiera ser tan valiente de poder matarlo y seguir con todos esos hombres que fueron partícipes de los maltratos y cómplices de la muerte de Theo y Thomas.
Mi enojo fue interrumpido por un fuerte mareo que me hizo tambalear pero no llegué a caer, rápidamente me senté y empecé a respirar de manera que el mareo se disperse, pero no mejoraba, mi vista estaba nublada, escuché la puerta abrirse pero no podía distinguir nada debido a que todo estaba negro.
-Estúpida, ¿qué es lo que te pasa?- trato de aclarar mi visión pero seguía viendo borroso, siento como Alexander me sacude pero eso empeora mi vista, y a lo lejos escuchaba su voz hasta que simplemente me dormí.
A L E X A N D E R
"No sé quién es usted ni por qué me habla pero deje de hacerlo" esa había sido la primer oración que me dijo al momento en el que intenté entablar una conversación decente con ella, no era/soy una persona paciente ni que se ande con rodeos, cuando quiero algo, lo consigo.
Y así fue como seguí viéndola a lo lejos, a veces cruzábamos miradas, yo sabía que ella me conocía pero no lo admitiría, había crecido siendo una chica obediente a lo que le decía su madre, respetaba la orden que ella le había dicho: " No hables con extraños"
Me asombraba lo sumisa que podía ser, eso sentía que me beneficiaría en muchas cosas con el paso del tiempo, al ir demostrando mis sentimientos hacia ella, lástima que no me dió la oportunidad de hacerlo, por lo que tuve que seguir viendo como ella crecía.
Así mismo fue pasando el tiempo, y no puedo creer que ahora, después de casi 7 años la tenía por fin conmigo, no de la mejor de las formas, pero era mía.
Sonreí al recordar lo nerviosa que se había puesto ella al verme por primera vez en aquel parque, ella tan inocente y yo tan sucio, justamente ese día había matado por primera vez a un idiota que no quiso pagarme.
"Eres un niño, no vas a lograr lastimarme" dijo aquel asqueroso hombre antes de que le metiera un tiro entre ceja y ceja, pobre diablo, había sido benevolente con él pero la jodió, eso el lo que suele hacer la gente al darles oportunidades, en varias ocasiones jodieron mi confianza, y yo los jodí a ellos, incluyendo a Alicia.
Al recordar toda la situación con Alicia me puse peor, ¿Por qué no podía amarme? Ya sé la respuesta, ya me lamenté por no haberme acercado de la mejor de las formas pero ¿cómo iba a dejar pasar una oportunidad así? Ella era tan preciosa de niña, reflejaba esa inocencia que a mi se me arrebató, y al crecer y ser parte de cómo se desarrollaba todo sentimiento por ella también creció, se había convertido en una chica verdaderamente atractiva, ella no lo notaba pero todos sus estúpidos compañeros hormonados se exitaban de solo verla, si a mi me ponía esa niña no me imagino lo que podría causar en otras personas, es por eso que ahuyentaba a todo aquel que se le acercara y así mismo me adelanté a reclamar a esa chica como mía, ella debía serlo y lo conseguí. No pararía hasta que la muerte nos separe.
Veo la entrada de mi casa, aparco el auto y entro, al llegar a la cocina veo a Alicia sentada tratando de respirar o no sé.
-Estúpida, ¿qué es lo que te pasa?- digo mientras la sacudo, pero lo único que hace es desmayarse.
Genial.
La sostengo y la acuesto en el sillón mientras llamó al médico que varias veces revisó a Alicia.
Mientras espero que venga apago la cocina y me siento a mirar a mi futura esposa, estaba más pálida que antes, y más ojerosa, por no decir que había perdido peso.
"Hasta sus ánimos de vivir, estúpido" me autoregaño, soy tan imbécil que no controlo mis estupideces, la furia me ciega, pero ella tampoco pone de su parte ¿Por qué no aceptarme y ya?
"Porque eres un maldito psicópata que no soporta ser rechazado, débil" me estaba poniendo cada vez peor al recordar mi estupidez y no poder cambiar lo que ya la había marcado de por vida.
"Por lo menos estarás siempre en sus pensamientos, no de la mejor manera pero estarás" esa voz de mierda ya me estaba hartando, quería apagarla con un poco de cocaína pero no podía, no mientras Alicia no estuviera consciente como para intentar alejarse de mí y esconderse, creo que no sospecha de mi adicción y es mejor asi, o sino me tendría más miedo.
Entre pensamientos tortuosos había llegado el doctor, le toma la temperatura, la cual estaba normal, revisa sus pulsaciones entre otras cosas, y por lo visto todo estaba más que bien.
-Está debajo del peso requerido, tiene que alimentarse con este tipo de comidas- dice dándome un papel - y si me permitís, quiero hacerle un análisis de sangre para descartar cualquier otro tipo de problema o sea quizás estrés acumulado- yo solo asentía, solo quería que corrobore la salud de Alicia, eso era lo que quería.
"Va a estar sana cuando muera" nuevamente me torturaba con mis pensamientos, necesitaba mi cocaína.
-Lo último que tengo para decirte es que corrobores que coma lo que te dí y que descanse, sino sus desmayos serán más frecuentes por su falta de nutrientes- me dice antes de voltearse e irse.
Estando en la puerta escuché los quejidos de Alicia, voy al sillón y la veo sentada tocando su cabeza, me siento en la mesa ratona que estaba frente a ella
-¿Cómo te sientes, amor?- pregunto acariciando su mano.
-¿Estuve dormida mucho tiempo?- dice mirando a todos lados -¡La comida!¡Por favor no me lastimes no quise dormirme!- reacciona alterada queriendo levantarse.
-Ey, tranquila, no te voy a hacer nada- le digo seriamente- Vino un doctor a revisar que no tuvieras nada, por tu irresponsabilidad alimenticia es que te desmayas, ¿ni siquiera puedes alimentarte bien? ¿O acaso estas tratando de matarte, imbécil?- yo estaba explotando, mi droga, la necesitaba.
Me veía con esos ojos asustados y lo único que causaba en mí era más enojo, seguro se está queriendo matar.
"¡Quiere alejarse, entendelo!" Dios, esa estúpida voz, ese estúpido inconsciente.
-¡No te vas a alejar de mi, no lo voy a permitir!- digo soltándole una cachetada y yendo a mi despacho para calmarme.
Una vez allí inhalo un poco de cocaína, automáticamente mi cuerpo se destensa y comienzo a ver a Alicia feliz, riendo, como muchas veces la ví mientras bailaba con sus amigas o sola, esa preciosa sonrisa que no veo hace meses y me gustaría que la próxima vez que sonría sea gracias a mi y no a un imbécil que la hizo escapar de mi, debe amarme, aprenderá a amarme.
Comienzo a reír, porque ella es mía, lo niega pero es mía, ama serlo, ama controlarme y tenerme a su merced.
¿Quién es el gato y quién el ratón ahora, Alexander?

ESTÁS LEYENDO
Mafioso Posesivo
Teen FictionEl representaba solo una cosa: miedo. Generaba miedo a quien lo mirase y pobre del que lo hiciera. Sabia que tenia que alejarme, pero no podia. No por quererlo, él me encontraría si lo hacía. Y el castigo que me esperaba no seria muy placentero. So...