El profesor Filtwick explicaba un conjuro especialmente difícil. Normalmente, yo hubiera tomado apuntes, hubiera prestado atención y hubiera preguntado las dudas. Pero no ese día.
Le daba vueltas entre las manos al pequeño pergamino. La asquerosa serpiente.
Metí la nota en el bolsillo de la túnica, y mojé la pluma en el tintero para apuntar algo de lo que explicaba el profesor.
Cuando me quise dar cuenta, la gente a mi alrededor empezó a levantarse, a recoger los libros y los tinteros. Yo, hice lo mismo automáticamente. Me reuní con Albus a la salida del aula, que quedaba cerca de la biblioteca.
- ¿Qué te pasa, Rosie? - me preguntó Al mientras caminábamos hacia la biblioteca, ya que teníamos que buscar información sobre los distintos tipos de transformaciones animales -. Hoy has estado... distante.
Apreté los libros entre mis brazos, absteniendome de meter la mano en el bolsillo para comprobar que la nota de Scorpius estuviera allí.
- Sí, es que estoy un poco preocupada por el examen de pociones - mentí -. No se me dan bien las pociones de crecimiento físico.
- Estás en el Club de las Eminencias - rebatió Albus -. Digo yo que algo podrás hacer. Eso a parte de que Slughorn dice que eres la mejor estudiante de Hogwarts desde la tía Hermione.
Doblamos la esquina de uno de los retratos de Merlín, y entramos por las grandes puertas de madera que daban a una de mis lugares favoritos de Hogwarts, a parte de la Sala Común, y una acumulación de rocas cerca de la cabaña de Hagrid.
Nos sentamos en una mesa, desde la que se veía la entrada de la Sección Prohibida. Solo había entrado ahí una vez, a mandato de McGonagall, y un volumen me había llamado especialmente la atención, sobre todo porque juraría haberlo oído antes en casa: Horrocruxes.
Albus me dijo que miraría algunos libros en la sección de animagos. Yo, por mi parte, dejé los pesados libros en la mesa y fui a probar suerte en la estantería de transformaciones. En ella habían un par de alumnos, a los que reconocí enseguida por sus melenas rubias y sus estrafalarios collares hechos con latas y piedras. Llevaban la corbata de una forma extraña, como en un gran lazo rojo y amarillo, o azul y plateado, en el caso de Lyssander.
Me acerqué a ellos.
- Hola, Rose - dijeron ambos al unísono.
- Hola, chicos - les saludé, y pude observar que tenían entre las manos un libro de Cuidado de Criaturas Mágicas. Entonces no pude evitar asustarme -. No había ninguna investigación para Hagrid, ¿verdad?
Rubeus Hagrid extrañas veces mandaba deberes, y cuando lo hacía, solían ser un par de fáciles preguntas sobre algún animal que el Ministerio no aprobaba, pero al que él encontraba adorable.
- No - negó Lyssander -. Es que un Slytherin nos ha llamado locos por pensar que los nargles existen.
- Y hemos pensado que si encontráramos alguna referencia a ellos en algún libro nos creerían - completó Lorcan -. Y nuestro bisabuelo seguro que los mencionó.
Observé la portada del libro, extrañada durante unos segundos.
Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos.
Newt Scamander.Había tenido ese libro de texto en mi tercer año, y nunca me había dado cuenta de que el escritor se apellidaba igual que los extraños gemelos.
Me despedí brevemente de ellos, con la mira fija en la sección de transformaciones. Pasé la mirada por los lomos de los polvorientos libros. Emeric Switch, obra y vida. Licantropía. Transformación de objetos inanimados. Hechizos de transformación para principiantes. La caída del brujo azul...
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Te Odio, Scorpius Malfoy #Wattys16
FanficTodos saben que el Hogwarts Express es más grande de lo que parece por fuera, con sus paneles rojo escarlata y su humeante chimenea. Pero no es lo suficientemente grande para contener la ebullición si a una Gryffindor y a un Slytherin no les queda m...