#Capítulo 28

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Pasaron veinte minutos exactos desde que los mortífagos se retiraron, hasta que las fuerzas del Ministerio llegaron a la Mansión Malfoy. Perfectamente equipados para luchar contra un ejército de magia oscura, sólo encontraron a siete alumnos de Hogwarts, y a cuatro adultos sin sus varitas. Rose y Scorpius caminaron hacia la salida de aquel pasillo infernal, saltando los escombros, y en la medida de lo posible, intentando ignorar los cadáveres. Se encontraron con James, Lily, Albus, Frank y Alice en el vestíbulo. Para su sorpresa, fue James el primero en acercarse a ellos y abrazar a su prima. Tenía un moratón en el pómulo y la sudadera hecha jirones. Lily fue la siguiente, e incluso abrazó a Scorpius, aunque este se quedara tan firme como un palo. Se acercaron a Albus, quien tenía la pierna en un ángulo muy raro.

Se habían enfrentado a mortífagos y dementores, pero no estaban preparados para hacerle frente a sus padres cuando llegaron. Los primeros en aparecerse fueron Hermione, Harry, Ron y Neville seguidos de Ginny, George, Angelina y Percy. Teddy, Victorie, Charlie, Bill y Fleur no tardaron mucho más.

Harry y Ginny se acercaron en seguida a su hijo mediano, que no podía levantarse del suelo. Teddy y Victorie hablaban con Lily con tono preocupado, y Neville sermoneaba a sus hijos de una forma muy poco convincente. Percy comenzó a conservar con un auror que había allí, y Bill y Charlie se dispusieron a registrar la casa para encontrar a los Malfoy. Rose cerró los ojos cuando vio a sus padres acercarse a ella con pasos firmes y apresurados. Bajó la cabeza para prepararse para la bronca, pero sólo notó los brazos de su padre envolviéndola. Hermione la miró de arriba abajo, asegurándose de que no estaba herida.

- ¿Cómo os habéis podido atrever... ? - musitó Ron, con su cara cambiando de preocupado a furioso.

- ... a darnos este susto? - terminó Hermione -. El Ministerio ha mandado una lechuza a La Madriguera, diciendo que Lily, Albus, James y tú habíais estado en una batalla en la casa de los Malfoy. No nos dijeron nada más. Ni si estabais heridos, ni si estabais vivos...

- ¡Pero mamá! - protestó Rose -. No han sido los Malfoy. Ha sido un hombre. ¡Un mortífago!

- ¡Deja de decir tonterías Rosebud! - exigió su padre -. Los mortífagos desaparecieron.

- No - dijo Scorpius, y pareció que los padres de Rose no se percataron de su presencia hasta ese momento. George y Angelina se acercaron a ellos para ver como se encontraba su sobrina -. Quiero decir, que su hija lleva razón, señor Weasley. Había un mortífago aquí, más de uno en realidad. Pero ese... precisamente... hubiera dejado que los dementores me besaran de no ser por Rose.

Hermione le miró extrañada.

- Rose no sabe hacer un patronus.

- Sí. Sí que sé - repuso ella -. Me enseñó él.

Ronald miró a Scorpius de la misma forma en la que había mirado a una araña que se había colado en la cocina varias semanas atrás, con la única diferencia de que no quería asesinar brutalmente a la araña. Angelina hizo un gesto con las manos y parpadeó un par de veces.

- Espera, espera - dijo -. ¿Conocías al mortífago?

- Estuvo una vez, en el despacho de mi abuelo, hace cinco años.

- ¿Sabes su nombre?

Scorpius asintió.

- August - respondió -. August Rookwood.

Rose y Scorpius no sabían por qué, pero todos los presentes miraron a George disimuladamente,  y a él, a Ron y a Angie, se les pintó la furia en el rostro. George se dio la vuelta y se desapareció de allí. Su padre bajó la cabeza y le cogió el brazo.

Te Odio, Scorpius Malfoy #Wattys16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora