La lista que teníamos de momento, no era muy larga, y sin contar a los D.U. o J.U., mucho menos. Solo siete personas habían entrado en Azkaban con esas iniciales exactas en los últimos diez años. Magos y brujas de todo el mundo:
Dean Jacob Usher. 1992-1992
Dolores Jane Umbridge. 1998-2016
Denna Juliet Uriah. 2001-x
Daniel José Utrilla. 2003-2007
Do-jon Urisaka. 2003-2010
Dorian Jonathan Underworld. 2005-x
Diáfana (nombre rarito) Jacinta Ufano. 2015-x
- Vale - dijo James -. Ya tenemos a los dichosos D.J.U., ¿ahora qué? - Me quedé mirando la lista (una servilleta con garabatos), y me encogí de hombros. De todos los nombres solo conocía el segundo. Los demás, o bien no había nacido, o bien había sido demasiado pequeña para que me preocuparan -. ¿Tú querido Scorpius no te ha dicho qué hacer con el nombre?
- James, se lo llevaron sin avisar - le defendió Lily -. ¿Qué quieres, un manual de instrucciones?
El mayor de los Potter se resignó a hundirse en la pared. No habían encendido las luces para no llamar la atención, y la varita de James era lo único que impedía que la penumbra les envolviese. Estaban sentados en círculo, en el suelo del despacho, con una pila de papeles en el centro. Albus se dedicaba a revisar que no se hubiesen dejado atrás ningún nombre, Lily seguía buscando cosas en El Profeta (que no había abierto la boca sobre la situación), yo revisaba los papeles de la carpeta MALFOY, que no era precisamente fina; asesinato, maltrato de criaturas mágicas, espionaje para Voldemort... Pero todo hace más de quince años. El más reciente, había sido cuatro años después de mi nacimiento: Lucius Malfoy asesina a un hijo de muggles mediante el beso de un dementor.
Recordé las cosas terribles que Scorpius me había contado de su abuelo, y por eso no me sorprendió nada esa frase. Pero... ¿Scorpius mortífago? No, imposible. Él odiaba el pasado de su familia, y aseguraba que su padre jamás había estado de acuerdo con los valores de Quien-vosotros-sabéis.
- No creo que vayamos a encontrar nada aquí - decidió Albus al cabo de un rato. Lily asintió cerrando la carpeta de periódicos -. Pero podemos investigar en otro sitio - dijo mirando su reloj de pulsera -. Aún no son ni las dos. Tenemos al menos cinco horas.
James fingió secarse lágrimas.
- Mi hermanito saltándose normas. - le puso una mano en el hombro -. Nunca he estado tan orgulloso.
- Idiota - bufó Al.
- ¡Chicos! - exclamé -. ¡No tenemos todo el día! - James alzó las manos en señal de derrota -. Primero hay que decidir dónde ir.
- Vale - dijo Lily -. Necesitamos información. A una persona que haya vivido desde antes del 92.
- Que no le cuente nada a ningún Weasley.
- Y que esté tan loco que nuestra visita nocturna no le parezca rara.
Los cuatro nos miramos.
- ¡Scamander! - exclamamos al unísono. Y dijimos Scamander porque nos servía cualquier miembro de esa familia.
- Pues rumbo al otro lado de la colina.
***
Diez minutos después, nos encontramos en el extraño salón de la casa de Xenophilius Lovegood, donde también vivían los gemelos Scamander, sus nietos, Rolf, su yerno, y Luna, su hija, que fue la que nos abrió la puerta y nos invitó a entrar, sin ni siquiera preguntar el motivo de por qué cuatro adolescentes se habían aparecido en su jardín. La cosa marchaba bien.
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Te Odio, Scorpius Malfoy #Wattys16
FanficTodos saben que el Hogwarts Express es más grande de lo que parece por fuera, con sus paneles rojo escarlata y su humeante chimenea. Pero no es lo suficientemente grande para contener la ebullición si a una Gryffindor y a un Slytherin no les queda m...