#Capítulo 22

8.9K 555 275
                                    

- ¡Papá, puedes explicarnos, por favor, qué demonios está pasando!

Lily gritaba dando vueltas por todo el salón de La Madriguera, que estaba empetado de gente. Papá y tío Harry, después de arrestar a Scorpius, algo que aún me preocupaba muchísimo ya que no querían explicarme la razón, habían reunido a todos los Weasley que aún estudiábamos ahí y nos habían sacado del castillo a toda prisa.

- Un poco de respeto, Lily - pidió Ginny.

- ¿Respeto? - bufó James -. Es mi último año en ese maldito castillo. La semana que viene tengo el examen de Pociones más importante de mi vida. Y por una vez que llevo bien esa asignatura, faltar a una clase sería suicidio académico.

- Tranquilo, James - dijo Teddy. Victorie y él habían vuelto repentinamente de su Luna de Miel.

- ¿Tú lo sabes? - grité. Tedd bajó la cabeza -. ¡Edward Remus Lupin!

- ¡Rose no le hables así a Teddy! - exclamó mi prima rubia.

- ¡Uy, sí! - exclamó Louis, al que también habían sacado de su colegio. Tanto Louis como Dominique estudiaban en Bouxbeatons -. ¡Deja en paz a su novio!

- Louis - advirtió Bill.

- No os peleéis - rogaba Molly sentada junto a Arthur, que se había quedado dormido en medio de la bulla.

- No, mamá - exclamó George -. Que nos lo cuenten. Percy, Hermione, Ron y Harry lo saben.

- Son asuntos del Ministerio - zanjó Hermione.

- ¡Dejan de seg asuntos del Ministeggio cuando tengo que sacag a mis hijos del colegio poggque mi cuñado me ha llamado de los neggvios! - exclamó Fleur.

Harry se quitó las gafas y se restregó los ojos.

- Chicos, subid a las habitaciones - dijo.

- ¡Y una mierda! - gritó James.

- ¡James!

- ¡No, abuela! - dije yo -. James tiene razón. Al menos, yo tengo que saber por qué soy la Acompañante de Scorpius Malfoy.

Albus gruñó por lo bajo, lo suficientemente alto para que yo me enterase:

- Lo sabes muy bien. Demasiado.

- No vas a ser la Acompañante de nadie - decidió Ron -. No vas a pasar ni cinco minutos junto a ese... indeseable.

James soltó una risita nerviosa.

- Tarde, tío Ron.

El próximo diálogo fue tan excesivamente estúpido que creo que lo voy a representar así:

Ron: ¿Qué?

Lily: Nada.

Ron: James Sirius Potter.

James: Así me llaman.

Ginny: Como sigas así te desheredo.

Albus: Lo que mi hermano quería decir, es que Rose y Malfoy no tienen otra que pasar tiempo juntos, porque ambos pertenecen a los equipos de Quidditch.

Espera, espera. ¿Albus me había guardado el secreto? Y peor aún, ¿James lo sabía? Solo había una explicación para eso: Parkinson. Maldita serpiente. ¿No podía mantener cerrada su bocaza?

- Ronald, no puedes evitar que Rosebud participe en el juicio, o guarde la varita de Malfoy - dijo Percy (y sí, tiene una horrible manía de los nombres completos, aunque no aguantase que le llamásemos Percival). Pensé en la varita de Scorpius, guardada en el cajón de la mesilla de noche. Cuando el chico me la había cedido, también me había dado un pequeño papel, que había identificado como un producto de Zonko (te lo atabas a la mano, pensabas en algo, y ese algo se escribía inmediatamente. Perfecto para exámenes o mensajes secretos). ¿Por qué llevaría Scorpius uno de esos encima? El caso es que ponía: D.J.U. Azkaban

Te Odio, Scorpius Malfoy #Wattys16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora