Cuando las clases terminaron sentí un nudo en mi estómago. Mi primera semana no fue nada como la había imaginado. Tenía un novio, o algo parecido, y al parecer había conseguido un trabajo.
Mientras caminaba hacía el edificio de los maestros para encontrarme con Delgado,me pregunté quién más podría estar ahí. Grant sin duda estaría ahí, y Rivero también.Nadie más de mi grupo estaba interesado en el proyecto. Sería la más pequeña del equipo.
Cuando llegué al cubículo C-149 respiré profundo y toqué la puerta, no podía ser tan malo.Delgado abrió la puerta me miró y sonrío, no había comentado el tema en clase.
-Señorita ________, pase.- Me invitó con la mano a pasar al cubículo.
Caminé y me quedé de pie frente al escritorio color marrón. El cubículo era pequeño: un escritorio, un librero y una mesa que servía para poner la cafetera y unas tazas, el sillón desgastado de imitación de piel y las ventanas entintadas para que no lastimara la luz. No era un lugar muy agradable, pero era decente para trabajar.
Cinco personas estaban ahí. Sebastián Rivero, Olivia y dos chicos y una chica que no conocía. Grant aún no estaba ahí. En el sillón había un lugar disponible, así que me dirigí ahí.
-Como Grant no llega, empezaremos y después lo pondremos al corriente sobre la información.- Delgado parecía molesto, y con razón.
-Ojalá no venga-Susurró molesta Olivia, pero era claro que quería que la escucháramos.
Puse los ojos en blanco y Rivero me miró. No éramos amigos, pero asintió a mi gesto lo cuál comprobaba que él tampoco disfrutaba la compañía de Olivia.
-Bien-dijo Delgado mientras se sentaba en la silla frente al escritorio.-Ustedes serán contratados para un trabajo. Trabajaran como mis ayudantes directos en un proyecto del cual estoy a cargo. Estamos hablando sobre la construcción de un edificio, es algo importante y ...
De pronto se escuchó como la puerta era empujada y todos giramos por el sonido.
-Ya llegué-Grant estaba jadeando mientras se recargaba en la puerta
-Siempre tan puntual-río Sebastián mientras lo miraba.
-Siéntate Grant-respondió Delgado molesto.
Grant cerró la puerta y se dirigió hacía el sillón donde yo estaba. Se sentó en el brazo del sillón junto a mi mientras dejaba su mochila en el piso. En un movimiento rápido, Grant colocó su brazo en el respaldo del asiento donde yo estaba sentada. Al principio quise evitar el contacto, pero no pude decir nada por temor a interrumpir a Delgado.
-Continuemos. Si todo sale bien en este proyecto, obtendrán una calificación de diez en la materia que cursan y también recibirán un pago. ¿Tiene preguntas?
-¿Cómo trabajaremos?-preguntó Grant.
-Se reunirán aquí Martes y Jueves después de clases.
-Ella no sabe nada-Olivia me señaló desde el otro lado del cubículo. Sabía que probablemente me odiaba, pero no me imaginaba que sería tan inmediato y tan público. -Ella es de primer semestre.
-No es de su incumbencia Señorita Gramado-respondió Delgado con un tono calmado pero severo.- La Señorita Miranda obtuvo diez en el examen de Cálculo,y nadie había sacado diez en mi exámen. Ni siquiera Rivero, si le molesta que ella y el jovén Gustin salgan,eso no es de incumbencia. Y les pido que sean maduros para dejarlo fuera. Si no hay más preguntas, esto sería todo,nos vemos el martes.
Todos comenzaron a recoger sus cosas y a salir del cubículo. Me levanté del sillón tomando mi mochila y Grant imitó mi acción. Cuando salimos del edificio tomó nuevamente mi mano.
-¿Entonces sigue en pie nuestra cita?
Sonreí y asentí
-Obviamente.