La semana había pasado sin mucho que decir. Después de haber dormido juntos, había notado como Grant se volvía más tierno conmigo y eso me agradaba. Pero al mismo tiempo sentía que se estaba reprimiendo para besarme o en tocarme, lo cual para mi funcionaba y hasta cierto punto agradecía, yo no quería que Grant pensara que lo rechazaba. Yo no lo rechazaba, pero aún había muchas cosas en mi cabeza que tenía que resolver antes de estar segura que quería estar con él.
Esa semana sería extraña ya que el fin de semana no me quedaría con Grant, tenía que acompañar a su papá a un viaje y regresaron el sábado por la noche. Grant me sugirió quedarme en su departamento pero prefería quedarme en el mío y hablar con Sebastian de todo lo que había estado pasando.
Lo tenía planeado, iba a disculparme por haberlo estado evitando y le diría que estaba bien si él estaba viendo a alguien. Yo estaba feliz si él tenía una novia, era un buen chico y no dudaba que las chicas se pelearan por él. Yo trataría de hacer que Grant y él se llevaran bien, los dos eran importantes para mí y quería que las cosas funcionaran.
Era viernes y la semana no me había tratado muy bien así que casi no había dormido. Grant solamente me dejó en el departamento y se fue a la junta. Entré al departamento y me dirigí a mi recámara cerrando la puerta, me acosté en mi cama y cerré los ojos cayendo rendida.
Desperté por el ruido, la música que venía de afuera hacía parecer que había una fiesta en el departamento. Me tallé los ojos y miré el reloj de mi pared que marcaba las tres de la mañana. Tomé mi celular y vi un mensaje de Grant.
Grant: La reunión se canceló,estoy en casa de mis papás,mañana paso por ti.
Me levanté y abrí la puerta de mi recámara y no había nadie más en la sala ni la cocina ,pero la música sonaba aún muy fuerte. Tal vez Sebastián se había quedado dormido y se olvidó de apagar el estéreo. Caminé a la sala para apagarlo y en cuanto lo apagué escuche ruidos que venían de la recamara de Sebastian y caminé hasta la puerta y la abrí.
-¿Qué estás haciendo?-Dije mirando horrorizada la escena. Sentí como un frío me recorrió la espalda al ver que Olivia estaba en su cama y Sebastián me miró mientras se cubría con la sábana. Él una vez me había preguntado cómo me estaba yendo y le conté que Olivia me estaba haciendo la vida imposible. De todas las personas con las que podría haberse acostado había elegido a la ex novia de mi novio. La persona que había decidido hacer mi vida miserable.
-No es lo que parece-Sebastián trató de levantarse para acercarse a mí pero di un paso hacía atrás.
-¿Es enserio Sebastián? No soy tonta, esto es exactamente lo que parece. Eres un asco-Tomé la perilla de la puerta y la cerré mientras escuchaba a Olivia y a Sebastián decir cosas.
Caminé a mi recámara y cerré la puerta con seguro. Sentí que me iba a desmayar y no quería estar más ahí. No podía llamar a mis papás, no quería darles una explicación en ese momento. Corrí a buscar mi teléfono y llamé Grant comenzando a llorar, de entre todas las cosas que creía que podían salir mal entre Sebastián y yo jamás me había imaginado eso.
-Contesta por favor.-Yo rogaba por que Grant tuviera su celular cerca, mis ojos empezaron a arder por las lágrimas que se resbalaban por mis mejillas. Esto era una muy mala broma.
-Bueno.-Grant contestó con su voz adormitada.
-¿Puedes venir por mi?-Mi voz era una súplica, no quería estar ahí y él era la única persona que iba a poder ayudarme.
-¿Qué te pasó?-Grant preguntó alterado, casi gritando.-¿Estás bien?
-Olivia está en la casa con Sebastian, los encontré juntos en su cuarto.