| 29 | Cansar

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Cuando todo terminó regresamos a su departamento. Me sentía extraña pero feliz, me había presentado como su novia al final y su familia parecía bastante feliz con que nosotros saliéramos.

-Tengo que hablar contigo-Mencionó mientras se sentaba en el sillón, estaba tenso y no se veía muy feliz. Tal vez yo había dicho algo que lo había molestado, o no había hecho algo que esperaba que hiciera.

Me senté junto a él y me miró serio.

-Si no quieres ser dama de Majo está bien.Mencionó mientras tomaba sus manos nervioso.- No quiero que te sientas comprometida a algo que no quieras hacer, lo que hizo Majo se llama presión social.

Sonreí levemente por su ternura.

-Grant respira, sí quiero hacerlo.Sólo que no sé de qué color será el vestido o que tengo que hacer, jamás he sido dama de alguien-Reí mientras le tomaba la mano tratando de tranquilizarlo.

Grant sonrió y tomó mi mano con fuerza. Sus ojos se quedaron fijos en mí y yo no me atrevía a desviar la mirada. Me gustaba saber que me miraba, y que en su mente yo era lista, y bonita. Su percepción de mí era bastante alta y rogaba por que supiera que en mi mente él era la mejor persona del mundo, aunque jamás se lo hubiera dicho.

-Te quiero-aseguró mientras ponía una mano sobre mi mejilla.

-Yo más-respondí mientras me acercaba a besar su mejilla.

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Era martes de reunión de trabajo y habíamos avanzado suficiente. Hoy íbamos a presentar los planos terminados a Delgado para que autorizará la construcción de la primera maqueta. Habían sido semanas difíciles, ya que Delgado corregía los errores hasta que teníamos todos los avances, así que no habíamos dormido bien por unos cuantos días.

-¿Quieres un café?-Preguntó Grant mientras se sentaba junto a mí en el sillón. La oficina de Delgado no era muy grande, pero tenía el suficiente espacio para que pudiéramos estar todos reunidos.

-No, estoy bien.

Me sentía muy cansada,pero no era la única. Grant y yo nos habíamos desvelado dos días seguidos y no habíamos comido muy bien, si Delgado rechazaba los planos sería otra semana sin dormir. Del otro lado de la oficina Sebastián Rivero y Elisa hablaban animadamente sobre algo. Me parecía bastante tierno que él estuviera de pie para que ella pudiera sentarse en la silla.

-Te prometo que hoy sí dormiremos-río Grant mientras se recargaba en mi hombro.

Sonreí por su comentario y él pasó su brazo por detrás de mi espalda y me acercó más a él. Su calor contra mi cuerpo era todo lo que necesitaba en ese día frío, mi cabeza se recargó contra su pecho y sabía que en cualquier momento iba a quedarme dormida.

-Jóvenes-dijo Delgado abriendo la puerta y mirando a los que estábamos ahí reunidos.

-Hola-respondimos varios al mismo tiempo.

De todos los que habíamos empezado el proyecto, ya sólo estábamos cuatro: Sebastián Rivero, Grant, Elisa y yo. Los demás no habían aparecido en semanas y algunos no habían terminado el trabajo que nos habíamos repartido.

Grant y Rivero se habían repartido el trabajo convenientemente para que yo trabajara con Grant y Sebastián trabajara con Elisa. Yo estaba bastante segura de que algo estaba pasando entre Elisa y Rivero, pero Grant no me había contado nada aún y yo no era tan amiga de Elisa ni de Rivero.

-Les tengo buenas y malas noticias-dijo mientras se sentaba en su silla negra de piel y dejaba su portafolio en el escritorio frente a él.

-¿No espera a los demás?-preguntó Sebastián mientras trataba de poner una cara seria.

Dieciocho  (Grant Gustin y _______)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora