El camino al departamento fue silencioso e incómodo,estaba muy apenada con Grant. Lamentaba haberlo llevado a la casa y que pasará por todo eso, los cuestionamientos horribles y las bromas de mi prima. Él jamás me habría puesto en una situación así, y yo no sabía cómo compensarlo. Además el tema de Sebastián cada vez se hacía más difícil de ocultar. Iba a tener que tomar una decisión el algún momento pero no quería hacerlo enojada.
-Estas muy callada-Aseguró mientras miraba el camino frente a nosotros.
Dudé en si decirle lo que pensaba o no. Quería disculparme por todo y confesarle lo de Sebastián, pero algo en mi mente me pedía que me detuviera. Tal vez yo estaba siendo exagerada y Grant lo tomaría como una señal de que yo quería irme a vivir con él.
-Estoy cansada, solo es eso.
Grant puso su mano derecha en mi pierna y sentí mi corazón estremecerse ante su gesto. Él no se merecía eso, yo no podía tratarlo así.
-¿Cuándo lleguemos dormimos?
Asentí sonriendo y él sonrió como si pudiera ver mi cara. Lo que faltaba del camino transcurrió en silencio. El mismo pensamiento me rondaba la cabeza, me sentía extraña por haberlo presentado pero no me arrepentía. Cuando llegamos a su departamento sentí mucho frío y me sobé el brazo, la noche sería muy fría. Caminamos juntos hacía el departamento y cuando llegamos me miró mientras abría la puerta.
-Tienes algo-Afirmó mientras me cedía el paso al departamento.
Suspiré y lo miré, los dos caminamos dentro y cerró la puerta detrás de nosotros. Caminó al sillón donde dormía y se acostó sin mirarme. Ahora él estaba enojado.
-¿No vas a hablarme?-Pregunté quedándome en el pasillo mientras dejaba mi bolsa en la pequeña mesa del recibidor.
-No sé que tienes-Aseguró sin mirarme mientras cruzaba los brazos.-Tampoco voy a rogarte.
-Pareces un niño-Dije mientras caminaba hacia la recámara. Grant se levantó y me detuvo antes de caminar aún más. Los dos nos quedamos en el pasillo mirándonos y él tomó mis muñecas.
-Dime que te pasa.-Pidió con voz seria.-Y no me digas nada porque es obvio que tienes algo.
Lo miré y tuve miedo. No quería pelear pero tampoco quería decirle completamente lo que pasaba. Estaba asustada por todo lo que estaba pasando, las cosas estaban cambiando muy rápido y no sabía qué hacer para detenerlas. Mi vida parecía estar bajo el control de todos los demás menos el mío y no sabía cómo detenerlo. Estúpida Natalie, esto no hubiera pasado si ella hablara en voz baja.
-Lo siento-Sentí un alivio, el nudo en mi pecho se deshizo ante esa declaración. Grant me miró extrañado pero no dejó de sostener mis manos.
-¿Por?-Respondió sin quitar esa mirada .
-No quiero que pienses que mi familia es rara o que ya estamos comprometidos-Dije mordiéndome el labio en un intento de controlar mis palabras, no le diría más de lo necesario esa noche. Grant soltó mis manos y con su mano jaló mi labio delicadamente para que lo dejara de morder.
-No hagas eso, vas a lastimarte. Y no pienso eso, bueno no de esa forma en la que lo haces parecer.-Lo miré extrañada y él sonrió.-No pienses mal, se que esto no es un compromiso y qué no vamos a vivir juntos la próxima semana. Me agrada mucho tu mamá, me recuerda a la mía. Tampoco pienso que tu familia sea rara. Al contrario,son muy alegres y creo que nos llevaremos bien.
-¿En serio dices eso después de lo que pasó?
-Si, tranquila.
Respire aliviada por sus palabras. Odiaba mucho mi manera de hacer dudar a Grant sobre lo que yo sentía, tenía que aprender a controlar mis pensamientos porque serían un gran problema entre nosotros si no los dominaba.
-Voy a compensarte, lo juro.
-Quiero proponerte algo, si estás de acuerdo.
-Te escucho.
-Quiero intentar algo hoy.
Mi mente comenzó a dar vueltas imaginando las posibilidades que esa palabra tenía en nuestra relación. Podría ser casi cualquier cosa.
-¿Qué?
-¿Podemos dormir juntos?-Preguntó sonriéndome