| 21 | Adultos

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Estaba horrorizada. En algún momento de la tarde, Grant me había convencido de ver una película de miedo.Yo las odiaba, me pasaba la mitad de las películas con los ojos cerrados y la otra mitad escondiéndome entre mis brazos. Estábamos sentados en el sillón de la sala y él tenía un brazo detrás de mi espalda, mi cabeza por momentos se escondía en el cuello de Grant cuando de verdad me asustaba,. Él me miraba divertido y por momentos besaba mi cabello tratando de calmarme. Cuando por fin acabó la tortura, supe que no iba a poder dormir.

-No podré ir al baño sola por un tiempo pensando que me va a salir lo que sea que era eso.- Reclamé mientras lo miraba, eso iba a ser enteramente su culpa.

-No va a salir nada, te lo prometo. Es solo ficción.

-No vas a poder convencerme, se veía muy convincente ese monstruo.

-Vamos.-Grant río mientras se acomodaba en el sillón.-Ni siquiera se veía real, podías ver claramente los efectos especiales.

-Eres imposible- Me levanté del sillón mientras reía. Grant me tomó de la mano e hizo que me sentará en sus piernas abrazando mi cintura.

-Solo un poco-Grant me miró y dejé caer mis brazos alrededor de su cuello.-Pero tú me ablandas un poco.- Los dos nos quedamos en silencio un momento, solo viéndonos. Yo no quería interrumpir ese momento, y al parecer él tampoco quería. Se limitó solo a sonreír mientras acariciaba mi cintura.- Odio esto pero ya es un poco tarde, es mejor que me vaya.

-No.-Le respondí inmediatamente sin pensarlo mucho. No quería que el día acabara, no quería que Grant se fuera. Había sido un día perfecto, no podía terminar tan rápido.- Solo espera un poco más.

-¿Vas a presentarme a Sebastián?.

¿Qué?

-No.Bueno, sí.-Respondí queriendo ocultar mi nerviosismo.- No quiero quedarme sola, no puedes abandonarme después de haber visto esa película. No debe tardar en llegar.

-¿Qué tal si no llega?

La fiesta de inicio de semestre había sido todo un suceso. Y Sebastián no iba a perdérsela por nada. Además, llevaría a Emilia. Quería creer en Sebastián y en qué respetaría nuestros acuerdos. Pero, ya era tarde y aún no sabía nada de él.

-No lo sé, quiero creer que llegará.-dije alzando los hombros.

-¿Y si no llega, o llega con alguien más?.-Sabía perfectamente a qué se refería Grant, y entendía perfectamente que quería.

-Somos adultos-dijo riendo

-Lo sé, pero eso no significa nada en este momento.

-Además me debes una.

Lo miré extrañada

-¿Por?-pregunté mirándolo. No recordaba haberle pedido ningún favor.

-Encontré tu cartera-dijo mientras estiraba su mano hacía mi. Reí y la miré, era la misma cartera negra con rosa que había desaparecido unos días atrás.

-¿Dónde la encontraste?-pregunté sonriendo.

-Metí mi mano debajo del cojín y sentí algo con un cierre, supuse que era tu cartera.

-Gracias-dije besando su mejilla- Si te debo una.

Me levanté de sus piernas, lo tomé de la mano para dirigirnos hacia mi recámara y guardar la cartera. Grant se sentó en la cama y abrí mi mochila,justo cuando estaba a punto de cerrarla escuché como abrieron la puerta de un golpe y la cerraron de un portazo.Grant me miró extrañado y yo me quedé quita. Él se levantó despacio y me hizo una seña para que me quedará en dónde estaba y que guardará silencio.

Dos segundos después escuchamos respiraciones entrecortadas y gemidos. Estaba segura que eran Sebastián y supuse que era Emilia, escuchamos cómo recorrieron el poco espacio de la puerta entre tropezones y risas hasta su recámara y como azotaron la puerta encerrándose.

-Noche intensa-aseguró Grant mientras sonreía y yo hacía una mueca.

-Que asco.-reí en voz baja mientras Grant se acercaba a mí.-Tendré que escucharlos toda la noche.

-No tienes porque.-Aseguró mirándome-Ven a dormir conmigo.

-¿Qué?

-Ven a mi departamento-dijo seguro

-Vamos muy rápido ¿No crees?

-Somos adultos,y respeto tus límites.-aseguró.Grant mientras se recargaba en el escritorio- Además, te prometo que no haremos lo que están haciendo ellos. -dijo mientras señalaba la recámara a mi costado.

De pronto se escuchó un gemido alto de la habitación. Cerré mis ojos mientras Grant sonreía. Odiaba a Sebastián, pero hoy no haría una escena.

-Vamonos-dije negando con la cabeza. 

Dieciocho  (Grant Gustin y _______)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora