| 32 | Pedirlo

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El silencio de la casa se hacía cada vez más profundo. Natalie había borrado la estúpida sonrisa de su rostro y me miró apenada. Algún día mis papás se iban a enterar, yo estaba consciente de eso, pero no quería que lo hicieran así.

-Juro que no la he tocado. -Grant dijo nervioso queriendo calmar lo que se había iniciado.-De ninguna forma que ella no haya querido.

Lo miré nerviosa, esa última parte no había ayudado en nada y muy probablemente había empeorado las cosas.

-No hemos hecho nada.

No estaba muy segura a quién se lo estaba diciendo pero necesitaba decirlo en voz alta. Mi mamá comenzó a reír y Grant se giró para verla.

-Mira a tu papá-Mi mamá aseguró riendo mientras señalaba al hombre a su lado. Mi papá tenía la cara llena de vergüenza, sabía eso por qué se había puesto rojo y frotaba sus manos en su frente queriendo olvidar los últimos cinco minutos de la conversación.

-Yo confío en ustedes-Mi mamá sonrió de una manera tranquilizante, ella le sonrió a grant tratando de asegurarle que las cosas estaban bien.- Ya están grandes para saber qué hacen o no, sería ridículo estarlos cuidando.

-Es el peor consejo que puedes darles-Aseguró mi tía Elsa negando en desaprobación el comentario de mi mamá.

-Disfruten-La voz de mi tía Mariana se escuchó alegre y despreocupada.-Son jóvenes y si no lo hacen ahora no lo harán en 20 años.

-No puedo con esto-Mi papá dejó caer su espalda al respaldo del sillón mientras reía.-¿Ese es tu consejo?.- Su mirada se dirigió a mi mamá y a mi tía Mariana.

-¿Qué quieres que les diga?-Preguntó mi mamá a mi tía Elsa y a mi papá mirándolos de una manera retadora.-Ya saben lo que hacen y ya están grandes, no voy a estarlos cuidando a todas horas, ya saben tomar decisiones. Son adultos.

Miré a Grant y noté su expresión de pena igual que la de mi papá, había sido una pésima idea no haberles dicho a mis papás la verdad. Eso hubiera evitado la incomodidad que todos estábamos viviendo.

-En serio no está en nuestros planes algo así.-Aseguré dejando los platos en la mesa del comedor. Por lo menos en los míos no estaba.

-Pero ya viven juntos, tendrá que pasar algún día-Aseguró Natalie mientras dejaba las latas de refresco en la misma mesa.

Miré a Natalie y de no ser porqué todos nos estaban mirando le hubiera soltado un golpe. Notó el error que había cometido y se tapó la boca con las muñecas.

-Un momento, ¿No vivías con Sebastián?-Preguntó mi papá extrañado.-Creo recordar haber pagado las rentas y la mudanza a ese departamento.

Las dos conversaciones que había estado evitando tener durante meses se habían juntado con las personas con las que menos quería hablar del tema en la situación más incómoda posible.

-No te vuelvo a contar nada-Miré a Natalie molesta, esto era completamente su culpa. Probablemente se me pasaría en unos días, pero en ese momento la odiaba.- Si vivo con Sebastián, pero los viernes a veces voy con Grant para terminar los proyectos y me quedó a dormir con él.

-Ella duerme en mi cama y yo en el sillón.-Interrumpió Grant nervioso.-En serio no ha pasado nada más.

-Hasta que eres una mujer normal, qué hace cosas de adulto jóven normales.-Aseguró mi tía Mariana mirándome con una pequeña sonrisa.

-¿Qué?.-Preguntó mi papá extrañado y confundido por la afirmación de mi tía.

-¿No creías que esto llegaría a pasar en algún momento?-Preguntó mi tía a mi papá alzando una ceja.

-Es pequeña aún.

-Es mayor de edad. ya no es tú pequeña.-Aseguró mi mamá.-Es mejor que lo haga ahorita y no dentro de veinte años cuando ya no pueda.

-¿Tú también?-Preguntó mi papá mirándola sacudiendo la cabeza y cruzando las manos.

-No es una niña.-Aseguró mi tía Mariana mientras me señalaba como si quisiera que mi papá me viera objetivamente.-¿Hubieras preferido que simplemente se hubiera ido con el primer patán que se cruzara en su camino? Es mejor que lo traiga y que lo conozcamos, eso quiere decir que los dos se están tomando las cosas en serio y no van a salir con una sorpresa o con una tontería. Además, ella jamás se ha metido en problemas y ha demostrado ser responsable, dale un voto de confianza.

Mi papá miró a Grant esperando una confirmación a todo lo que se había dicho momentos antes. Grant no tenía por qué responder a esos cuestionamientos, eran mis decisiones y yo podía responder por ellas y explicarlas.

-No la quiero solamente para eso.-Grant ni siquiera dudó al responder ante eso, él podría haberme dejado sola en ese mar de preguntas y había decidido responder.-Ella es mi novia y mi compañera, la veo como algo más que un simple coqueteo de viernes.

Natalie río-Ya tío, se ve que es buen muchacho, además está estudiando y trabajando. Pudo ser peor.

Golpeé a Natalie con el codo, queriendo que por fin se callará.

-¿Cuándo pensabas decirnos?-Preguntó mi mamá sonriendo, conocía esa sonrisa y estaba casi segura que ella ya sospechaba algo y sólo quería confirmarlo.

-Hoy-Mentí. Si hubiera dependido de mí no se los hubiera dicho nunca. No quería hablar de eso con nadie y menos con mis papás. Quería mantenerlo oculto hasta que me sintiera más segura, pero sabía que no era justo para Grant. Él no merecía que yo lo escondiera.

-En serio-Aseguró Grant mirando a mi papá- No la quiero por eso, ella vale muchísimas cosas más.

-Cuídala mucho-Pidió mi papá mientras se levantaba del asiento y se dirigía a donde Grant estaba sentado. Grant se levantó para mirar a mi papá y estrechar su mano en una especie de trato.

-No tiene que pedirlo, siempre lo hago. 

Dieciocho  (Grant Gustin y _______)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora