| 22 | Enamorándonos

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Durante el recorrido de mi departamento al de Grant descubrí que vivíamos a escasos veinte minutos de distancia. El complejo de departamentos en el que vivía Grant era pequeño y bastante sencillo. Tenía un sótano para autos y escaleras en caracol para poder subir a los departamentos ,cuando llegamos al tercer piso Grant me miró y se detuvo en la primera puerta de la derecha.

-No te decepciones.

-No lo haré.

Abrió la puerta con la llave y la empujó e hizo que pasará primero. Caminé un poco y escuché cómo cerró la puerta,prendió las luces y pude ver todo.El departamento era mediano,de una decoración muy masculina y sofisticada. La sala estaba del lado derecho con sillones negros y cojines grises. En un mueble había una pantalla y un X-box con varios videojuegos y películas. Del lado izquierdo estaba una especie de barra que servía de separador a la cocina. Era sencilla y se veía que Grant no la usaba mucho, la mesa que estaba dentro de la cocina tenía una taza sucia, seguramente de café.

-Lo decoró tu mamá-aseguré sabiendo que esos muebles y combinaciones de color no eran propios de alguien como Grant. Él río como si me estuviera dando la razón.

-Si hubiera sido por mí hubiera puesto pósters y muñecos de acción-aseguró mientras se recargaba en la barra de azulejo blanco. Miré con más atención lo que rodeaba ese espacio. Grant tenía muchas fotos con varias personas, seguramente era su familia.También tenía pinturas extrañas colgadas en las paredes y algunos dibujos que seguramente eran producto de algún niño pequeño.

-¿Quiénes son?-Pregunté queriendo conocer más sobre él, no quería invadirlo pero me interesaba mucho conocer más de él.- S i puedo saberlo, claro.

-Mis papás y mis hermanas, Ana y María José.- Apuntó a las dos figuras femeninas que lo abrazaban en aquella fotos.- María José es la mayor, yo soy el siguiente y Ana es la más pequeña.

-Tus hermanas tienen nombres hispanos-sonreí mientras me acercaba un poco a él

-Lo sé-río mientras tomaba mi mano y me dirigía al sillón.-Luego te contaré esa historia.

Me senté en el sillón y le sonreí mientras él se sentaba junto a mí. Los dos nos quedamos en silencio un momento mientras tratábamos de pensar en algo para poder interrumpir el silencio.

-Es un lugar bonito-aseguré con honestidad.

-Le falta algo.-Sonrió mientras jugaba con los dedos de mi mano.- Aún no descubro qué, pero estoy seguro.- Sonreí mientras apretaba su mano contra la mía.

-¿Quieres ver lo demás?-preguntó nervioso.

-Sí.

Grant se levantó y yo le seguí el paso. Caminamos hacía el final del pasillo por el que entramos.A pesar de que los cuartos no tenían la luz encendida, la luz de la noche alumbraba las habitaciones. Había tres puertas,la puerta de la derecha era una especie de oficina casera. Un escritorio lleno de papeles y una computadora, un restirador con unos planos extendidos, un sillón con una cobija extendida, otra taza que seguramente estaba sucia y un librero lleno de libros seguramente de matemáticas.

La puerta de enfrente era la del baño, no podía ver mucho desde donde estaba porque estaba entreabierta. Lo único que pude distinguir de ese cuarto era que el baño era color café.

La puerta de la izquierda era la más atractiva. Era el cuarto de Grant, un cuarto que lo representaba a la perfección.. Lo primero que se veía era el costado de la cama que estaba contra la pared y había una pequeña mesa junto a la cama con audífonos, un libro y una pequeña lámpara. La cama tenía una colcha negra que contrastaba con lo blanco del cuarto, En la pared contraria había un pequeño sillón junto a un espejo y el cesto de la ropa sucia. Frente a la pared pequeña ventana abierta había un clóset que abarcaba toda la pared.

-No mires-dijo riendo mientras trataba de cerrar la puerta de la derecha.

-Muy tarde.

-Te dije que me odiarías-río mientras se sentaba en el borde de su cama y rascaba su nuca.

-No lo hago-sonreí mientras me acercaba y prendía la luz de su cuarto. Grant era un chico desordenado, pero en su desorden había cierto orden.

-Te quedarás aquí.-Aseguró mientras palmeaba la cama.-Yo me quedaré en el sillón, para que estés cómoda.

-Yo me quedo en el sillón.No quiero ser una molestía.

-No.- Río mientras se levantaba.-Eso no sería muy caballeroso de mi parte.

-No te preocupes-Aseguré mientras le sonreía para darle tranquilidad.-Yo me quedó allá, soy la invitada.

Grant me miró divertido, y supe que estaba planeando algo.

-El primero que llegué lo gana.-Dijo mientras se levantaba para correr. Corrí detrás de él pero fue inútil. Uno de sus pasos eran tres de los míos, cuando llegué él ya estaba acostado en el sillón.

-No es justo-aseguré mientras me sentaba en el filo del sillón.-Tienes ventaja por tu altura.

-Lo siento, no es mi culpa ser alto. Río mientras se acomodaba en el sillón.-Si quieres, puedes acomodarte en el cuarto.

-Mi mochila está en el carro.- Rodé mis ojos por haber olvidado ese detalle, ahora tendría que bajar hasta el coche.

-Ya la baje.-Sonrió mientras señalaba la barra de la cocina,ahí estaba mi mochila.Lo miré extrañada y me odié por ser tan distraída.

-La traía en la mano cuando bajamos pero no te diste cuenta, estabas más preocupada por analizarme viendo mis muebles.

Reí por lo tonto de su comentario. Grant se levantó un poco del sillón y se sentó mejor en el sillón.

-¿Cómo pagas tus cuentas?-pregunté curiosa.

-Ya te lo dije.- Cruzó los brazos-Soy un secuestrador. Golpeé a Grant en el brazo y él sonrió mientras abrazaba un cojín que estaba cerca de él.-Trabajo con mi papá, lo ayudó a revisar proyectos y diseño algunas cosas para su empresa. Además de pagar el departamento me da dinero ,una especie de paga ,y es mi iniciación en el negocio familiar. No soy secuestrador lo juró-sonrió mientras me miraba.

Los dos nos quedamos en silencio, ya no de una manera incómoda. Parecíamos disfrutar del silencio que se formaba entre nosotros. No sabía si eso era normal, si debíamos estar hablando a cada momento, o besándonos o qué era lo que tenía que hacer cuando estuviéramos juntos. Mi mente me pedía que le dijera algo, pero no tenía muy claro qué podía decirle en ese momento.

-Gracias-sonreí mientras decía lo primero que se había cruzado mi mente.

-¿Por?-Preguntó levantándose del sillón. Se acercó un poco a mí y recargó su espalda contra el brazo del sillón donde yo estaba sentada.

-Por traerme aquí, por responder mis preguntas, y por sacarme de lo que probablemente hubiera sido el peor fin de semana de mi vida.

-Eres la primera chica que viene, y honestamente quiero que seas la única. Sé que crees que vamos demasiado rápido. Te entiendo-aseguró mientras soltaba el cojín que abrazaba para acomodar su cabello.-Pero sigo pensando que somos adultos. Y no tienes nada que agradecer, siempre que quieras eres bienvenida.

-Entiendo tu punto, o eso creo.- Le sonreí mientras acariciaba su cabello.

-¿Lo haces?-Preguntó mientras sonreía por mi gesto como si fuera un cachorro pequeño.

-Sí.-Aseguré mientras continuaba con mi gesto.-Creo que lo que quieres tener es una relación como adultos, interpretando que podamos hacer cosas maduramente y sin tonterías.

-Quiero que podamos hacer cosas con responsabilidad, no quiero actitudes ni relaciones de niños. Si quiero decir algo o hacer algo sabes que lo haré y espero lo mismo de tí. Siempre respetaré tu opinión y lo que quieras hacer.

-Lo sé, eso me agrada de ti.

-Por eso estás aquí. Grant aseguró mientras tomaba mi mano de su cabello y dejaba un pequeño beso en el dorso de mi mano.-Porque somos adultos responsables

-O por qué somos adultos enamorándonos. 

Dieciocho  (Grant Gustin y _______)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora