Uncover.

36.

Ese mismo trece de febrero, a las cinco de la tarde, se encontraban Rubén y Mangel tomando un batido en una cafetería. Mangel ya había acabado el suyo mientras veía como su chico tomaba el suyo, mientras hablaban de lo que había pasado la noche anterior en el bar.

Mangel estiro la mano para dejarla en la mejilla de Rubén y darle un par de caricias, Rubén lo miro antes de que sus mejillas se pusieran rojas e hizo una sonrisa tímida, mientras acababa su batido.

Luego de terminar los batidos, Mangel acompañó a Rubén a su casa, con la excusa de que lo cuidaba, pero en realidad quería estar con él.

Empezaron a besarse mientras Rubén lo dirigía a la habitación. Sabía que Mangel no aceptaría hacerle el amor, pero aún así podían tocarse.

Las manos de Mangel descansaban en la cintura delgada de Rubén mientras éste levantaba la camiseta de Mangel para sacársela, que aceptó sin ninguna queja.

Mientras los besos iban aumentando, Mangel sabía que aquello terminaría en otra cosa pero no quería detenerse. ¿Por qué hacerlo cuando quería hacer el amor con Rubén?

«Además—se dijo—pronto terminaré con Sofía».

Mangel se separó un poco de Rubén, éste pensó que iba a decirle que no podía hacerlo pero en cambio vio como las manos de Mangel fueron a subiendo su camiseta hasta que se la saco por la cabeza y luego de eso, empezó a besarle el cuello mientras lo empujaba lentamente a la cama.

Rubén sintió emoción porque Mangel había cedido a una noche más con él, se sintió completamente excitado al sentir el cuerpo completo de Mangel apoyado contra el suyo, mientras le dejaba pequeñas marcas en el cuello.

Rubén le agarró de la nuca a Mangel para acercarlo a sus labios y empezar a besarlo apasionadamente mientras podía sentir como Mangel se restregaba contra él, haciendo que se escapen pequeños jadeos entre sus labios.

Empezaron a sacarse las demás prendas que le quedaban mientras sus manos juguetonas iban por el cuerpo del otro, tocando, explorando, como la primera vez, no tenían ninguna prisa, solo querían disfrutarse.

Cuando quedaron completamente desnudos, Rubén acercó a Mangel para él mismo y empezó a besarlo, mientras sentía como Mangel se apoyaba completamente, sintiéndolo por completo. Rubén se movió un poco debajo de su chico para restregarse contra su cuerpo, Mangel gimió y le mordió el labio a su chico.

Mangel bajó sus besos por su cuello, mientras le daba pequeñas lamidas, mientras Rubén soltaba gemidos con su nombre. Mangel, sin detenerse, puso las manos a los costados de Rubén y se acomodó, Rubén sabía lo que venía... y aunque estaba jodidamente nervioso, la excitación le ganaba.

Mangel empezó a penetrar poco a poco a Rubén, mientras sentía como éste aguantaba la respiración mientras se mordía el labio.

—Hey—le susurró Mangel mientras le sonría—, respira. No quiero que mueras...

—Cállate, gilipollas—dijo Rubén con los ojos cerrados, mientras llevaba una de sus manos a la espalda de Mangel y gimió cuando éste entró por completo.

Lo siguiente fueron jadeos, maldiciones, gemidos por partes de ambos. Se sentían tan bien juntos, se sentían uno solo. Y Rubén se preguntó cómo pudo estar tanto tiempo sin Mangel, porque ahora lo veía claro, siempre había estado enamorado de él... pero no lo sabía hasta esas semanas. Había sido como algo oculto que finalmente decidió salir. Y Rubén se volvió a preguntar... cuando saldrían ellos a la luz.

Rubén enredó sus dedos en el cabello de Mangel mientras éste seguía dando embestidas contra él y le mordió el hombro cuando sintió que Mangel tocó su límite.

—Rubén—murmuró Mangel con la frente apoyada en su chico, mientras respiraba entrecortadamente—, feliz cumple, cariño.

Rubén sonrió mientras agarraba las mejillas de su amado y le daba un beso, mientras ambos acababan a la vez.

Luego de eso, se quedaron acostados en la cama, en los brazos del otro.

Al menos, ese lugar... era seguro para ambos. Ahí podían tocarse, besarse, amarse y nadie les diría nada.

Pero no siempre iban a soportar estar ocultos.

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Vos, idiota, Nay, (xmryoutxbe), pelotuda sabes lo mucho que te amo y bueno nada, quería dedicarte este capítulo. Bai ahre <3